"La vergüenza les impide denunciar": Qué es la 'sextorsión' y cómo afecta a adolescentes

Los niños y adolescentes hombres se han convertido en el blanco favorito de extorsionadores que buscan a sus víctimas a través de redes sociales para estafarlos. Muchos de ellos lo hacen a través de una práctica conocida como “sextorsión”.

Este método de estafa sucede cuando los delincuentes se hacen pasar por otra persona en plataformas como Instagram, Facebook o apps de citas y comienzan a interactuar con las víctimas hasta convencerlos de enviar imágenes o videos íntimos. Luego les piden dinero o más imágenes para no hacer públicos los contenidos.

El FBI ha emitido alertas en varios estados de EEUU tras casos en los que, al verse acorralados, los jóvenes han optado por quitarse la vida. Las autoridades informaron haber visto un aumento en los casos en los que los estafadores se enfocan en los hombres jóvenes.

“El esquema se ha vuelto cada vez más frecuente: el depredador se hace pasar por una mujer joven usando el engaño y la manipulación para convencer a un adolescente, generalmente de 14 a 17 años, para que participe en una actividad explícita en un video, que el depredador graba en secreto”, refiere el FBI en su advertencia.

Luego, el depredador revela que hizo las grabaciones e intenta extorsionar a la víctima con más fotografías o videos.

“En algunos casos, los perpetradores utilizarán el engaño al solicitar a los chicos que compartan fotos de compañeras de clase, aumentando así la victimización de estos delitos”, refiere el FBI.

En otros casos, los extorsionadores piden dinero. Inicialmente pueden pedir hasta $5,000, pero como saben que la mayoría de estos adolescentes no cuentan con una suma similar, negocian hasta $50.

Las autoridades señalan que son tantas las víctimas que cualquier suma de dinero abona para una cifra final considerable.

Casos de hombres jóvenes van en aumento

John Shehan, del Centro Nacional para Niños Desaparecidos y Explotados, dijo a NBC News que en años anteriores los principales blancos de estas extorsiones eran mujeres, pero ahora se ha visto una “explosión de casos de niños y jóvenes en los últimos seis meses.

Las autoridades aseguran que los hombres menores son el blanco más común “porque es más fácil coaccionarlos para que intercambien fotografías íntimas” y es menos probable que le cuenten a alguien lo que les sucedió por vergüenza.

“La vergüenza que sienten los niños por la actividad en la que se vieron obligados a participar es lo que normalmente les impide denunciar. Por esta razón, los delincuentes de sextorsión pueden tener cientos de víctimas en todo el mundo”, señala el FBI.

Cómo detectar y qué hacer cuando un joven es víctima

Jim Thompson, agente especial del FBI, señaló en un comunicado que es muy importante que los padres sepan que lo mejor que pueden hacer es decirles a sus hijos que estas cosas pueden suceder y establecer un fuerte nivel de confianza.

“Tienes que expresarles que si alguna vez se encuentran en esta situación vergonzosa, aún pueden acudir a ti”, dijo.

Detener la situación antes de que vaya demasiado lejos es lo mejor. Una de esas formas es mirar los teléfonos de sus hijos y rastrear con quién están hablando. Si algún padre nota que si hijo está atormentado por el estrés, se aleja de la familia o se obsesiona con su teléfono, es importante hablarlo y denunciarlo.

Si la sextorsión ya está ocurriendo, Thompson recomendó que los adolescentes y sus padres dejen de hablar inmediatamente con la persona y acuda a la policía o al FBI.

Para evitar que el delito sea cometido, el FBI señala que los usuarios deben ser muy cuidadosos con lo que se comparte en línea. Lo recomendable es no tener tus redes sociales abiertas a cualquier persona y configurar la privacidad para interactuar solo con personas conocidas.

También tener cautela ante cualquier persona que se conozca en línea y de preferencia bloquear o ignorar los mensajes de extraños. Las personas pueden ser cualquier cosa o cualquier persona en línea. Los videos y las fotos no son prueba de que una persona sea quien dice ser.

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