La herencia de Juan Gabriel: estuvimos dentro de la corte y te contamos lo que vimos

Sentado en la antesala de la corte, a un lado de su tío, ningún desconocido hubiera adivinado que el hijo oculto de Juan Gabriel, Joao Aguilera, apenas había conocido a Pablo Aguilera el día anterior. El único hermano vivo del ‘Divo de Juarez’ conversaba con Joao tranquilamente en el piso 12 de la corte del condado de Broward, Florida, mientras ambos esperaban que el reloj marcara las 11:00 am para ver al juez.

Ese 26 de abril, Joao uniría fuerzas con Luis Alberto Aguilera, otro hijo oculto de Juan Gabriel, con el fin de disputarse la herencia de su padre con Iván Aguilera, heredero universal del cantante mexicano.

Alrededor de las 10:30 am hora local, las puertas de uno de los elevadores del sitio se abrieron para revelar a un apresurado Iván Aguilera, rodeado de su esposa Simona Hacman, dos publicistas, sus abogados y varios guardaespaldas. Policías de la corte se sumaron velozmente al séquito que rodeaba a Iván, regañando a los reporteros que corrían detrás de ellos tomando fotografías. Incluso corrieron a uno del edificio.

El heredero universal de Juan Gabriel continuó a paso acelerado hasta llegar a la sala, donde se sentó del lado derecho. Minutos después, Joao Aguilera entró con su madre, sus abogados y su tío Pablo Aguilera y tomaron asiento del lado izquierdo de la corte. La habitación se llenó rápidamente.

Cuando el juez Charles M. Greene arribó, Luis Alberto Aguilera todavía no había llegado. Sin embargo, el joven apareció segundos después, bien peinado y vestido con un traje azul grisáceo. Aunque la banca de Joao estaba llena, sus acompañantes se apretujaron para que Luis Alberto pudiera sentarse a un lado de su hermano.

Esta era la primera vez que los tres hermanos se encontraban en la misma habitación. Sin embargo, este no sería un encuentro ni íntimo ni alegre.

El primer tema del que hablaron los abogados fue sobre el testamento de Juan Gabriel, el cual, a pesar de ser un documento confidencial, había sido publicado por varios medios de comunicación el lunes.

“Hasta la señora de la limpieza en Santa Fe [Nuevo México] ha visto el testamento”, reclamó la abogada de Luis Alberto y Joao, Annelie Alvarez, pidiéndole al juez hacer público el documento.

El abogado de Iván Aguilera aseguraba que la misma Alvarez había sido la que había compartido el documento a la prensa. El juez, confundido, hacía preguntas a los dos abogados de Iván, quienes respondían cosas diferentes. “Ustedes no se ponen de acuerdo”, dijo el juez.

Sumamente sorprendido de que el documento había sido publicado, el juez ordenó hacer el testamento público legalmente.

Un hombre sentado al lado de Pablo Aguilera, el hermano de Juan Gabriel, traducía simultáneamente todo lo que sucedía.

“La corte ha necesita educarse sobre los procedimientos mexicanos”, dijo más tarde el juez sobre el caso legal de México. Además, retó a los abogados a conseguir los documentos, traducirlos y encontrar quién es el juez del proceso en el país fronterizo.

Sin eso, dijo, el caso no podía proceder. Los reporteros fueron los primeros en salir de la corte para captar las reacciones de los hijos de Juan Gabriel y sus abogados.

Primero salió del edificio Luis Alberto, protegido por varias personas y perseguido por las cámaras. El joven aspirante a cantante rompió el silencio cuando el reportero de Despierta América Orlando Segura se pegó en la entrepierna con un barandal mientras bajaba las escaleras de la entrada a su lado. “¿Estás bien?”, le preguntó Luis Alberto. No dio comentarios.

Los abogados de Iván Aguilera fueron los siguientes en salir. Comentaron que estaban “muy contentos”, sin embargo se mostraron molestos cuando algunos reporteros preguntaron sobre los derechos de los hijos ocultos sobre algunas propiedades. Entre empujones a reporteros, seguridad y mucho movimiento, subieron a una camioneta negra y se marcharon rápidamente.

Iván Aguilera salió simultáneamente por una puerta lateral, evitando así a la prensa.

Entre el tumulto, Joao Aguilera salió con su mamá, su tío y sus abogados. “Salió bien hoy”, dijo. Se veía confundido, pero cómodo con las cámaras. Cuando los periodistas le preguntaron sobre qué sintió de ver en persona a su hermano Iván, Joao respondió, “A él no lo vi. ¿Él estaba ahí? No lo vi”.

Los reporteros volvieron a hacer la pregunta de distintas maneras, pero Joao insistió en que no había visto a Iván Aguilera.

Aunque la prensa continuaba haciendo preguntas, Joao le daba la palabra a su representante. “No escucho bien en español”, dijo.

Cuando subió a la camioneta negra que lo transportaría de regreso a su hotel en Downtown Miami, Joao dijo en inglés a Univisión Entretenimiento que se sentía “bien” y que no estaba nervioso.

Policías de la corte impidieron que la entrevista continuara en la calle, por lo que Joao se sentó en el asiento trasero de la camioneta.

Segundos después, en un gesto espontáneo antes de partir, el hijo oculto de Juan Gabriel pidió a sus acompañantes esperar un momento más para que pudiera saludar a la gente que rodeaba la camioneta. Joao se puso de pie sobre el escalón de la puerta del vehículo para que toda la muchedumbre lo viera, levantó el brazo y se despidió moviendo la mano con una gran sonrisa en la cara. Para él, el día había sido una victoria.

La próxima sesión del caso será dentró de dos semanas en la corte de Broward, en Florida.

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