En gráficos: los datos económicos dicen una cosa y la gente espera otra por las políticas de Trump

La desconexión entre los datos oficiales y los datos 'suaves' que recogen la percepción de las personas se evidencia sobre todo en la inflación. Aquí lo explicamos.

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Por:
Patricia Vélez Santiago.
El Senado aprobó este martes el polémico plan fiscal del presidente Donald Trump, que deberá ser revisado nuevamente por la Cámara de Representantes para su votación final. En otras noticias, Trump aseguró que Israel aceptó los términos de un acuerdo de alto el fuego en Gaza y un jurado en Nueva York llegó a un veredicto parcial en el juicio contra Sean 'Diddy' Combs. No dejes de ver: Informe revela detalles del choque del buque Cuauhtémoc con puente de Brooklyn: las noticias del día.
Video Qué sigue tras la aprobación en el Senado del plan fiscal de Trump: resumen de las noticias del día

Bien pocas veces los jefes de los bancos centrales dicen con certeza qué harán con las tasas de interés. Es un asunto que, por ser cautelosos, zanjan respondiendo: “Los datos nos dirán”.

Por estos días se le ha escuchado mucho al presidente de la Reserva Federal (Fed) de Estados Unidos, Jerome Powell. El problema para él es que, mientras el mandatario Donald Trump lo atosiga con insultos para que recorte la tasa de interés de referencia, los indicadores ‘duros’ dicen una cosa y los datos ‘suaves’ —que, por ejemplo, toman en cuenta la confianza que tenemos en la economía— dicen otra.

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Esa desconexión persistirá si continúan los vaivenes en algunas de las políticas de Trump, en particular la arancelaria. El presidente se queja de que la Fed no baja la tasa de interés y la Fed sostiene que no lo hará hasta que los datos muestren el impacto de las tarifas a las importaciones.

Y ese impacto no se ha reflejado y podría demorar más en hacerlo porque Trump quita, pone y cambia frecuentemente algunos de sus aranceles más pronunciados.

“Entramos en un modo de espera cuando vimos la magnitud de los aranceles y todas las previsiones para la inflación en Estados Unidos fueron elevadas como consecuencia” de ellos, dijo este martes el presidente de la Fed en un encuentro en Portugal. Habló en referencia al arancel universal del 10% a todas las importaciones y a los porcentajes mucho más altos fijados a casi todos los países (por el momento en pausa hasta el 9 de julio).

“Simplemente nos estamos tomando algo de tiempo. Mientras la economía estadounidense esté en una posición sólida, creemos que lo prudente es esperar y aprender más y ver cuál será el impacto (de los aranceles)”, agregó respecto al desempeño del Producto Interno Bruto que se muestra en el gráfico de abajo.


La Fed espera por los datos ‘duros’, o los indicadores sobre lo que está sucediendo realmente en la economía. Son, por ejemplo, los que informa el gobierno sobre la inflación, el desempleo y el gasto de los consumidores.

En el compás de espera, los anuncios desde el gobierno —además de los aranceles ha habido otros sobre despidos masivos, recortes sustanciales al tamaño de varias agencias y redadas migratorias para deportar a inmigrantes a gran escala— y las turbulencias mundiales como los conflictos en Medio Oriente sí han permeado por momentos otro tipo de datos considerados datos ‘suaves’. Son los que recogen la percepción de los consumidores y las expectativas que tienen sobre la economía y sus finanzas personales.

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“Los datos ‘suaves’ reflejan el contexto actual y lo que se espera hacia adelante, lo que puede brindar señales de advertencia temprana de cambios antes de que aparezcan en los datos ‘duros'", explica Steve Latham, experto en finanzas, en un análisis de la gestora financiera Wernicke Wealth Management.

“Uno de los aspectos más desafiantes del análisis económico es cuando divergen. En el presente, los datos ‘suaves’ sugieren un panorama negativo, cuando los ‘duros’ muestran una economía estable (...) Esto suele ocurrir durante períodos de una inflación acelerada o de incertidumbre política, cuando los consumidores y los empresarios pueden sentirse peor de lo que justifican las condiciones reales”, agregó.

La inflación: los datos oficiales vs las expectativas de los consumidores

El cortocircuito entre lo que reflejan los datos oficiales y lo que anticipa la gente ha sido especialmente evidente en la inflación. El propio jefe de la Fed, Powell, explicó este martes que la lectura del alza de los precios se ubicó más recientemente cerca del 2% anual que el banco central tiene como meta, una cifra distante de las de casi dos dígitos que se registraron hace unos años. Este gráfico muestra el trayecto del alza de los precios.


“Si ignoras los aranceles por un segundo, la inflación se está comportando mayormente como esperábamos que lo hiciera”, afirmó. Pero reconoció que sigue habiendo incertidumbre sobre el impacto de las tarifas y que la magnitud de ese impacto se sabrá en los próximos meses.

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La ofensiva arancelaria de Trump ha pesado en el panorama de la inflación porque usualmente las empresas traspasan a los consumidores parte del alza en sus costos de producción. Eso disparó fuertemente las expectativas para la inflación a inicios del año y golpeó la confianza que se tiene sobre qué trayecto tomará la economía. Se vio principalmente en un sondeo de la Universidad de Michigan que captura todo eso.


El gráfico de arriba también muestra que las expectativas han mejorado desde entonces, pero siguen ‘desconectadas’ de lo que ratifican los datos oficiales.

“A pesar de la mejora en junio, la percepción sigue 18% por debajo del nivel de diciembre de 2024, justo después de las elecciones. Las expectativas de los consumidores siguen siendo consistentes con la previsión de una desaceleración económica y un repunte de la inflación”, se lee en el último informe de la Universidad de Michigan.

Las personas son por lo general sensibles al impacto de los precios en sus bolsillos. Las cifras oficiales pueden mostrar una inflación contenida, pero si ellas sienten que el dinero no alcanza o que están pagando por un producto o servicio más de lo que creen que deberían, eso incide en sus opiniones y expectativas económicas. Fue de hecho un factor relevante en los comicios presidenciales, cuando votantes se decantaron por Trump porque consideraron que las finanzas de sus hogares estarían mejor con él en la Casa Blanca.

La falsa alarma del pesimismo de 2022

La mirada pesimista que puedan tener muchos no siempre se concreta. Pasó en 2022 (si mueves el cursor del gráfico de la Universidad de Michigan hasta ese año podrás verlo).

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En ese momento se deterioró el panorama económico, porque se pensaba que la inflación llevaría a una posible recesión. Pero el gasto de los consumidores, muy importante para hacer rodar la economía, absorbió la fuerte alza de las tasas de interés y la economía siguió creando empleos a un buen ritmo. En este gráfico se ve como la tasa de desempleo ha permanecido mayormente estable desde ese entonces.

Hacia adelante, la Fed decidirá mover o mantener sin cambios la tasa de interés evaluando únicamente los datos ‘duros’. Su presidente lo reiteró esta semana: “Dependerá de los datos”.

“Vamos a estar siguiendo en particular qué muestre y qué no muestre la inflación, y también estamos siguiendo de cerca el mercado laboral. Estamos vigilantes a cualquier señal de un debilitamiento inesperado”, enfatizó Powell.

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