"Expo Empleo joven": entre la oportunidad, la desocupación y la polémica

Fui a la expo de la Rural. Me arreglé, me tapé la rapada, los tatuajes, me saqué el piercing, todo con tal de conseguir un laburo. Estaba contenta, iba con tanta ilusión que ni siquiera me molestó el viaje helado en moto hasta allá, con un viento que me entraba en el saco rojo congelándome los pensamientos. Y sí, no iba a ir con campera a una entrevista. Además no tengo. Imaginé una cuadra o dos de cola. Estacioné la moto, saqué la cartera de la baulera, me acomodé el pantalón de vestir, chequeé plataformas, arrugas en la camisa, miré que estuviera todo en orden para entrar a conocer mi próximo trabajo. 100% actitud. Hasta que me dí vuelta hacia la entrada y sentí cómo se me desplomaba toda esperanza. La fila para entrar era tan larga que nunca vi donde terminaba, pero hasta donde pude ver, eran 6 cuadras. Una mala organización y con stands muy lindos, pero donde el 98% no tomaba currículums en mano, por ende, mucho menos entrevistas. Ir hasta allá, para que te den una dirección de mail para mandar un CV, (que podes conseguir en Google), es medio bastante una cargada.