El enfermero que mató al menos 85 pacientes "por aburrimiento" es condenado a cadena perpetua

El enfermero alemán Niels Hoegel, de 42 años, admitió que provocaba ataques cardíacos y colapsos circulatorios a sus pacientes con sobredosis de drogas por el placer que le daba revivirlos. La policía sospecha que sus víctimas reales podrían llegar a las 200.

Por:
Univision
Niels Hoegels confesó su culpabilidad en varias decenas de muertes y contó cómo y por qué lo hacía.
Niels Hoegels confesó su culpabilidad en varias decenas de muertes y contó cómo y por qué lo hacía.
Imagen Mohssen Assanimoghaddam/AP

La justicia alemana condenó este jueves a cadena perpetua a un enfermero de 42 años por el asesinato de 85 pacientes en dos hospitales. Con estos cargos, se cree que Hoegel podría ser el mayor asesino en serie de la historia reciente de ese país, según señalan varios medios.

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El enfermero Niels Hoegel confesó culpabilidad y reconoció 43 de las muertes que se le imputaban en el proceso judicial iniciado el pasado mes de octubre en Oldenburg, una ciudad del centro de Alemania.

Según confesó el propio asesino, su 'método' consistía en provocar crisis cardíacas o colapsos circulatorios a sus pacientes solo por el placer que le provocaba reanimarlos.

Para ello, Hoegel usaba drogas como Ajmalin, Sotalol y Lidocain. Se han buscado restos de esas medicinas en los cadáveres para usarlas como pruebas, pero el hecho de que muchos cuerpos han sido cremados impide saber el verdadero número de víctimas del enfermero, que la policía actualmente sospecha que podría llegar a 200.

Los fiscales ya habían señalado a la justicia en 2018 que Hoegel lo hacía "aburrimiento".

La defensa planteaba reconocer 55 casos de asesinato, 14 de intento de asesinato y la solicitar absolución ante otros 31. La fiscalía por su parte imputaba 97 muertes y en otras tres reconocía que no había pruebas suficientes para inculparlo.

Además de la cadena perpetua por 85 asesinatos, la justicia le ha prohibido ejercer su profesión para siempre, además de resaltar la gravedad de los hechos, lo cual dificulta que pueda salir por buen comportamiento después de 15 años.

Hoegel ya se encuentra cumpliendo su otra sentencia a cadena perpetua, impuesta en 2015, por ser responsable de la muerte provocada de seis pacientes, pero la fiscalía sospechaba que en realidad se trataba de un letal asesino en serie y sus crímenes podían llegar a un centenar, con lo cual se abrió otro caso contra él.

El sujeto compareció en un juzgado de Alemania este martes y confesó que administraba medicamentos contraindicados a sus pacientes.
Video Exenfermero de Alemania admite que mató a unos 100 pacientes "por aburrimiento"


Para la investigación se revisaron cientos de historiales médicos y se exhumaron más de 100 cadáveres de 67 cementerios diferentes, uno de ellos incluso en Turquía, y las pruebas obtenidas sustentaron la condena de este jueves.

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Ante los familiares de las víctimas que participaron en el juicio, Hoegel dijo estar arrepentido y avergonzado y que durante el proceso fue consciente del dolor que ha ocasionado al jugar así con la vida de decenas de personas, que tenían entre 34 y 96 años de edad.

En el primer juicio, el confeso asesino en serie contó la tensión que experimentaba al inyectar la sobredosis de droga a los pacientes, en espera de poder reanimarlos, lo que le proporcionaba euforia. En cambio, si morían, se quedaba deprimido y se prometía a sí mismo no provocar más muertes, hasta que esa sensación “se desvanecía con el tiempo”, explicó.


El asesino trabajó en los hospitales alemanes de Oldenburg, entre 1999 y 2002, y Delmenhorst, entre el 2003 y el 2005, cuando fue descubierto por una colega mientras aplicaba una de estas dosis potencialmente mortales a un paciente. A partir de entonces se abrieron las investigaciones.

El asesino serial Ted Bundy, un día antes de ser ejecutado en la silla eléctrica en Florida, el 23 de enero de 1989. Las autoridades lograron confirmar 
<a href="https://www.univision.com/noticias/asesinatos/en-fotos-la-mirada-de-los-asesinos-mas-crueles-del-ultimo-siglo-fotos">36 asesinatos cometidos por Bundy en los estados de Washington, Utah, Colorado y Florida, entre 1974 y 1979</a>.
Las víctimas de Bundy eran mujeres universitarias y madres jóvenes. Con algunas de ellas había entrado en confianza gracias a su personalidad extrovertida. Su método de agresión casi siempre consistía en golpear a sus víctimas con objetos contundentes en la cabeza, después de agredirlas sexualmente. La fotografía es de Margaret Bowman, una estudiante de la Universidad de Florida que asesinó en 1977.
Bundy comenzó su ola de asesinatos a principios de 1974 en el estado de Washington, cuando tenía 27 años. Allí cursó estudios de Psicología y Derecho y durante mucho tiempo logró burlar a las autoridades por su capacidad para ocultar su verdadera identidad. En la imagen, el asesino sonríe con una mujer de su equipo de defensa mientras era juzgado en Miami, en 1979.
Varias mujeres desaparecieron en el año 1974 en los alrededores de la ciudad de Seattle y en julio de ese año Bundy se mudó a Midvale, Utah, a unas 700 millas al sureste, para continuar su rutina violenta. El auto donde Bundy cometió varios de sus crímenes, un Volkswagen escarabajo, fue vendido en una subasta por 925 dólares y permaneció hasta 1997 en un estacionamiento de Salt Lake City.
Una víctimas logró zafarse del ataque y describió a Bundy a las autoridades. Su auto Volkswagen fue reconocido por testigos. La policía de Utah logró las primeras conexiones entre los asesinatos en su estado y los cometidos en Washington y lograron un primer retrato hablado del asesino. La fotografía fue tomada durante la búsqueda de Sue Curtis, quien desapareció el verano de 1975 en Utah. Bundy confesó que había cometido este crimen una hora antes de su ejecución el 24 de enero de 1989.
A principios de 1975 los asesinatos de Bundy comenzaron a suceder alrededor de Aspen, Colorado, unas 500 millas al este. Cerca de una decena de mujeres jóvenes desaparecieron o fueron encontradas muertas despues de ser violadas. La fotografía muestra a Bundy dirigiéndose al jurado en una corte de Miami, en 1979.
Bundy fue por primera vez reconocido en el retrato hablado por una exnovia de sus tiempos de Seattle y por algunas de sus víctimas de Colorado que sobrevivieron o se escaparon antes de ser asesinadas. En agosto de 1975 su Volkswagen fue reconocido. En el auto hallaron algunas evidencias que lo vincularon con los crímenes: una palanca de metal, esposas y cinta adhesiva. La fotografía es de Bundy bajo arresto en Aspen, Colorado, en junio 1977.
A principios de 1976 comenzó un juicio contra Bundy en Utah, cuando él tenía 29 años. Logró escaparse de la biblioteca de la prisión y eludió a las autoridades durante seis días. El juicio continuó, una de las sobrevivientes lo identificó y fue condenado por secuestro agravado. La imagen es de un cartel del FBI que describe a Bundy como “educado universitario, entusiasta del ejercicio físico”. El criminal se escapó otra vez de la cárcel al año siguiente.
Las evidencias encontradas en su Volkswagen revelaron a los investigadores que Bundy también había asesinado a por lo menos dos mujeres y la policía de Colorado levantó contra él cargos por asesinato a finales de 1976. El segundo escape, en enero de 1977, fue por el techo de la prisión. Bundy se mudó de estado de nuevo, sus próximos crímenes los cometería en Florida. En la fotografía se observa a policías y perros seguir el rastro del criminal luego de su segundo escape en Aspen, Colorado.
Bundy atacó a varias mujeres de la fraternidad Chi Omega de la Universidad de Florida, en Tallahassee. Las víctimas sufrieron el mismo patrón de las agresiones de Colorado y Utah. Una de las jóvenes murió, pero al menos dos sobrevivientes pudieron dar pistas del atacante.
En Tallahassee Bundy agredió a otra mujer, que también sobrevivió a pesar de las fracturas que le produjo en su cráneo, y en febrero de 1978 secuestró, violó y asesinó Kimberly Leach, una niña de 12 años de Lake City, Florida (en la fotografía). Su cuerpo fue encontrado ocho semanas después.
Después de este crimen Bundy regresó a su apartamento en Tallahassee, tomó sus pertenencias y escapó en un auto robado. Fue atrapado en Pensacola, al sureste de Florida, cuando las autoridades reconocieron el auto. Esta fotografía de Bundy fue tomada en 1979.
En junio de 1979 fue juzgado por los crímenes de la Universidad de Florida en Tallahassee en un tribunal de Miami. El juicio tuvo gran impacto en la opinión pública y calificaron a Bundy como uno de los asesinos más despiadados del país. En la fotografía un experto de la policía de Florida muestra una ropa interior de mujer como evidencia en el juicio, en julio de 1979.
Bundy ejerció como su propio abogado en algunas fases del juicio. El testimonio de Nit Jane Neary (en la fotografía), sobreviviente del ataque a las universitarias de la hermandad Chi Omega en la Universidad de Florida, fue clave en la acusación.
Los odontólogos forenses demostraron que las marcas de mordidas encontradas en los cuerpos de las víctimas pertenecían a Bundy. En la imagen el Dr Lowell J Levine, uno de los expertos en odontología, explica sus hallazgos al jurado.
La madre de Bundy, Maria Luisa Bundy, también fue llamada a testificar en la corte de Miami. La mujer lloró durante su presentación ante el jurado donde pidió clemencia para su hijo.
En julio de 1979 el jurado lo declaró culpable y el juez Edward Cowart lo condenó a la silla eléctrica. Cuando ya esperaba por el cumplimiento de la sentencia, el estado de Florida decidió juzgarlo por el asesinato de Kimberly Leach, la niña de 12 años de Lake City. La imagen es una de las evidencias del juicio, el cuerpo sin vida de una de las estudiantes de la Universidad de Florida.
Como su propio abogado, Bundy trató de retrasar la ejecución lo más posible y logró dilatar la pena de muerte, incluso a minutos de su ejecución: reveló los lugares donde se encontraban algunos de los cuerpos de sus víctimas y solicitó una prórroga para confesar otros asesinatos, algunos de los cuales no eran ciertos. La imagen es de una de las entrevistas que ofreció antes de la ejecución.
Finalmente fue electrocutado el 24 de enero de 1989. En la fotografía se observa el momento en que su cuerpo sin vida es transportado por las autoridades en Gainesville, Florida.
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El asesino serial Ted Bundy, un día antes de ser ejecutado en la silla eléctrica en Florida, el 23 de enero de 1989. Las autoridades lograron confirmar 36 asesinatos cometidos por Bundy en los estados de Washington, Utah, Colorado y Florida, entre 1974 y 1979.
Imagen Mark Foley/Ap
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