Arliya Martin aceptó su diploma de secundaria con alivio y gratitud.
Un diploma de secundaria por $465 y sin recibir clases: el oscuro caso del sistema escolar de Louisiana
No hay forma de saber qué tipo de educación están recibiendo los alumnos de esas escuelas, o ni siquiera si la están recibiendo. Más de 21,000 estudiantes están matriculados en escuelas no aprobadas en Louisiana, casi el doble que antes de la pandemia.
Sentía que era su boleto hacia un trabajo mejor remunerado después de haber sido expulsada de la escuela secundaria y haber trabajado duro durante ocho años en fábrica para mantener a sus hijos.
Pero Martin no tomó ninguna clase ni aprobó ningún examen para recibir su título. Lo obtuvo en julio en una escuela donde los estudiantes pueden obtener un diploma de escuela secundaria por $465.
A diferencia de las escuelas públicas, los programas formales de educación en el hogar o las escuelas privadas tradicionales, casi 9,000 escuelas privadas en Louisiana no necesitan la aprobación estatal para otorgar títulos. Casi todas esas escuelas no aprobadas fueron creadas para atender a una sola familia que educa en el hogar, pero algunas tienen edificios, aulas, maestros y docenas de estudiantes.

Auge de las escuelas no autorizadas, un resultado de la pandemia
Si bien las escuelas no aprobadas representan un pequeño porcentaje de los estudiantes del estado de Louisiana, son un ejemplo en rápido crecimiento de las continuadas consecuencias del covid-19 en el país: familias que se desconectan de la educación tradicional.
La matrícula de las escuelas públicas de Estados Unidos cayó en más de 1.2 millones de estudiantes en los dos primeros años de la pandemia. Muchos cambiaron a escuelas privadas o dijeron a su estado que estaban educando en casa. Miles más no pudieron ser contabilizados en absoluto, según un análisis de la agencia AP y sus socios.
Los estudiantes de ese sistema escolar aislado de Louisiana no están desaparecidos. Pero no hay manera de saber qué tipo de educación están recibiendo, o si al menos la están recibiendo. Más de 21,000 estudiantes están matriculados en escuelas no aprobadas en el estado, casi el doble que antes de la pandemia, según datos obtenidos a través de una solicitud de registros públicos por parte de AP y The Advocate, un medio de noticias asociado en Louisiana.
¿Qué dicen los defensores de estas escuelas?
Para los partidarios del sistema, el objetivo es evitar la supervisión estatal. Los defensores de este tipo de escuelas no aprobadas dicen que son una extensión natural de la doctrina de los derechos de los padres.
El lugar donde Martin obtuvo su diploma, la Escuela Preparatoria de Springfield, se anuncia como una escuela coordinadora para estudiantes cristianos que se educan en el hogar. La mayoría de los estudiantes asisten a la escuela para trabajar en su educación a través de clases reales o tutorías.
Sin embargo, la directora Kitty Sibley Morrison también está dispuesta a otorgar un diploma a cualquier persona cuyos padres digan que fueron educados en casa, incluso años antes. "Sus padres están a cargo de ellos, no el estado" de Louisiana, dijo Sibley Morrison y asegura que no vende diplomas, sino lo que describe como servicios de por vida para familias que educan en el hogar.
Sin embargo, en la ventana delantera del edificio de la escuela hay una lista de precios pegada con cinta adhesiva: $250 por los servicios del diploma, $50 por la tarifa de solicitud, $35 por la funda del diploma y $130 por una ceremonia con toga y birrete.

Cómo surgieron las escuelas no aprobadas de Louisiana
El gobierno no tiene forma de verificar la seguridad, la calidad o incluso si existe una de estas escuelas, dijo Laura Hawkins, exfuncionaria del Departamento de Educación de Louisiana.
Los padres que educan en el hogar y desean que sus hijos reciban un diploma de escuela secundaria reconocido por el estado pueden solicitar el programa oficial de estudio en el hogar. Alternativamente, las familias pueden establecer su propia escuela privada sin solicitar la aprobación del estado. No existen requisitos para demostrar que un niño está recibiendo educación.
Las escuelas privadas no aprobadas de Louisiana surgieron en 1980, cuando los ministros cristianos que dirigían pequeñas escuelas privadas unieron fuerzas con el incipiente movimiento de educación en el hogar para impulsar la desregulación de la educación privada.
Los opositores han intentado en múltiples ocasiones derogar la ley, pero fracasaron ante los esfuerzos de cabildeo de los grupos cristianos de educación en el hogar.
Compra su diploma y con carácter retroactivo, sin recibir clases
Hoy en día, más de una docena de estados permiten a las familias abrir una escuela privada como una forma de educación en el hogar, incluidos California, Illinois y Texas, según la Asociación de Defensa Legal de la Educación en el Hogar. Alrededor de la mitad de los estados exigen que esas escuelas enseñen materias básicas como matemáticas y lectura; pero Louisiana no es uno de ellos.
Algunas familias que educan en el hogar vienen a Springfield Preparatory para recibir clases de arte o ciencias. Algunos, como Arliya Martin, van directamente a obtener un diploma.
Expulsada de la escuela secundaria por lo que ella dijo fue defensa propia durante un altercado, Martin intentó un programa de estilo militar para jóvenes en riesgo, pero terminó sin su GED. Luego, este verano, conoció a Sibley Morrison, de 75 años, quien dice que su misión es brindar una alternativa al sistema de educación pública “impío”. A los pocos días de conocer a Sibley Morrison, Martin tenía un diploma en la mano.
El documento tenía fecha retrospectiva de 2015, cuando tendría que haberse graduado de la escuela secundaria. También decía que había completado un programa de graduación aprobado por el estado, lo cual no es cierto. Después de consultas de AP, Sibley Morrison dijo que había habido un error y que el documento sería corregido.
El estado no tiene supervisión sobre estas escuelas
Por ley, el estado no tiene supervisión sobre las escuelas no aprobadas, dijo el portavoz del Departamento de Educación de Louisiana, Ted Beasley. Cuando se le preguntó si alguna agencia gubernamental tiene autoridad para tomar medidas si una escuela vende diplomas, Beasley sugirió hacer un informe a la división de protección al consumidor del fiscal general del estado. La oficina del fiscal general no respondió a una solicitud de comentarios de la AP.
Martin dijo que no se sintió disuadida. Amigos y familiares obtuvieron diplomas de la misma escuela y tuvieron carreras exitosas.
El día de julio en que Sibley Morrison le entregó a Martin su diploma, también le aconsejó sobre los próximos pasos y le describió las becas que podría utilizar para ir a un colegio comunitario.
“Si quieres nuestra ayuda”, dijo Morrison, “simplemente vuelve aquí y te ayudaremos”. "Todos ustedes parecen buenas personas que saben cómo ayudar", dijo Martin. “Así que volveré”, puntualizó.
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