SACRAMENTO, California.- Todo comenzó con una llamada. Una residente de Sacramento buscaba alivio para un dolor físico y terminó sumergida en una serie de rituales costosos que, según le prometían, eran la única forma de salvar su vida.
¿Qué hay detrás de Caminos de la Vida? El ‘negocio de fe’ al que familias han pagado miles de dólares en Sacramento
Una investigación periodística de Univision 19 Sacramento sigue la pista de una organización señalada por realizar rituales espirituales a personas que buscaban respuestas a problemas de salud o financieros. A cambio, esta organización "Caminos de la Vida", les pide que paguen miles de dólares por rituales y hasta tratamientos con pastillas.

Según testimonios recopilados durante cuatro meses de investigación, la organización que está tras este esquema de rituales costosos es Caminos de la Vida. La organización dice tener maestros espirituales que trabajan con sus clientes en rituales y en ocasiones les ofrecen pastillas o medicamentos para sus tratamientos.
A través de anuncios por la radio hacen promesas de ayudar a las personas a obtener su trabajo más deseado, conseguir el amor eterno, quitarles las malas energías y la curación de aquellos dolores que los abatían.
Los relatos coinciden en el uso de tácticas de persuasión basadas en el miedo. Se les decía a los clientes que estaban bajo maldiciones, que sus familiares podrían morir en accidentes o que fuerzas oscuras los acechaban.
La única salida, según los supuestos maestros espirituales, era someterse a costosos tratamientos. “Dijo que tenía algo en el estómago, que si se despertaba le causaría un paro cardíaco o cerebral”, narró una de las entrevistadas.
Para solucionar estos males, le indicaron que debía comprar unas pastillas especiales por $3,300, además de realizar otros rituales.
Rituales y dinero con Caminos de la Vida
Los costos de estos procedimientos eran desorbitantes. Algunas personas reportaron haber pagado desde $1,800 hasta más de $44,000 con la esperanza de liberarse de supuestas energías negativas.
“Me pidieron quemar $33,000 como parte de un sacrificio espiritual”, contó un hombre que, sin darse cuenta, había sido víctima de un truco de intercambio de dinero.
El equipo de Univision 19 Sacramento logró concertar una cita con la organización. Durante la consulta, un miembro de equipo de periodistas experimentó de primera mano las tácticas utilizadas:
“Me pidieron doblar papel aluminio, escupirlo y calentarlo entre mis manos. Al ver el humo, me aseguraron que alguien me estaba haciendo daño”. Al finalizar el ritual, le ofrecieron un tratamiento de tres sesiones a $4,000 cada una.
Los testimonios hablan de prácticas como:
- En uno de los rituales, les pedían frotar papel aluminio mojado con agua, asegurando que el calor generado era prueba de la presencia de fuerzas malignas.
- En otro, los clientes vomitaban tras ingerir pastillas, creyendo expulsar demonios o maldiciones.
- En casos más extremos, se les mostró un frasco con restos macabros, supuestamente ligados a sus problemas espirituales.
Los investigadores también encontraron documentos firmados por clientes que excusaban a la compañía de responsabilidad por daños o resultados.
Los demandantes no tienen respuesta de las autoridades
El presunto dueño de Caminos de la Vida, Mario F. Patiño, negó las acusaciones y sugirió que personas ajenas podrían estar haciéndose pasar por ellos. Sin embargo, las direcciones de las oficinas mencionadas por los entrevistados coincidían con las que la empresa publicaba en su sitio web.
Intentamos contactar a las autoridades locales y federales, pero muchas de las respuestas indicaban que este tipo de casos se consideraban asuntos civiles, dejando a los afectados sin soluciones claras.
Lo más preocupante de esta investigación es que Caminos de la Vida no sería el único grupo operando de esta manera. Se encontraron casos similares en diferentes ciudades del país, todos con patrones casi idénticos de manipulación y engaño.
Las personas que confiaron en estos servicios terminaron con cuentas vacías y más dudas que respuestas. La gran pregunta sigue siendo: ¿quién protege a estas personas de caer en estas prácticas?.