“Yes, father. I shall become a bat.”
Batman: historias esenciales. #1 Batman: Year One

Siempre es un placer releer Batman: Year One, la obra de Frank Miller y David Mazzuchelli; por esa razón fue la primera a la que torcí la mirada cuando decidí empezar esta serie de artículos qué titulamos Batman: historias esenciales. En ellos vamos a seleccionar una obra del hombre murciélago (ayuden en los cometarios a elegir la próxima) y vamos a hacer un análisis de la historia en cuestión.
Análisis:
Batman: Year One vio la luz en marzo de 1987 en Batman #404, el primero de 4 episodios que terminaría en Batman #407, julio del mismo año. Como el título lo anticipa la historia ocurre a lo largo de un año, arrancando en un 4 de enero y cerrando un 3 de diciembre. El año exacto no es especificado. La portada de Batman #404 (el capítulo inicial, titulado Who i am, how i come to be) nos otorga aquella clásica imagen de un Bruce Wayne niño, arrodillado con el rostro en sombras junto a los cuerpos sin vida de sus padres. Solo una pizca del oscuro naturalismo con el que Mazzucchelli dibuja.

Sin embargo, la imagen no es todo. La pluma de Frank Miller es filosa y realista. Tomando el estilo de narración de los policiales negros, el guionista le otorga el protagónico no a Batman sino a Jim Gordon. El agente es quien empieza a relatar al tiempo que llega por primera vez a Gotham en calidad de teniente. En simultáneo Bruce Wayne regresa a la ciudad después de una ausencia de 12 años. Si bien Gordon está llegando en un tren atestado de gente y Wayne aterriza en un aeropuerto repleto de paparazzis esperando su arribo, hay algo que tienen en común: son hombres en busca de redención.

Mazzucchelli se inspira en Chicago para darle vida a Gotham (ejemplo que seguiría Christopher Nolan décadas después cuando usó dicha ciudad para los exteriores de sus dos primeras películas del caballero oscuro); utiliza una variada paleta de saturados y elige crear detallados fondos cuando lo considera necesario o cerrar las fugas con blanco o negro sin explicación aparente. La principal influencia del dibujante es Edward Hopper, uno de sus pintores favoritos, a quien honra colocándole su nombre a un bar en el tercer episodio.
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Por su parte, Miller utiliza temas clásicos del género negro como la corrupción policial y la violencia cruda para desarrollar una trama que sorprende en su realismo y oscuridad. Respetando el género, nos otorga protagonistas de códigos morales dudosos, antihéroes. Gordon, que lamenta tener que arrastrar a su familia a Gotham, trae consigo el peso de errores que cometió en el pasado. Se veo obligado a trabajar en una ciudad drenada por la corrupción, mientras hace malabares para mantener su vida personal en orden. Su esposa Barbara, embarazada, y la relación secreta que inicia con su colega Sarah Essen. Y un Bruce Wayne principiante, que en su intento de convertirse en el hombre que la ciudad necesita, comete errores que terminan costándole la vida a algunas personas. La historia avanza sobre dos puntos de vista de una misma situación: el surgimiento de Batman desde la visión de Bruce y como se observa desde la calle y desde la comisaría, donde Gordon trabaja para atrapar al vigilante. Los dos hombres se necesitan mutuamente y he allí el núcleo de la historia, que nos relata cómo llegó a ser la alianza entre Gordon y Batman.

Mejor escena:
La elección es simple. Se trata de la escena final del primer episodio, donde un Bruce Wayne derrotado después de su primera batalla contra el crimen regresa a su mansión. Mientras permanece sangrando sobre un sillón, observa un busto de su padre. Solo logró sacar una conclusión de su primer paseo por East End, la zona más complicada de Gotham: necesito que me teman. Casi desvanecido y mientras revive la escena de la fatídica noche en que sus padres fueron asesinados, le pregunta al busto de Thomas Wayne: "¿Cómo hago, padre? ¿Cómo hago para que me teman?" La respuesta ingresa atravesando la ventana y haciendo añicos los vidrios. En una página que demuestra el genio de Mazzucchelli como montajista, observamos los ojos de un Bruce niño, luego el mismo plano en la mirada cansada del Wayne actual y finalmente el murciélago, que se hace presente destruyendo el vidrio del ventanal. El animal, sumido casi completamente en sombras, se posa sobre el busto de Thomas Wayne. “ Yes, father. I shall become a bat.” (“ Si, padre. Me convertiré en un murciélago”) es la brillante línea con la que Miller le da cierre al primer episodio.

Mejor cita:
En el cuarto y final episodio de la serie, titualo Friend in Need, Batman trabaja junto a un joven Harvey Dent para poner tras las rejas permanentemente al traficante Jefferson Skeevers. Batman le hace una visita al criminal y una vez que lo reduce le ofrece la siguiente línea, que lo obligaría más tarde a entregarse y confesar:
“You can’t escape me. Bullets don’t harm me. Nothing harms me. But i know pain. I know pain. Sometimes I share it. With someone like you.” Traducción: “No puedes escaparte de mí. Las balas no me lastiman. Nada me lastima. Pero conozco el dolor. Conozco el dolor. A veces lo comparto. Con alguien como tú.”.
Frank Miller damas y caballeros.
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En conclusión, Batman: Year One es de las más esenciales obras del caballero de la noche y por eso la que elegimos para dar comienzo a esta sección. Llevada a cabo por uno de los mejores grupos creativos imaginables y ejecutada con excelencia. Imposible dejar pasar para los fanáticos de Batman que quizás aún no hayan visitado esta historia.
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¿Qué obra de Batman consideras esencial? Cuéntanos en un comentario y quizás sea la próxima que analicemos.