SAN JUAN, Puerto Rico.- Un caimán fue grabado en una urbanización de Canóvanas, caminando tranquilamente por la acera. El video, publicado en la página " Los Hermanos Caza Caimanes de Carolina PR" , muestra al reptil desplazándose sin prisas por el vecindario.
Caimán recorre urbanización de Canóvanas: ¿qué hacer cuando los reptiles invaden la ciudad?
El Departamento de Recursos Naturales aún no ha intervenido en el caso, dejando a la comunidad en espera de una respuesta oficial. Puerto Rico tiene caimanes en casi todos sus cuerpos de agua dulce, especialmente desde que fueron introducidos en los años 60.

Varios usuarios en las redes sociales han señalado que no es la primera vez que ven a este caimán en el área, sugiriendo que la presencia de estos reptiles en la comunidad no es un fenómeno aislado.
A pesar de que el video ha captado la atención pública, hasta el momento no se ha reportado ninguna intervención del Departamento de Recursos Naturales y Ambientales (DRNA) en la situación.
La organización ambiental Para la Naturaleza ha señalado que en Puerto Rico los caimanes habitan prácticamente todos los cuerpos de agua dulce del país, incluyendo la isla de Vieques. Estos reptiles, aunque no son nativos de la isla, fueron introducidos en la década de los 60 y, aunque se desconoce la cantidad exacta, su presencia es notable en muchas áreas.
Cercanía a las viviendas aumenta el riesgo de encuentros inesperados
Según investigadores de la Universidad de Puerto Rico, los caimanes no han sido observados en los lagos de las montañas de la zona central de la isla, lo que sugiere que su presencia está más concentrada en las zonas bajas cercanas a cuerpos de agua dulce.
En cuanto a la especie que más abunda en la isla, se trata del Caiman crocodilus, un caimán que, a pesar de su nombre científico, no es tan agresivo como el cocodrilo. No obstante, los expertos advierten que es importante mantener precauciones al interactuar con estos animales debido a su naturaleza salvaje.
Si bien no son animales que busquen interacción con los humanos, la cercanía a las viviendas aumenta el riesgo de encuentros inesperados.











