Amenazas de violación, mensajes violentos: el atacante de Uvalde dejó señales en redes sociales que fueron reconocidas muy tarde

Las señales de advertencia estaban allí meses antes de que el atacante de 18 años ingresara a una escuela primaria de Texas y asesinara a 19 niños y dos maestras.

Amenazas a niñas y adolescentes con violarlas, secuestrarlas o incluso matarlas en la red social Yubo, un perfil de TikTok que advertía que "los niños tengan miedo" y la imagen de dos rifles semiautomáticos de estilo AR, son algunos ejemplos que ahora resultan reveladores.

Los atacantes suelen dejar rastros digitales y en su vida cotidiana que insinúan lo que está por venir mucho antes de que realmente aprieten el gatillo. Pero las piezas de ese rompecabezas suelen encajarse demasiado tarde.

“Cuando alguien comienza a publicar fotos de armas que comenzó a comprar, le está anunciando al mundo que está cambiando quién es”, dijo Katherine Schweit, una agente retirada del FBI que encabezó el programa de tiradores activos de la agencia. “Absolutamente es un grito de ayuda. (O) es una provocación: ¿puedes atraparme?".

Sin embargo, las publicaciones premonitorias a menudo se pierden sin que los propios usuarios las denuncien en una interminable línea de fotos de Instagram que muestran rifles semiautomáticos, pistolas y municiones.

Amenazas que algunos les pareció "normal"

Algunos de las adolescentes que recibieron mensajes amenazantes del atacante de Uvalde, en los que hablaba de usar AR-15, o estuvieron en chats en los que hizo comentarios agresivos, los consideraron demasiado vagos y similares a los mensajes derogatorios que les llegan de otros usuarios, por lo que optaron por no reportarlo, señala The Washington Post.

Para los organismos de aplicación de la ley y las redes sociales, detectar una publicación de armas de un posible atacante es como hurgar en arenas movedizas, dijo Schweit. Además, de acuerdo con varios repores, el autor del tiroteo en Uvalde mandó muchos de los mensajes por privado.

Por eso la experta le dice a la gente que no ignore ese tipo de publicaciones, especialmente de niños o adultos jóvenes. "Repórtalo", aconseja, a un consejero escolar, a la policía o incluso a la línea de información del FBI.

Pero incluso cuando los mensajes amenazantes en línea son reportados, muchas veces no hay una respuesta. De más de 8,000 mensajes directos enviados a mujeres de alto perfil en Instagram, la plataforma no tomó ninguna acción en un 90% de estos, a pesar de que habían sido reportados, de acuerdo con un estudio del Center for Countering Digital Hate. La red no actuó en 9 de cada 10 amenazas de violencia, indicó.

"Fui testigo de cómo (el atacante) acosaba a niñas y las amenazaba con violencia sexual, como la violación o el secuestro", dijo un adolescente de 16 años entrevistado por el Post. "No fue algo que pasó una vez. Era frecuente".

El joven asegura que él y sus amigos lo reportaron a Yubo en múltiples ocasiones. Otros tres usuarios entrevistados por CNN aseveraron que el atacante amenazó con cometer actos de violencia sexual y tiroteos en escuelas en esa red. También lo denunciaron, pero la cuenta siguió activa.

Una vocera de Yubo le dijo al Post que no podía comentar sobre el tema. En un comunicado enviado a CNN, la compañía afirma que se toma la seguridad de sus usuarios seriamente y está investigando "una cuenta que ha sido vetada", sin dar más detalles.

Cada vez más, los jóvenes recurren a Instagram, Yubo y otras aplicaciones, para dar pequeños indicios de lo que vendrá con fotos de sus propias armas solo días o semanas antes de ejecutar un asesinato en masa.

Antecedentes del tiroteo

El lunes por la mañana en la Escuela Primaria Robb, una fila de estudiantes de último año de secundaria vestidos con togas y birretes color granate visitaron a los niños para ofrecerles sonrisas y animarlos a que algún día, si estudiaran lo suficiente, ellos también podrían graduarse.

Salvador Ramos, de 18 años, faltaba entre los estudiantes de último año de la Escuela Secundaria Uvalde. Había faltado a clases con frecuencia y no estaba listo para graduarse. El martes 24 de mayo, justo al día siguiente, le disparó a su abuela y luego fue solo a la escuela con un rifle estilo AR-15 y disparó fatalmente a 19 niños y dos maestras, en un ataque que las autoridades aún buscan explicar.

La policía estatal dice que el atacante no tenía antecedentes penales, ni antecedentes de tratamiento de enfermedades mentales ni signos evidentes de que fuera un peligro para esta comunidad en su mayoría latina, 85 millas al oeste de San Antonio.

Pero quienes lo conocieron vieron cada vez más signos de aislamiento, arrebatos y agresión.

Escalofriantes mensajes antes de la masacre en Uvalde

Además de los mensajes que mandó en los meses antes del ataque, el atacante mandó una serie de misivas crípticas en las redes sociales, a adolescentes aparentemente al azar en Alemania y California, en los que mostraba rifles, municiones e insinuaciones de su deseo de herir y matar.

Los investigadores están examinando los mensajes de texto que creen que Ramos envió a una niña alemana de 15 años a través de Yubo. Unos minutos antes de la masacre, advirtió que estaba a punto de “disparar a una escuela primaria”, según un oficial dijo a The Associated Press bajo condición de anonimato.

Las fotos de Instagram publicadas bajo su apodo TheBiggestOpp lo mostraban frente a un espejo tomándose una selfie y una de una revista de armas en su regazo.

A principios de este mes, el agresor etiquetó una foto de dos armas largas a un usuario de Instagram con más de 10,000 seguidores y le pidió que compartiera la imagen.

Comprando rifles estilo AR-15

El 17 de mayo, un día después de cumplir 18 años, el agresor visitó una tienda de armas para comprar un rifle estilo AR. Compró una segunda unos días después.

El distrito escolar de Uvalde incluso había gastado dinero en un software que, utilizando tecnología de geoperimetraje, monitorea posibles amenazas en el área. Ramos, sin embargo, no hizo una amenaza directa en las publicaciones. Habiendo cumplido recientemente 18 años, se le permitió legalmente poseer las armas en Texas.

El día del tiroteo, el atacante respondió que "tiene un pequeño secreto", según el intercambio de mensajes publicados. Más tarde escribió: “Estoy a punto de hacerlo”.

Vecinos y compañeros de clase dicen que en los últimos años Ramos se peleó repetidamente con su madre, incluso cuando llamaron a la policía.

Algunos de ellos dicen que la transformación en asesino en masa puede haber comenzado hace muchos años cuando era un niño que siempre tenía problemas para encajar con los demás, sufrió bullying y luego se convirtió en bully.

Un joven problemático

Un amigo de la infancia recordó una vez que Ramos admitió haberse cortado la cara con cuchillos por diversión. El mismo amigo, Santos Valdez Jr., de 18 años, le dijo a The Washington Post que el agresor conducía por la noche disparando a personas al azar con una pistola de aire comprimido.

“Siempre parecía descargar su enojo con la persona más inocente en el aula”, dijo Crystal Foutz, de 17 años, quien asistió a la escuela con el atacante y trabajó con él en la cadena de comida rápida Whataburger. “Él siempre fue súper raro”.

Foutz dijo que el atacante se había vuelto cada vez más retraído en los últimos meses, "poco a poco" dejó de asistir a la escuela y tuvo disputas.

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