Un tango con los Obama en Argentina

Entre vestidos excelsos, bailes que rompieron el protocolo y una comida protagonizada por cordero y vino transcurrió la cena en Buenos Aires.

Por:
Univision
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Michelle Obama y Juliana Awada mantuvieron hasta el final del día su duelo de estilos. Para la cena de Estado, celebrada en el Centro Cultural Kirchner, la Primera Dama estadounidense eligió un elegante vestido de seda rosa, lleno de incrustaciones de brillantes y de cortes verticales. Lejos de lo común, se recogió el pelo y dejó ver unos pendientes de brillo.

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Por su parte, Juliana Awada, hizo su apuesta por un vestido que a simple vista parecía confundirse con el de Michelle, por su tono pasteloso y su corte, solo que el de ella se diferenciaba en el material, un encaje gris acero. El traje, de corte de años 50, fue creado por el diseñador argentino Gabriel Lage. Ambas guardaron el protocolo con sus ausencias de escote y con el corte a media pierna que exige la etiqueta de una cena de esta magnitud.

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En esta ocasión, Tommy Perlberger y Josie Bridge del servicio Eat Catering prepararon un menú para el mandatario y 400 invitados con el cordero y el vino como protagonistas. La entrada fue un tiradito de higo con burrata, brotes tiernos, speack ahumado y foccacia, seguido por un jarrete (pierna) de cordero con papas dominó, crema de berenjena ahumada y ensalada de tomates.

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Aunque se tenía previsto que el postre fuera un plato clásico, como el tradicional dulce de leche, los chefs optaron por algo más frutal y ligero: una pavlova con durazno y piña. El vino de Mendoza, una de las regiones vitivinicultoras más relevantes de Argentina, fue el maridaje para la ocasión: un tinto de la uva autóctona malbec y un chardonnay, ambos de la vinícola Catena Zapata.

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Pero lo que sacudió la noche, más allá de las apropiadas elecciones estilísticas de las dos Primeras Damasy del buen vino, fue que de repente, sobre el centro de la pista del Centro Cultural Kirchner, dos bailarines tradicionales de tango sacaron a Barack Obama y a su esposa a bailar.

La reconocida bailarina Mora Godoy se saltó el protocolo y le propuso al Presidente de los Estados Unidos que simplemente la siguiera, aunque él insistiera en no ser un buen bailarín. Michelle Obama hizo lo suyo sin duda con un poco más de soltura, y mientras tanto, los invitados celebraron un "verdadero nuevo comienzo" en las relaciones entre Estados Unidos y Argentina, como hacía unos minutos y de manera muy formal lo había anunciado Barack Obama.

¿Se cambió Michelle Obama antes de llegar a su histórico arribo a Cuba? En realidad no, por debajo de su 'coat' negro de botones, se puede ver cómo se cuela por el viento el vestido blanco que luciría unas horas después. Tan sólo se cambió las pesadas botas de invierno.
Como muchos críticos lo habían vaticinado, la Primera Dama eligió a la diseñadora de origen venezolano, Carolina Herrera, para su primera aparición en Cuba. El vestido blanco de flores rojas y azules se agotó en menos de un día en la tienda Bergdorf Goodman.
Esta es la forma como Michelle Obama se siente más cómoda, con un vestido cruzado que es ligero, afina su cintura y tiene movimiento. Con este estampado botánico en colores dorados y negros hizo su presentación de la iniciativa 'Let Girls Learn' frente a un grupo de jóvenes cubanas en la Fábrica de Arte Cubano.
En la legendaria cena de Estado ofrecida por Raúl Castro, Michelle Obama escogió un vestido finamente bordado en flores del diseñador indio Naeem Khan, quien diseñó también los suntuosos vestidos de sus hijas, Malia y Sasha Obama para la cena de Estado realizada recientemente en la Casa Blanca, en honor del Primer Ministro de Canadá. El vestido que usó originalmente era largo, pero se adecuó al alto que exigía el 
<i>dress code</i>.
Siguiendo su refinado instinto del estilo, la primera dama permaneció fiel a su declaración primaveral con el atuendo que eligió el martes en Cuba. Con este vestido tipo 
<i>wrap dress </i>de Tory Burch, de geometrías y flores que juega con los colores de la bandera tanto de Cuba, como de Estados Unidos, hizo su aparición para sembrar dos árboles de magnolia en un pequeño parque cercano a la Plaza de las Armas y para asistir al juego de beisbol.
Finalmente, Michelle Obama usó un vestido del cubanoamericano Narciso Rodriguez, no en Cuba, como se esperaba, sino para su llegada a Argentina. El vestido azul oscuro con un vibrante arco naranja de la colección primavera 2016 fue modificado en las mangas para ajustarse a las demandas de Michelle.
Con un vestido de la colección primaver-verano 2016 de Michael Kors, la primera dama, Michelle Obama, tuvo su primer encuentro con Juliana Awada, primera dama de Argentina, quien iba vestida con unos elegantes pantalones blancos y chaleco diseñados por la argentina María Cher.
Michelle Obama, con un vestido rosa pálido y Juliana Awada, con un traje gris acero y encaje creado por el argentino Gabriel Lage, deslumbraron de nuevo con sus elecciones en la cena de Estado ofrecida por el presidente argentino, Mauricio Macri, en el Centro Cultural Kirchner en honor al mandatario de los Estados Unidos. En la cena Michelle y Obama se animaron a bailar tango.
Para cerrar su viaje a lo grande, Michelle Obama eligió una vez más a la diseñadora estadounidense Tory Burch. La primera dama usó un vestido camisero estampado en azul, que recién se desfiló en la pasarela de la colección de otoño 2016. El viento -que parecía jugarle malas pasadas a Michelle- demostró que ella no hizo mal al pensar en plena primavera en una prenda de la próxima temporada.
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¿Se cambió Michelle Obama antes de llegar a su histórico arribo a Cuba? En realidad no, por debajo de su 'coat' negro de botones, se puede ver cómo se cuela por el viento el vestido blanco que luciría unas horas después. Tan sólo se cambió las pesadas botas de invierno.
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