"Está claro quién tiene el control aquí": el presidente Bukele militariza y amenaza a la Asamblea Legislativa de El Salvador

El presidente de El Salvador dijo a sus seguidores que los diputados han roto el orden constitucional y llamó al pueblo salvadoreño "a la insurrección". La escena recordó al protagonismo militar de la guerra civil. El choque entre Bukele y el Parlamento comenzó el 6 de febrero de 2020, cuando el consejo de ministros que dirige Bukele convocó a los diputados a una reunión extraordinaria para tratar un punto único de agenda: la autorización para negociar un préstamo de $109 millones para financiar la tercera etapa de su Plan Control Territorial.

Efrén Lemus
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Efrén Lemus.
El presidente de El Salvador, Nayib Bukele, acompañado de miembros de las Fuerzas Armadas, habla frente al Congreso el 9 de febrero del 2020.
El presidente de El Salvador, Nayib Bukele, acompañado de miembros de las Fuerzas Armadas, habla frente al Congreso el 9 de febrero del 2020.
Imagen Salvador Melendez/AP

SAN SALVADOR, El Salvador.- El gobierno de Nayib Bukele ordenó este domingo la toma de la Asamblea Legislativa porque los diputados no le han aprobado préstamos internacionales para financiar su plan de seguridad. Decenas de policías cerraron las calles de acceso al edificio legislativo, mientras que soldados de la Fuerza Armada ingresaron al Salón Azul, el lugar donde se reúnen los diputados. La militarización del Congreso recordó el protagonismo de los militares durante los 12 años de guerra civil en ese país centroamericano (1980-1992).

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“Me ha sorprendido mucho (la militarización del edificio). No había sucedido esto durante mi carrera militar ni como diputado. Estoy sorprendido, debemos exigir el cese de esta confrontación”, dijo Antonio Almendáriz, un diputado de derecha, quien durante la guerra civil fue coronel. “El Salvador es un país al cual su democracia le ha costado sangre. Ningún salvadoreño puede estar de acuerdo con esto. Con la democracia no se juega”, escribió en su cuenta la diputada Felisa Cristales, una diputada del partido Arena que atendió la llamada del gobierno, pero que se retiró por la militarización del edificio.

El choque entre Bukele y la Asamblea Legislativa comenzó la mañana del 6 de febrero de 2020. El consejo de ministros que dirige Bukele convocó a los diputados a una reunión extraordinaria para tratar un punto único de agenda: la autorización para negociar un préstamo de $109 millones para financiar la tercera etapa de su Plan Control Territorial. El dinero se utilizará para comprar chalecos antibalas, drones, helicópteros para soldados y policías. Ese mismo día, la mayoría de diputados (54 de 84) declararon improcedente la convocatoria, alegando que el gobierno tiene esa facultad solo en casos graves como una catástrofe o una guerra.

“El sábado hasta altas horas de la noche estuvimos tratando de resolver esto. Hay un choque de poderes por algo que no vale la pena”, dijo el diputado Raúl Bonilla.

El proyecto contempla ayuda a los jóvenes de las comunidades estigmatizadas. El anuncio fue hecho tras la reunión privada del mandatario con el secretario interino de Seguridad Nacional de EEUU, Kevin McAleenan, por lo cual expertos aseguran que con el programa indirectamente Nayib Bukele está enviando señales claras de que trabajará con los jóvenes para que no emigren.
Video Presidente de El Salvador da a conocer parte de su plan para combatir la delincuencia en el país

El show de Bukele

El jueves 6 de febrero de 2020, Bukele anunció en su cuenta de Twitter que el Consejo de Ministros acordó llamar a los diputados a una sesión extraordinaria. Luego, escribió en su red social que si los diputados desobedecían la orden, el pueblo salvadoreño tenía derecho a la insurrección. El mandatario convocó “al pueblo” a una calle aledaña al edificio legislativo.

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En su discurso de este domingo, Bukele arremetió contra los diputados de Arena y el FMLN, partidos que tienen la llave para tomar acuerdos en la Asamblea Legislativa. El presidente los llamó “sinvergüenzas” y los acusó de negociar con las pandillas.

El FMLN dijo en un comunicado: “El grupo parlamentario del FMLN no asistirá a la ilegal convocatoria hecha por el Consejo de Ministros”. Mientras, Arena afirmó: “El tema que ha causado esta crisis no es la aprobación de un préstamo, el verdadero tema es la real amenaza a la democracia”.

Escoltado por militares con rifles de asalto y por agentes de la Policía Nacional Civil, el presidente de El Salvador, Nayib Bukele, irrumpió en el Congreso salvadoreño para exigir a los diputados la aprobación de un polémico préstamo para financiar un plan de seguridad contra las pandillas. La oposición de ese país ha denunciado la presión armada al parlamento como un paso previo a un autogolpe.
Representantes de EEUU y la ONU han llamado al diálogo y al respeto entre los poderes y la directora para las Américas de Amnistía Internacional, Erika Guevara Rosas, condenó el "ostentoso" despliegue militar y policial en la Asamblea Legislativa. Dijo que el movimiento de tropas "nos recuerda las épocas más sombrías de la historia de El Salvador. La Fuerza Armada y la Policía Nacional Civil reiteraron su lealtad al presidente Bukele.
La ola de protestas en Chile fue una de las mayores noticias del año pasado. La población que se manifestaba contra la desigualdad
<b> <a href="https://www.univision.com/noticias/america-latina/las-grietas-del-milagro-chileno-que-hay-detras-de-la-convulsion-social-en-uno-de-los-paises-que-mas-crece-en-america" target="_blank">y cuestionaba el tan celebrado 'milagro chileno'</a></b> pusieron contra las cuerdas al gobierno de Sebastián Piñera. A mediados de octubre, el presidente se rodeó de militares para anunciar la instauración de un polémico 
<b><a href="https://www.univision.com/temas/estado-de-emergencia">estado de emergencia</a></b> por el que sacó al ejército a las calles.
"
<b><a href="https://www.univision.com/noticias/america-latina/estamos-en-guerra-dice-pinera-tras-las-violentas-protestas-que-dejaron-11-muertos-en-chile" target="_blank">Estamos en guerra contra un enemigo poderoso</a></b>, implacable, que no respeta a nada ni a nadie y que está dispuesto a usar la violencia y la delincuencia sin ningún límite", dijo el presidente Piñera desde el edificio sede de las Fuerzas Armadas al anunciar la medida. Fue días después del inicio de las protestas desencadenadas por el aumento del precio del transporte público.
Las manifestaciones dejaron 
<b>al menos 26 muertos y miles de heridos</b>. Además, el Instituto Nacional de Derechos Humanos ha interpuesto desde el inicio de las revueltas 943 denuncias contra agentes del Estado: cinco son por homicidio, 
<b><a href="https://www.univision.com/noticias/america-latina/me-dijo-que-me-bajara-los-calzones-hasta-las-rodillas-una-joven-denuncia-vejaciones-sexuales-al-ser-detenida-en-protestas-en-chile" target="_blank">750 por torturas y tratos crueles y 134 por violencia sexual </a></b>(desnudamientos, tocamientos y cuatro violaciones).
Los militares también tuvieron un 
<b><a href="https://www.univision.com/noticias/america-latina/la-crisis-institucional-en-bolivia-es-producto-de-un-golpe-contra-morales-o-de-un-levantamiento-legitimo-en-las-calles" target="_blank">polémico rol</a></b> en la crisis institucional en Bolivia y el relevo en el poder que acabó en manos de la opositora Jeanine Añez, la encargada de liderar el proceso de transición (en la imagen en una ceremonia con las Fuerzas Armadas en la localidad tarijeña de Sanandita).
El país vivió 
<b><a href="https://www.univision.com/noticias/america-latina/un-dialogo-estancado-y-militares-en-las-calles-bolivia-sigue-sin-ver-la-luz-en-la-crisis-politica" target="_blank">protestas inéditas</a></b> tras la cuestionada reelección de 
<b><a href="https://www.univision.com/temas/evo-morales">Evo Morales</a></b> para un cuarto mandato y un recuento salpicado por acusaciones de fraude. El presidente renunció en octubre y se asiló primero en México y después en Argentina. El rol del ejército, que instó a Morales a renunciar y también salió a las calles y reprimió a manifestantes, fue muy cuestionado por los seguidores del exmandatario que aseguran que se trató de un golpe de Estado.
Pero antes que en Chile y en Bolivia, el ejército patrulló 
<b><a href="https://www.univision.com/noticias/america-latina/el-presidente-moreno-decreta-un-toque-de-queda-en-quito-en-el-decimo-dia-de-protestas-en-su-contra" target="_blank">las calles de Ecuador</a></b>, donde su presidente, Lenín Moreno, impuso un toque de queda. Además, en octubre, en medio de las protestas, el mandatario anunció que trasladaba la sede del gobierno a Guayaquil rodeado de militares.
La oleada de protestas en Ecuador, liderada por organizaciones indígenas y sociales, fue provocada por un decreto ejecutivo que eliminó el subsidio al precio de la gasolina, una de las medidas establecidas en respuesta a un acuerdo al que el país llegó con el 
<b><a href="https://www.univision.com/temas/fondo-monetario-internacional">Fondo Monetario Internacional</a></b>. Tras doce días de protestas en las calles, que dejaron 
<b>10 muertos y más de 1,300 heridos</b>, la revuelta popular se frenó al 
<b><a href="https://www.univision.com/noticias/america-latina/grupos-indigenas-y-el-gobierno-llegan-a-acuerdo-en-ecuador-tras-12-dias-de-protestas-y-enfrentamientos">derogarse esa polémica medida</a></b>.
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El presidente de Perú, Martín Vizcarra, también se rodeó de altos jefes militares para lanzar un mensaje de fortaleza frente a la crisis política que vivía su país. Fue a finales de septiembre cuando
<b><a href="https://www.univision.com/noticias/america-latina/el-congreso-de-peru-suspende-al-presidente-vizcarra-por-incapacidad-temporal" target="_blank"> anunció la disolución del Congreso</a></b> después de que el Parlamento pidiera la inhabilitación del mandatario.
El gobernante venezolano, 
<b><a href="https://www.univision.com/temas/nicolas-maduro">Nicolás Maduro</a></b>, recurrió de nuevo al ejército para mostrar que sigue contando con el apoyo de sus altos mandos frente al movimiento liderado por Juan Guaidó. El 27 de enero, poco después de que Guaidó se proclamase presidente interino y fuese respaldado por medio centenar de países, Maduro participó en un ejercicio militar en Valencia (Carabobo). El mandatario también se rodeó de militares después del frustrado 
<b><a href="https://www.univision.com/noticias/america-latina/guaido-rodeado-de-militares-llama-a-los-venezolanos-a-las-calles-el-cese-de-la-usurpacion-empezo-hoy">levantamiento</a> </b>en su contra el 30 de abril.
El Honduras, el presidente Juan Orlando Hernández anunció, acompañado de militares, el despliegue de las Fuerzas Armadas "para garantizar seguridad e integridad de la población hondureña" frente a las protestas de miles de ciudadanos que llevaban meses en las calles para exigir su salida y rechazar la privatización de la salud y educación.
En el caso de México, el gobierno de Andrés Manuel López Obrador decidió en 2019 destinar a la recién creada 
<b><a href="https://www.univision.com/noticias/inmigracion/amlo-despliega-a-la-guardia-nacional-su-principal-estrategia-para-reducir-en-45-dias-el-flujo-de-migrantes-a-eeuu" target="_blank">Guardia Nacional a frenar el flujo de migrantes centroamericanos</a></b> tras llegar a un acuerdo al respecto con EEUU. La decisión dejó imágenes como esta en la fronteriza Ciudad Juárez donde se ve a una migrante guatemalteca abrazando a su hijo y rogándole a un militar que le dejara cruzar la frontera.
Para el analista Adam Isaacson de la 
<b><a href="https://www.wola.org/analysis/latin-america-political-turmoil-doing-to-civilian-control-of-the-military/" target="_blank">Oficina en Washington para Asuntos Latinoamericanos (WOLA)</a></b>, este regreso del ejército a primera fila en diversos países en Latinoamérica es preocupante por varios motivos. En primer lugar, dice, porque "los líderes civiles electos son cada vez más débiles en comparación con las Fuerzas Armadas", como muestra la última encuesta del 
<b><a href="http://www.latinobarometro.org/lat.jsp" target="_blank">Latinobarómetro</a></b>.
Además, dice Isaacson en su análisis, en muchas ocasiones, estos líderes "debilitados" de cara a la opinión pública recurren a los militares para "defenderse de su propia gente a la que ven como una amenaza".
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Escoltado por militares con rifles de asalto y por agentes de la Policía Nacional Civil, el presidente de El Salvador, Nayib Bukele, irrumpió en el Congreso salvadoreño para exigir a los diputados la aprobación de un polémico préstamo para financiar un plan de seguridad contra las pandillas. La oposición de ese país ha denunciado la presión armada al parlamento como un paso previo a un autogolpe.
Imagen Rodrigo Sura/EFE

Bukele dijo a sus seguidores que los diputados han roto el orden constitucional. “El pueblo salvadoreño tiene derecho a la insurrección para remover a esos funcionarios. Les quiero pedir que me dejen entrar al Salón Azul y que Dios nos de sabiduría para los pasos que vamos a tomar”. Y, sin más rodeos, se dirigió hacia la Asamblea Legislativa.

En el pleno apenas estaban una veintena de diputados. Lo que destacaba en el Salón Azul eran militares fuertemente armados, con cascos, y policías antimotines. Bukele se sentó en la silla del ausente presidente de la Asamblea Legislativa, Mario Ponce. Tomó un micrófono y dijo: “Está claro quién tiene el control aquí”. Luego, se cubrió la cara con sus manos e hizo una oración. Y se retiró sin decir una palabra.

Afuera, sus seguidores lo esperaban. Subió a la tarima y dijo: “Yo le pregunté a Dios y me dijo: paciencia”, en alusión a que no tomaría el control de la Asamblea Legislativa. “En unos meses vamos a tener (el control) esta Asamblea (El Salvador celebrará elecciones en febrero del próximo año)”. ¡No, no!, gritaban algunos seguidores de Bukele, quienes esperaban el aval presidencial para una insurrección.

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El presidente salvadoreño dio un plazo de una semana para que los diputados ratifiquen un préstamo de $91 millones y le autoricen a negociar otro de $109 millones.

“Si estos sinvergüenzas no aprueban en la semana... A todos estos sinvergüenzas los vamos a sacar por la puerta trasera. Una semana, señores. Pidan la paciencia, la prudencia por una semana. Ningún pueblo que va en contra de Dios ha triunfado. En una semana los convocamos acá. Yo no me voy a oponer de nuevo (a la insurrección)”, dijo el mandatario.

La embajada de los Estados Unidos, el alto comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, la Unión Europea, así como gremiales empresariales locales, externaron su preocupación por la crisis política salvadoreña. “Hacemos un llamamiento para que la situación se resuelva de forma satisfactoria y pacífica y que la independencia de las instituciones se respete. El irrespeto al orden constitucional rompería con 28 años de estabilidad democrática y causaría un gran daño a la convivencia y a la imagen internacional del país”, reza el comunicado de la Unión Europea, por ejemplo.


Mira también:

El presidente de El Salvador, Nayib Bukele, desplegó a finales de julio a 1,000 nuevos soldados para tratar de arrebatar a las pandillas el control de cinco ciudades, las cuales se encontraban fuera de un plan lanzado el pasado 20 de junio.
Los efectivos militares estarán distribuidos en las ciudades de Chalatenango (norte), Sensuntepeque (noreste), San Francisco Gotera (noreste), San Vicente (este) y Zacatecoluca.
Bukele, quien pasó revista a los nuevos elementos del Ejército, aseguró que este grupo forma parte de los 3,000 militares con los que busca reforzar su plan de seguridad.
Nayib Bukele, criticado por diversos sectores al militarizar la seguridad pública, aseguró que el uso del Ejército se respalda en la Constitución, que le da la potestad de utilizarlo cuando "se hayan acabado todas las demás opciones para pacificar" el territorio nacional.
"En nombre del pueblo salvadoreño y como su comandante general les doy la bienvenida a la Fuerza Armada. Sobre sus hombros está la gloria de nuestra institución, sobre sus armas está la gloria de nuestro país", sostuvo Bukele.
Con este despliegue, suman 7,000 elementos de la Policía Nacional Civil (PNC) y del Ejército concentrados en 22 localidades, con lo que Bukele busca recuperar el control de los territorios y cortar las fuentes de financiación de las pandillas.
"No vamos a darle tregua a la delincuencia, vamos a ganar esa batalla", aseguró Bukele.
El gobierno pidió recientemente al Congreso 91 millones de dólares para financiar la segunda etapa de su plan, que incluye programas en las comunidades con presencia de pandillas para tratar de disputar el reclutamiento de jóvenes a las maras.
Las pandillas, un fenómeno considerado como herencia de la guerra civil (1980-1992) y que se fortaleció con la deportación de pandilleros de Estados Unidos, han resistido a los planes de seguridad implementados en las últimas cuatro administraciones.
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El presidente de El Salvador, Nayib Bukele, desplegó a finales de julio a 1,000 nuevos soldados para tratar de arrebatar a las pandillas el control de cinco ciudades, las cuales se encontraban fuera de un plan lanzado el pasado 20 de junio.
Imagen EFE/ Rodrigo Sura
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