Padre habría lanzado a su hijo de 2 años a río en El Bronx durante visita de custodia

La policía de Nueva York busca el cuerpo de Montrell Williams, un niño de dos años que habría sido arrojado al Río Bronx por su padre durante una visita de custodia. El sospechoso se niega a revelar el paradero del menor.

Por:
Univision
Al menos tres embarcaciones del NYPD rastrean las inmediaciones del Bronx River en busca de rastros de Montrell Williams, un niño de 2 años que fue visto por última vez el pasado 10 de mayo en un edificio en Hunts Point. El padre del menor fue detenido por ser el principal sospechoso en el caso.
Video Autoridades investigan posible caso de niño arrojado al Bronx River; intensifican búsqueda en la zona

EL BRONX, NYC.- Un niño de dos años está desaparecido y se teme que haya fallecido después de que su padre presuntamente lo arrojara al Río Bronx, informó la policía de Nueva York.

Los investigadores sospechan que el padre, de 20 años, lanzó a Montrell Williams al río cerca de la autopista Bruckner. Las autoridades iniciaron la búsqueda del cuerpo del menor.

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El padre tenía una visita de custodia programada el 10 de mayo a las 22:00 horas en el área de Hunts Point, pero no devolvió al niño, quien reside en la sección Melrose.

La madre del menor, de 17 años, reportó a la policía que al encontrarse con el padre el lunes y preguntarle por su hijo, la respuesta generó preocupación. El hombre fue llevado al Precinto 40 para interrogatorio.

Durante su comparecencia en la Corte Familiar de El Bronx por incumplir el acuerdo de custodia, el padre se negó a revelar la ubicación del niño y fue enviado a prisión.

Según las autoridades, las declaraciones iniciales del sospechoso levantaron inquietudes sobre la seguridad del menor, quien no ha sido visto desde hace casi un mes.

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La periodista venezolana 
<a href="https://www.univision.com/local/nueva-york-wxtv/fallece-patricia-fuenmayor-miss-venezuela-corresponsal-univision-cancer-nueva-york">Patricia Fuenmayor</a>, quien formó parte del equipo de 
<i>Noticias Univisión 41</i> en Nueva York y se destacó por su capacidad de descubrir historias humanas en la Gran Manzana, falleció este lunes 9 de junio de 2025.
La recordamos con una de sus últimas historias, que retrata la pasión de un inmigrante por mantener viva una tradición centenaria.
En el sótano de un edificio del Alto Manhattan, un inmigrante cubano construyó un refugio para sus palomas mensajeras, manteniendo viva una práctica que se remonta a la antigüedad. Con el permiso de su empleador, Joan convirtió este espacio en un palomar donde cría y entrena a estas aves excepcionales.
Joan, quien llegó a Nueva York hace más de una década en busca de oportunidades, nunca imaginó que podría retomar su pasión por la crianza de palomas mensajeras en la ciudad.
"Mi pasión empieza desde Cuba. En Cuba yo criaba y llegué aquí a Estados Unidos y fui a un vivero una vez y vi una paloma mensajera", relató. "Y yo dije: No, esa paloma va a ser para mí. Nadie me la va a matar porque una paloma de calidad se le veía muy buena".
El proceso de crianza requiere una dedicación meticulosa. "A los cinco o seis días le pongo sus anillos, le pongo sus anillos con mi nombre, que lo mando a ser personalizado, y después, al mes y medio, empieza el proceso de entrenarla, enseñarla para que vuelen y regresen a mi palomar", explicó Joan.
El entrenamiento de las palomas demanda un compromiso significativo y un horario estricto. "Se comienza poco a poco, con mucha paciencia, porque cuando uno entrena, entrena diez millas, quince millas, veinte millas y eso es intercalado un día sí, un día no", detalló. "Tengo que levantarme a las cuatro y media de la mañana, salir a soltarla para que ellas regresen y tengo que estar en mi horario de trabajo a las ocho de la mañana. Es un sacrificio muy, muy grande".
El palomero invierte aproximadamente mil dólares en la crianza de sus aves, incluyendo huevos artificiales, anillos de identificación, pintura, medicamentos y alimentos especializados. Esta inversión se justifica por las capacidades extraordinarias de estas aves, que pueden alcanzar velocidades de 90 kilómetros por hora y vivir hasta 15 años.
El logro más destacado de Joan ocurrió cuando liberó una paloma en Pensilvania y el ave regresó a Nueva York después de aproximadamente seis horas de vuelo. "La pasión y la adrenalina que existe en esto es verla llegar. No hay nada más excitante y nada más bello que ver esa paloma cuando te llegan de cien millas, de setenta, de cincuenta", manifestó con evidente emoción.
Las palomas mensajeras han demostrado su valor no solo en términos deportivos sino también económicos. En 2020, un ejemplar europeo fue subastado por 1.9 millones de dólares después de establecer un récord al volar seiscientas millas. "Es lucrativo. Yo mismo para vender una paloma mía no la puedo vender en menos de quinientos dólares", señaló Joan.
La resistencia y lealtad de estas aves es notable. "A mí me han llegado palomas de una semana perdida, una semana y me llegan. Se pierden, llegan las otras y a la semana, cuando yo la veo, es una emoción", compartió Joan. "Y me enseñó un palomero muy famoso que las palomas que se pierden son las mejores de tu palomar porque se pasan cinco o cuatro, tres días perdidas y regresan".
Aunque el sistema de navegación y orientación de las palomas mensajeras continúa siendo un misterio para la ciencia, estas aves siguen cautivando a personas como Joan, quien mantiene viva esta tradición desde su rincón en el Alto Manhattan, demostrando que la pasión por estas aves trasciende fronteras y generaciones.
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Imagen Univision 41.