La historia podría parecer más común de lo normal: una adolescente de preparatoria que se ve obligada a salir de su casa, tiene que arreglárselas por su cuenta para salir adelante y finalmente se ve seducida por el mundo de la pornografía para ganarse la vida.
De estudiante de preparatoria a actriz porno: qué tiene que ver esta joven con la lucha por la libertad de prensa
El intento de un Distrito Escolar de California de censurar un artículo sobre una alumna que se abre paso en la industria del entretenimiento para adultos, desató una confrontación entre las autoridades educativas y los alumnos y maestros que defienden la libertad de prensa.
El periódico estudiantil The Bruin Voice publicó la semana pasada un perfil de Caitlin Fink, una estudiante de último año en la preparatoria Bear Creek High School, en Stockton, California, quien comenzó vendiendo fotografías eróticas a través de aplicaciones de mensajería instantánea y que hoy se abre camino en la industria del entretenimiento para adultos.
Desde el viernes a la fecha, su historia explotó en las redes sociales. El trabajo periodístico se hizo viral a lo largo del fin de semana pero no por las razones que uno pudiera imaginar. Lo que hizo que la historia terminara en los medios nacionales fue el fuerte debate sobre la libertad de prensa en el que se enfrascaron una profesora de periodismo -junto a sus alumnos- y las autoridades educativas en el centro de California.
De acuerdo con el diario The New York Times, los directivos del Distrito Escolar de Lodi exigieron revisar el trabajo periodístico antes de que fuera publicado en sus versiones impresa y para Internet. Los directivos escolares temían que el artículo violara un reglamento estatal que prohíbe a los periódicos estudiantiles publicar contenido “obsceno, difamatorio y provocativo”. Pero el intento de las autoridades escolares terminó generando mucha más atención de la que el artículo tal vez hubiera recibido.
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Kathi Duffel, profesora de inglés y consejera del periódico escolar, acusó a las autoridades escolares de censura luego de recibir una carta de la superintendente Cathy Nichols-Washer, en la que la amenazan con despedirla si no hacía caso a las demandas del Distrito Escolar para que se les permitiera analizar el artículo y, de ser necesario, prohibir su publicación.
Duffel señaló que es una firme defensora de la Primera Enmienda de la Constitución de los Estados Unidos y que este semestre vio la oportunidad de darles a sus estudiantes una “clase maestra” sobre la importancia de la libertad de prensa. “Estas son historias sobre nuestros estudiantes y todas merecen ser contadas. Para nosotros se trataba de contar la historia de una chica que ha luchado desde el comienzo de su adolescencia para encontrar su camino”, dijo Duffel.
Gabriella Backus, editora en jefe de The Bruin Voice, señaló por su parte que la historia no tiene nada que ver con una apología de la pornografía, sino que más bien es un vistazo a la vida de una joven de 18 años que tuvo que dejar de la casa de sus padres y comenzar a pagar una renta por sí sola. “Ella recurrió a la pornografía por dinero y porque eso la hacía sentir empoderada. Ellos (las autoridades escolares) no entienden lo que significa ser una estudiante y no entienden el clima cultural por el que atraviesan los adolescentes”, indicó.
— The Bruin Voice (@bchsbruinvoice) May 3, 2019
El Distrito Escolar dijo a través de un comunicado que pese a que finalmente no se opuso a la publicación de la historia, no la puede respaldar debido a que no se le permitió revisarla. En una carta publicada por el abogado escolar, dijeron además que la profesora Duffel había incurrido en la insubordinación.
La víspera del fin de año de 2018, Fink dejó la casa de sus padres para irse a vivir con la familia de un amigo, en donde paga $300 mensuales por comida, servicios y renta. "Lo más complicado es asegurarme que tengo suficiente dinero. Fuera de eso, estoy bastante bien conmigo misma", señaló.
Una de las razones por las que aceptó que se publicara su historia, dice, fue para borrar los estigmas sobre la industria de la pornografía. “Tengo 18 años y lo que hago es completamente legal, no entiendo por qué todo el mundo está haciendo gran alboroto sobre esto”, explicó.
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Además de películas pornográficas, Caitlin comenzó con un trabajo como bailarina exótica en San Francisco y planea mudarse pronto a Los Ángeles para dedicarse de lleno a cumplir su sueño. “Creo que no tienes que asistir a la universidad para ser exitosa. Solo planeo iniciar mi camino (en la industria para adultos) y ver hacia donde me lleva”, dijo.
El artículo sobre su nueva carrera en la pornografía ofrece pocos detalles sobre la industria de entretenimiento para adultos. La profesora Kathi Duffel señaló que en el artículo no se hace una oda ni apología a la pornografía, sino que está escrito de una manera en la que “ayudará a los estudiantes a pensar de una manera más crítica sobre las decisiones que tienen que hacer en esta etapa de sus vidas”.










