Los cuestionamientos sobre las alertas previas y los recortes de personal clave ante la emergencia por las inundaciones en Texas

Autoridades locales están siendo cuestionadas por la falta de un sistema de alerta en la zona, mientras que expertos critican que los recortes de Donald Trump en el Servicio Nacional de Meteorología podrían dificultar predecir pronósticos como este.

Por:
Univision y Agencias
Decenas de niñas estaban en el campamento Mystic, en el condado Hunt, cuando el río Guadalupe se desbordó por las fuertes lluvias.
Video “Ahora es un ángel”: qué se sabe de algunas de las niñas fallecidas durante las catastróficas inundaciones en Texas

Tras catástrofes naturales, es habitual que autoridades y analistas reflexionen sobre qué medidas se podrían haber puesto en marcha para prevenir la tragedia o, al menos, aminorar los daños de su impacto.

Es lo que está ocurriendo ahora en Texas, donde las lluvias torrenciales e inundaciones que azotaron el viernes su región montañosa dejaron más de 100 muertos, incluidas 27 niñas y miembros del personal de un campamento a orillas del río Guadalupe.

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Expertos han señalado que la escasez de personal en el servicio meteorológico del estado podría haber dificultado su capacidad para predecir lo que se avecinaba y coordinar la respuesta con los responsables de atender la emergencia.

Por otro lado, políticos locales están siendo cuestionados debido a que llevan años considerando adquirir e instalar sistemas que alerten del riesgo en la cuenca de este río, abarrotada de campamentos infantiles y considerada una de las zonas con mayor peligro por inundaciones repentinas en todo Estados Unidos.

Hace unos años, se pensó en mejorar el sistema de emergencias con sirenas y medidores fluviales. Sin embargo, nunca se concretó.

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El condado de Kerr, donde se registraron muchas de las muertes de este fin de semana, se planteó instalar un sistema de alerta local tras unas inundaciones en Wimberley en 2015. Tras aquel suceso, solo se mejoró la vigilancia mediante torres de telefonía que enviaban avisos a los celulares de usuarios en la zona.

Sin embargo, Rob Kelly, juez del condado de Kerr y su funcionario electo de mayor rango, reconoció que si el condado no disponía de un sistema más avanzado es por su coste económico.

“Los contribuyentes no lo pagarán”, dijo Kelly en una entrevista recogida por The New York Times. Ante la pregunta de si la gente podría reconsiderarlo tras la nueva inundación, dijo: “No lo sé”.

¿Cuál es el impacto de los recortes en el Servicio Nacional de Meteorología?

Exfuncionarios federales y expertos externos han advertido durante meses que los drásticos recortes de personal del Servicio Nacional de Meteorología (NWS, por sus siglas en inglés) implementados por el gobierno de Donald Trump podrían poner vidas en peligro.

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Tras lo ocurrido en Texas, funcionarios locales criticaron duramente el servicio meteorológico, por lo que han calificado como pronósticos inadecuados ante esta tragedia.

Sin embargo, la mayoría en el estado, gobernado por el Partido Republicano, no responsabilizó a los recortes de Trump. Este domingo, el presidente afirmó que la eliminación de empleos no afectó el pronóstico del tiempo. Las aguas turbulentas, dijo, fueron "algo que ocurrió en segundos. Nadie lo esperaba. Nadie lo vio".

Los demócratas, sin embargo, sí vincularon las reducciones de personal con el desastre y presionaron al gobierno de Trump para obtener detalles sobre los recortes. El líder de la minoría del Senado Chuck Schumer exigió este lunes que el Ejecutivo realice una investigación sobre si la escasez de personal contribuyó a la pérdida de vidas en Texas.

La oficina del NWS responsable de esa región tenía cinco empleados de servicio mientras se formaban tormentas eléctricas sobre Texas el jueves por la noche, lo que es habitual para un turno nocturno cuando se esperan condiciones meteorológicas severas, reportó la agencia AP.

Funcionarios y exfuncionarios del servicio defendieron a la agencia, señalando las alertas urgentes de inundaciones repentinas emitidas en la madrugada, antes de la crecida del río.

“Fue un servicio excepcional ser los primeros en emitir la alerta catastrófica de inundación repentina, lo que demuestra la conciencia de los meteorólogos de turno en la oficina del NWS”, declaró Brian LaMarre, quien se jubiló a finales de abril como meteorólogo a cargo de la oficina de pronósticos del servicio en Tampa, Florida.

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“Siempre existe el reto de determinar valores extremos. Sin embargo, el hecho de que la alerta catastrófica se emitiera primero demostró el nivel de urgencia”, agregó.

Continúan las dudas sobre el nivel de coordinación entre agencias frente a la emergencia por las inundaciones en Texas

Sin embargo, persisten las dudas sobre el nivel de coordinación y comunicación entre el NWS y los funcionarios locales la noche del desastre.

El gobierno de Trump ha recortado cientos de puestos de trabajo en el NWS, con una reducción de personal de al menos un 20% en casi la mitad de las 122 oficinas de campo del NWS a nivel nacional. Al menos media docena ya no cuentan con personal activo las 24 horas.

La Casa Blanca también ha propuesto recortar drásticamente el presupuesto de su agencia matriz en un 2% y eliminar los centros federales de investigación centrados en el estudio del clima, la meteorología y los océanos del mundo.

El sitio web de la oficina del NWS en Austin/San Antonio, que cubre la región que incluye el condado de Kerr, gravemente afectado, muestra que seis de los 27 puestos están vacantes. Entre ellas, se incluyen los puestos de un gerente clave responsable de emitir alertas y coordinarse con los funcionarios locales de gestión de emergencias.

Un currículum en línea del último empleado que ocupó dicho puesto indica que dejó el trabajo en abril tras más de 17 años, poco después de recibir correos electrónicos del gobierno federal en el que se instaba a los empleados a jubilarse anticipadamente o a enfrentarse a posibles despidos.

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Exfuncionarios advierten que los recortes de empleos podrían dificultar los pronósticos futuros

Exfuncionarios federales y expertos afirman que las reducciones indiscriminadas de empleos en el NWS y otras agencias meteorológicas provocarán una fuga de talento que pone en peligro la capacidad del gobierno federal para emitir pronósticos oportunos y precisos que pueden salvar vidas.

"Esta situación está llegando a un punto en el que algo podría salir mal", le dijo a AP Louis Uccellini, meteorólogo que fue director del NWS durante tres mandatos presidenciales, incluido el primer gobierno de Trump.

"La gente está agotada, trabajando toda la noche y luego también durante el día porque el siguiente turno tiene poco personal. Cualquier situación similar podría crear una situación en la que se pasen por alto elementos importantes de los pronósticos y las advertencias", agregó.

Tras regresar a la Casa Blanca en enero, Trump emitió una serie de órdenes ejecutivas que facultaban al Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE), inicialmente liderado por el multimillonario Elon Musk, para implementar reducciones drásticas de personal y cancelar contratos en agencias federales, eludiendo así la supervisión del Congreso.

Aunque Musk ya no está en Washington y ha tenido un desacuerdo muy público con Trump, el personal del DOGE que contrató y los recortes que buscó se han mantenido en gran medida, afectando a decenas de miles de empleados federales.

La escasez de personal ha llevado a varias oficinas a reducir la frecuencia de los pronósticos regionales y los lanzamientos de globos meteorológicos necesarios para recopilar datos atmosféricos.

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En abril, el servicio meteorológico suspendió las traducciones de sus pronósticos y alertas de emergencia a otros idiomas distintos del inglés, incluido el español. El servicio se restableció poco después tras la indignación pública.

Gobierno de Trump afirma que no se ha despedido a meteorólogos

En dos audiencias en el Congreso el mes pasado, el secretario de Comercio Howard Lutnick calificó de “noticia falsa” que el gobierno de Trump hubiera despedido a meteorólogos, a pesar de los detallados informes de diversos medios de comunicación que dieron cuenta de los despidos.

“Contamos con una plantilla completa de meteorólogos y científicos”, declaró Lutnick el 4 de junio ante un subcomité de asignaciones del Senado. “Bajo ninguna circunstancia voy a permitir que se afecte la seguridad pública ni los pronósticos públicos”.

A pesar de la congelación generalizada de las contrataciones federales ordenada por Trump, la Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica (NOAA, por sus siglas en inglés) anunció el mes pasado que buscaría cubrir más de 100 "puestos de campo de misión crítica", así como subsanar las deficiencias en algunas oficinas meteorológicas regionales mediante la reasignación de personal. Estos puestos aún no se han publicado.

"El secretario se compromete a proporcionar a los estadounidenses los datos meteorológicos más precisos y actualizados, garantizando que el Servicio Meteorológico Nacional cuente con el personal y la tecnología necesarios", le dijo a AP la portavoz del Departamento de Comercio, Kristen Eichamer.

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Uccellini y los cuatro directores anteriores del NWS, quienes sirvieron en gobiernos de presidentes demócratas y republicanos, criticaron los recortes de Trump en una carta abierta hecha pública en mayo. Afirmaron que las acciones del gobierno resultaron en la salida de unos 550 empleados, una reducción general de más del 10%.

“El personal del NWS tendrá una tarea imposible para mantener su nivel actual de servicios”, escribieron. “Nuestra peor pesadilla es que las oficinas de pronóstico meteorológico tengan tan poco personal que se produzcan pérdidas de vidas innecesarias. Sabemos que es una pesadilla compartida por quienes están en primera línea de pronósticos y por quienes dependen de su labor”.

El presupuesto de la NOAA para el año fiscal 2024 fue de poco menos de $6,400 millones, de los que menos de $1,400 millones se destinaron al NWS.

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