SAN ANTONIO, Texas. - Las nuevas revelaciones del caso de la desaparición de Vanessa Guillén han provocado un movimiento en las redes sociales con la etiqueta #ImVanessaGuillen (#YoSoyVanessaGuillen) que alienta a militares a compartir su historia sobre el acoso sexual por parte de miembros del Ejército de Estados Unidos.
"Alguien a quien consideraba mi amigo (en el ejército) me agredió sexualmente": denuncia exsoldado de San Antonio
Erika Allysa Arzola y Maira Carrier, dos exsoldados, narraron el acoso y las agresiones sexuales que tuvieron que enfrentar durante sus años de servicio en el Ejército de Estados Unidos. Los mensajes responden al llamado de la familia de Vanessa, quien ha estado utilizando el hashtag #IamVanessaGuillen.
Erika Allysa Arzola tenía 18 años cuando fue agredida sexualmente por un "amigo" militar que vivía junto con ella en la base Fort Sam Houston en San Antonio, según su relato. Lo que parecía un día normal, se convirtió en una pesadilla mientras servía para la milicia.
"Alguien a quien consideraba mi amigo me agredió sexualmente. Presenté cargos y fue declarado culpable de todos ellos por lo que fue sentenciado a 10 años de prisión. Escuchas eso y piensas: 'Se hizo justicia', pero los militares nos fallaron de muchas maneras. Aunque lo informé en el momento, él todavía vivía en el mismo lugar que yo. La oportunidad de lastimarme estaba a pesar de que había una orden de alejamiento. La historia de Vanessa me toca de cerca. Ella se unió al ejército llena de esperanzas. En cambio, fue acosada y ahora está desaparecida. Así que cuando yo digo que soy Vanessa Guillén, lo digo en serio. Yo soy ella y ella soy yo”, asegura Erika en entrevista con Univision 41.
Su historia tiene un final distinto al de Vanessa, pero la amenaza siempre se mantuvo latente.
La historia de Erika es solo uno de los casos publicados en las redes sociales que se unen por medio la etiqueta #ImVanessaGuillen (#YoSoyVanessaGuillen).
Las redes sociales de Twitter y Facebook se han llenado de mensajes de exmilitares del Ejército de los Estados Unidos en los que confiesan haber sido acosadas o agredidas sexualmente durante sus años de servicio y responden al llamado de la familia de Vanessa, quien ha estado utilizando el hashtag como método de presión para que las autoridades locales, estatales y federales realicen una investigación exhaustiva sobre su paradero y creen una legislación que proteja del acoso sexual a los miembros del ejército.
Vanessa le había confesado a su madre que era acosada sexualmente por un sargento. Ella le pidió a su hija que lo denunciara, pero luego de eso fue cuando desapareció.
Maira Carrier, otra veterana, también narró en las redes sociales la violencia machista de la cual fue víctima.
“Justo antes de subir al autobús para la capacitación básica, el oficial de recepción del aeropuerto me detuvo, me llevó a una esquina para evitar ser visto, me golpeó y me tocó entre las piernas. Le dije que tenia solo 17 años, pero me dio su información para que lo contactara porque luego 'podía divertirme'. Informé sobre lo ocurrido a mis superiores, quien me indicaron que harían lo propio. Tiempo después me entero de que promovieron dos veces al tipo. Era como si mi queja no tuviera impacto en su carrera. Siempre me pregunto a cuántos soldados jóvenes le hizo esto”, reveló Maira, quien utilizó la etiqueta para contar su verdad.
“Entré en el ejército porque me prometieron una familia que nunca tuve. Le debo al Ejército todo lo que tengo ahora y solo puedo imaginar cuánto más podría haber hecho allí si no fuera por personas enfermas como las que encontré. El caso de Vanessa se siente tan personal porque podría haber sido yo”, narró.

Larissa Martínez, fundadora de Circle of Arms 501c3 y organizadora de la protesta en San Antonio contra la desaparición de Vanessa y Gregory Morales, dos soldados desaparecidos en la base militar Fort Hood en Killeen, Texas, también fue agredida sexualmente.
"No me gusta entrar mucho en detalles, pero fui agredida sexualmente por un sargento que no era mi supervisor inmediato, si no que estaba asignado a una misma misión. Utilizó su posición para acosarme. Esto ocurrió en el 1996, las cosas eran muy diferentes. Recuerdo que le conté a un superior lo que me hizo y me dijo que no debía decir nada porque me perjudicaría en mi carrera", confesó Larissa a Univision 41.
El movimiento de #MeToo y #ImVanessaGuillen han ayudado a que Larissa ayude a otras mujeres a alzar su voz y a sanar.
“Lo que me motivó es que Vanessa puede ser cualquier de nosotras. En mis tiempos fui silenciada y ahora las cosas han cambiado. Vanessa no tuvo esa oportunidad y quiero usar mi experiencia para ayudarla", indicó.
"Las mujeres soldado no son objetos sexuales, son héroes. ¡Esos mismos soldados merecen respeto! Nuestros soldados necesitan sentirse y estar seguros mientras están de servicio", explica la familia de Vanessa Guillén al crear la etiqueta que ha revelado historias.
Estadísticas de acoso y agresión en el Ejército
La violencia sexual sigue siendo generalizada en la milicia, según un informe de Protect Our Defenders.
En el año fiscal 2018, 20,500 miembros del servicio eran sexualmente agredidas o violadas. 13,000 mujeres y 7,500 hombres.
La tasa de agresión sexual y violación incrementó casi a un 40% del año fiscal 2016 al año fiscal 2018, y para las mujeres, la tasa aumentó en más del 50%, el nivel más alto desde 2006.
De las mujeres que denunciaron una agresión sexual, 59% fueron agredidas por alguien con un rango más alto y el 24% por alguin de su cadena de mando.






















Cobertura del caso de Vanessa Guillén en Univision:
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