TAMPA, Florida.- Las islas de calor urbanas (UHI) aumentan las temperaturas en 65 ciudades de Estados Unidos, según un reciente análisis de Climate Central que identificó a las ciudades de Florida más afectadas por este fenómeno.
Islas de Calor Urbano: ¿Qué son y a qué ciudades de Florida afectan?
En ciudades como Ft. Myers y West Palm Beach, más del 90% de la población vive en áreas con un índice UHI de 8°F o más, exacerbando el calor urbano.
Las islas de calor urbanas son áreas metropolitanas que, debido a la densidad de construcciones y la falta de vegetación, e xperimentan temperaturas significativamente más altas que las zonas rurales circundantes. Con el cambio climático impulsado por actividades humanas calentando el planeta, el entorno construido de estas ciudades amplifica aún más tanto las temperaturas promedio como el calor extremo.
Este aumento de temperatura se debe principalmente a la presencia de superficies duras y oscuras, como calles, edificios y estacionamientos, que absorben y retienen el calor. Según la Agencia de Protección Ambiental de EE.UU. (EPA), el efecto de isla de calor puede resultar en diferencias de temperatura notables entre áreas urbanas y rurales.
El estudio de Climate Central calculó el índice UHI para cada grupo de bloques censales en las ciudades analizadas, estimando cuánto más calientes son estas áreas debido a las características del entorno construido.
En Florida, los resultados son alarmantes: En ciudades como Ft. Myers y West Palm Beach, más del 90% de la población vive en áreas con un índice UHI de 8°F o más. Esto significa que estos residentes experimentan al menos 8°F adicionales debido al entorno urbano, exacerbando los efectos del calor extremo.
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Ft. Myers y West Palm Beach destacan como las ciudades de Florida más afectadas por el efecto de isla de calor. En Ft. Myers, el 96% de los residentes viven en áreas con un índice UHI de 8°F o más, mientras que en West Palm Beach, esta cifra es del 94%. Esto posiciona a estas ciudades entre las más vulnerables del país en términos de exposición al calor urbano.
Estas altas temperaturas no solo resultan en incomodidad, sino que también representan un riesgo significativo para la salud pública. El calor extremo es el peligro relacionado con el clima más mortal en Estados Unidos, y durante eventos de calor extremo, el efecto de isla de calor puede empeorar el estrés térmico y las enfermedades relacionadas, poniendo en riesgo a poblaciones vulnerables y aumentando las facturas de energía debido al incremento en la demanda de refrigeración.
El análisis también destaca la desigualdad en la distribución de la carga de calor urbano. Las comunidades de color y aquellas que viven por debajo del umbral de pobreza están desproporcionadamente expuestas a la intensidad del UHI.
Esto está vinculado a una historia de políticas de vivienda racialmente sesgadas, como la práctica de redlining en la década de 1930, que calificó a los vecindarios con grandes poblaciones minoritarias como "peligrosos", limitando su acceso a préstamos hipotecarios y mejorando las condiciones de los vecindarios predominantemente blancos.
Estas prácticas históricas han dejado un legado de disparidades económicas y ambientales que todavía se sienten hoy. En Ft. Myers y West Palm Beach, las áreas históricamente “redlineadas” experimentan veranos más calurosos que las áreas no “redlineadas”, exacerbando las desigualdades existentes.
Soluciones para un futuro más fresco
A pesar del sombrío panorama, existen soluciones tanto a corto como a largo plazo para mitigar los efectos del calor urbano. Plantar árboles, especialmente a lo largo de calles pavimentadas, puede proporcionar sombra y reducir las temperaturas del aire a través de la evapotranspiración. Los techos verdes, o jardines en los tejados, también pueden ofrecer sombra y reducir las temperaturas de los tejados.
Otra estrategia es la instalación de techos frescos, hechos de materiales altamente reflectantes que permanecen más frescos que los materiales tradicionales, ayudando a reducir el uso de energía. Los pavimentos frescos son una alternativa a los pavimentos de concreto o asfalto convencionales, que pueden alcanzar temperaturas máximas de 120–150°F en verano.
Estos pavimentos frescos, hechos de materiales reflectantes y/o permeables, ayudan a reducir las temperaturas superficiales y mitigar el efecto de isla de calor.



