Una familia de indocumentados es atacada con pistolas de aire, pero no denunciará por miedo

El hombre, procedente de Honduras, no presentó denuncia ante la policía por temor a ser deportado. Tanto él como dos de sus hijos fueron heridos por los balines que les dispararon sus atacantes.

Por:
Univision
El incidente ocurrió en Oklahoma City cuando tres adolescentes afroestadounidenses persiguieron y abrieron fuego contra la familia inmigrante por el patio trasero de una casa. La menor, de unos 5 años, resultó herida en una de sus piernas.
Video Tres jóvenes atacan con pistolas de aire comprimido a un padre hispano y a sus tres hijos pequeños

Un inmigrante indocumentado de Honduras y sus tres hijos salían del supermercado cuando fueron agredidos por tres adolescentes con pistolas de balines en Oklahoma City.

Para huir de ellos, se internaron en el patio de una casa, hasta donde le siguieron los jóvenes, que les dispararon y luego escaparon.

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Zita Quintero, propietaria de la casa, se cruzó con los atacantes mientras huían y cuenta cómo encontró en su patio a un hombre con dos chicos y una niña, pidiendo ayuda.

El hombre le contó que habían sido atacados y estaban lastimados por disparos de balines que alcanzaron a la niña en un muslo, a un hijo en un brazo y a él en un hombro.

Según la propietaria, el padre de los niños no quiso denunciar el asalto a la policía, pues le contó que era de Honduras y no tenía papeles para residir de forma legal en Estados Unidos.

Para cuando las autoridades llegaron al lugar ya la familia se había marchado, por temor a que el padre fuera deportado. Quintero denunció ella misma lo ocurrido a la policía y les entregó un video donde se aprecian los hechos, grabado por una cámara de seguridad.

Los atacantes eran afroamericanos y presuntamente menores de edad. Según algunos testigos, perseguían a la familia para robarle.

Este miércoles, los tres comisionados del condado de Oklahoma debatieron sobre la presencia de dos agentes de ICE en la cárcel del condado. Dos de ellos perciben el papel de los agentes como beneficioso mientras una tercera lo encuentra inaceptable, pues muchos presos podrían ser deportados sin ni siquiera haber sido condenados. El debate es resultado de repetidas protestas de activistas y organizaciones comunitarias contra la presencia de ICE en la prisión.

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La 
<b><a href="https://www.univision.com/noticias/crisis-en-venezuela/al-grito-de-fuera-queman-campamento-de-inmigrantes-venezolanos-en-una-ciudad-fronteriza-de-brasil">protesta contra la presencia de los venezolanos</a></b> se desató por el supuesto asalto de un grupo de inmigrantes de ese país a un comerciante brasileño. La manifestación acabó de manera violenta cuando algunos manifestantes comenzaron a quemar las tiendas de campañas y los enseres de los venezolanos para tratar de expulsarlos.
Los venezolanos han llegado masivamente en los últimos meses a la ciudad fronteriza de Paracaima, en Roraima, 
<b><a href="https://www.univision.com/temas/crisis-en-venezuela">huyendo de la crisis económica, política</a></b> y social que atraviesa su país. Además de quemar las pertenencias de los venezolanos y gritar consignas para que se regresen a su país, los manifestantes también quemaron cauchos para cortar las vías.
Joana, una venezolana del estado Anzoátegui de 24 años, posa con su hijo Bruno, de 6 meses, delante de las que eran sus pertenencias quemadas.
"Los brasileños vinieron corriendo con palos y botellas. Nos quemaron todo, incluso la ropa de los niños", lamentó Joana en declaraciones a Reuters este domingo. "Tengo miedo. No sé dónde voy a dormir hoy o si habrá otro ataque. Hemos perdido todo. Sólo tengo mi cédula".
Cerca de 1,200 venezolanos regresaron a su país el sábado, según le dijo el colonel Hilel Zanatta a la agencia Reuters. El ejército reforzó sus tropas en esa frontera para encargarse de la crisis generada por el ingreso masivo de venezolanos. En la imagen, el coronel Zanatta ayuda a un venezolano con su equipaje.
Este domingo, se pudo ver a algunos emigrantes en la carretera de Santa Elena caminando hacia Brasil, pero en un número mucho menor a días anteriores.
Pero muchos de ellos optaron por permanecer en Venezuela. "Prefiero morir de hambre en Venezuela con mi familia a que me maten por una agresión aquí", le dijo al 
<a href="https://g1.globo.com/rr/roraima/noticia/2018/08/18/prefiro-morrer-de-fome-na-venezuela-do-que-agredido-aqui-diz-imigrante-atacado-por-brasileiros-na-fronteira-em-rr.ghtml">diario brasileño G1</a> Alexander Pérez, un mecánico de 38 años venezolano víctima del ataque.
Su esposa, Yaretsi Correa, de 37 años, le dijo a ese periódico que no podía parar de llorar al ver que perdió por las llamas toda la comida que estaba guardando para llevar a sus hijos en Venezuela y sus documentos. "Ellos (los brasileños) nos dijeron que si seguimos aquí nos van a matar. Voy a estar más tranquila cuando crucemos la frontera", afirmó antes de llegar a la ciudad venezolana de Santa Elena. En la imagen, unos niños comen pan en la terminal de esa ciudad.
En un comunicado, el gobierno de Roraima aseguró haber enviado refuerzos a la zona para "proteger a la población" y lamentó tener saturados servicios públicos y no contar con el apoyo con el gobierno central por la llegada masiva de venezolanos.
María, una caraqueña de 44 años posa con sus hijas Jennifer y Carolina, de 27 y 25 años, en el control fronterizo de Paracaima con bolsas de ropa donada.
Un voluntario le pone una vacuna del sarampión al venezolano Yan Manuel tras mostrar su cédula de identidad en el puesto fronterizo de Pacaraima.
Las autoridades brasileñas calculan que cerca de 400 inmigrantes venezolanos cruzan diariamente la frontera con Brasil. En total, se cree que unos 50,000 venezolanos se han establecido en Roraima, la mitad de los cuales están en Boa Vista, la capital regional, donde están ubicados la gran mayoría de los centros de acogida.
Tras los disturbios del fin de semana, las autoridades de Roraima pidieron al Tribunal Supremo que cierre la frontera con Venezuela. Sin embargo, el ministro de Seguridad Institucional de la Presidencia de Brasil, Sergio Etchegoyen, dijo que eso sería "impensable" e "ilegal".
Pero los vecinos de la localidad brasileña lamentan que el gobierno federal no está tomando en serio la situación, según denunció a la agencia Efe el alcalde de Pacaraima, Juliano Torquato. "Tenemos todos los servicios públicos saturados. Estamos sobreviviendo en una realidad y no sé cómo (...) Estamos con nuestros recursos a cero, vamos a entrar en colapso", lamentó.
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Imagen Nacho Doce / Reuters
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