Pamela Smart, quien cumple cadena perpetua por conspirar junto con un estudiante de la escuela en la que trabajaba para matar a su esposo en 1990, aceptó por primera vez su plena responsabilidad por el asesinato en una declaración en video publicada como parte de su última solicitud para intentar reducir su sentencia.
Tras 34 años en la cárcel, una mujer reconoce que conspiró junto con un alumno para asesinar a su esposo
Pamela Smart aceptó por primera vez su responsabilidad en la muerte de su esposo, que fue asesinado por un alumno adolescente de su escuela con quien mantenía una relación. El caso llegó a inspirar libros y películas.
La mujer, de 56 años, trabajaba como responsable de medios de comunicación en una escuela secundaria cuando tenía 22 años. En aquella época, comenzó una relación con un estudiante de 15, quien acabaría matando a tiros a su esposo en New Hampshire.
Tras cumplir una condena de 25 años, el joven fue liberado en 2015. En su momento, siendo adolescente, aseguró que Smart le dijo que debía matar a su marido porque él le era infiel, pero temía perderlo todo si se divorciaban. Según su testimonio, incluso lo amenazó con romper la relación entre ambos si el estudiante no acababa con la vida de su marido.
Aunque ella aseguró que no sabía nada del crimen, fue sentenciada a cadena perpetua sin libertad condicional tras ser hallada culpable como cómplice de asesinato en primer grado y otros delitos.
El último intento de Pamela Smart por apelar su sentencia
Tras casi 34 años tras las rejas, Smart dijo que comenzó a "profundizar en su responsabilidad" gracias a su participación en un grupo de escritura que la impulsó "a ir más allá, a espacios en los que no quería estar".
“Para mí, eso fue muy difícil, porque al entrar en esos lugares, en esos espacios, es donde me encontré responsable de algo de lo que desesperadamente no quería ser responsable: el asesinato de mi esposo”, dijo en el video con voz temblorosa.
“Tuve que reconocer por primera vez en mi propia mente y en mi propio corazón lo responsable que era, porque creo que había desviado la culpa todo el tiempo. Casi como si fuera un mecanismo para poder hacerle frente, porque la verdad de ser tan responsable era muy difícil para mí”, agregó.
Smart ha agotado todas sus opciones de apelación judicial. Con su confesión aspira a conseguir que el Consejo Ejecutivo de New Hampshire reduzca su sentencia, pese a que ya rechazó su solicitud en tres ocasiones. La mujer llegó a apelar incluso ante la Corte Suprema del estado, que desestimó su petición el año pasado.
Val Fryatt, prima de la víctima, destacó a la agencia AP que Smart aceptó toda la responsabilidad del asesinato de su marido, pese a que no mencionó su nombre “ni siquiera una vez”.
El gobernador estatal, Chris Sununu, fue preguntado sobre la confesión de Smart y su petición para que sea revisada su sentencia. "El proceso de New Hampshire para pedir conmutación de pena o indulto es justo y exhaustivo", dijo su oficina en un comunicado. "Pamela Smart tendrá la misma oportunidad de solicitar una audiencia al Consejo que cualquier otra persona".
Cómo el caso de Pamela Smart inspiró libros y películas
Smart cumple condena en el Centro Correccional de Bedford Hills, en el condado de Westchester, Nueva York. Durante todos estos años en la cárcel estudió un doctorado y tres maestrías. También fue tutora de otros reclusos y formó parte de un comité de enlace con los presos. Asegura que está arrepentida y que se ha rehabilitado.
“Puse excusas, descarté mi propia participación y culpé a todos los demás menos a mí misma”, reconoció en una carta enviada al gobernador Sununu. Al no estar presente la noche del asesinato y no apretar el gatillo, Smart pensó que no era responsable. “Me sentí cómoda con mi lógica retorcida”, confesó. “Yo soy la culpable de su ausencia de este mundo”, agregó.
"Estamos tratando de convencer al gobernador y al Consejo de que creemos que este es el momento de que realmente la escuchen", dijo su abogado, Mark Sisti.
En su petición se incluyeron casi 30 cartas de apoyo, muchas de ellas de personas vinculadas al sistema penitenciario. “Ella es la verdadera definición de un ser humano rehabilitado y mejorado”, escribió en su misiva Edward Gibbs, miembro de la Asamblea del Estado de York.
El juicio de este caso fue en su día extremadamente mediático al tratarse de una de las primeras historias conocidas en Estados Unidos sobre relaciones mantenidas entre trabajadores de escuela y estudiantes. El caso llegó incluso a inspirar libros y películas como 'Todo por un sueño', protagonizada por Nicole Kidman y Joaquín Phoenix.
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