Sin tiros ni heridos ni pago: el rescate de un menor secuestrado por cuatro días en la habitación de un motel

Las autoridades rescataron a un joven de 17 años en el sur de California después de que fuera secuestrado y retenido durante cuatro días por captores que amenazaron con hacerle daño si su familia no pagaba un rescate de $500,000.

El menor fue rescatado el pasado viernes después de que las fuerzas del orden lo rastrearon a él y a sus tres secuestradores hasta un motel en Santa María, una ciudad que está aproximadamente a 140 millas al noroeste del centro de Los Ángeles.

Los tres secuestradores afrontan una acusación federal que podría enviarlos a prisión de por vida.

"Pocas cosas pueden ser tan aterradoras para un padre como tener a su hijo secuestrado y retenido como rehén bajo amenaza de daño físico", declaró el fiscal de Los Ángeles Martin Estrada. "Junto con el FBI y nuestros socios locales de las fuerzas del orden, hemos actuado rápidamente para rescatar a la víctima y llevar a los secuestradores ante la justicia y evitar una tragedia devastadora".

¿Cómo fue el secuestro?

La pesadilla comenzó la mañana del pasado lunes 18 de septiembre, cuando los secuestradores provocaron un accidente automovilístico en el condado de San Bernardino, aproximadamente a 200 millas de Santa María, y captaron al joven cuando este salió de su auto para revisar los daños, según la Fiscalía de Los Ángeles. La cámara de un timbre grabó el secuestro.

Por la tarde, la madre de la víctima recibió una llamada telefónica de un número de México. El interlocutor exigió la entrega de $500,000 en un lugar no especificado en Nogales, para la entrega del menor y afirmó que el secuestro era culpa del padre de la víctima.

Poco después, se utilizó un número de teléfono mexicano diferente para enviar un video por WhatsApp a la madre, mostrando al secuestrado en el asiento trasero de su propio vehículo leyendo un mensaje en el que decía que el secuestro era culpa de su padre por un incidente que ocurrió en Nueva York.

El texto leído por el joven indicaba que el padre sabía lo que había robado.

Durante varios días, la madre de la víctima recibió múltiples llamadas telefónicas de diferentes números mexicanos en las que el interlocutor exigía el pago y amenazaba con empezar a mutilar al secuestrado si no se realizaba el pago.

La demanda de rescate, que no se pagó, se redujo a $100,000, dice el comunicado de la Fiscalía.

El rescate y el arresto de sus secuestradores

El FBI, según la denuncia, obtuvo una orden que permitía el uso de un simulador de celda, una herramienta de vigilancia que imita una torre de telefonía celular, haciendo que los teléfonos en las cercanías queden registrados y puedan ser rastreados.

Finalmente, las fuerzas del orden rastrearon a los acusados hasta un motel en Santa Maria, al identificar en una publicación de Facebook Marketplace el vehículo utilizado durante el secuestro y al revisar las imágenes de la cámara que captó el momento del secuestro.

Durante la ejecución de una orden de registro en una de las habitaciones del motel, agentes del equipo SWAT del FBI de la Oficina de Campo de Los Ángeles ingresaron a la habitación del motel por la puerta y las ventanas adyacentes para rescatar al adolescente y arrestar a los secuestradores, contó un oficial citado por la CNN.

La policía halló a los tres acusados, uno de los cuales arrojó un arma de fuego al suelo, y a la víctima, que estaba tendida en el suelo en un rincón de la habitación, según la declaración jurada. No hubo disparos ni heridos.

¿Quiénes son los secuestradores?

La Fiscalía identificó en el boletín a los secuestradores del joven como Fidel Jesús Patiño Jaimes, de 22 años, Jair Tomás Ramos Domínguez, de 26 años, de Santa Maria, y Ezequiel Felix López, de 27 años. Todos dijeron a las autoridades que eran de Santa Maria.

Los tres fueron acusados de secuestro, un delito grave que conlleva una pena máxima de cadena perpetua.

Con información de AP.

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