Una misteriosa van, un parque sin testigos y el desespero de una madre que no sabe nada de su hija desaparecida

La niña Dulce María Alavez, de cinco años, se acercó a la nevera de una tienda para sacar un helado. Esa imagen que capturó una cámara de vigilancia es la última que hay de la pequeña, quien desapareció el 16 de septiembre mientras jugaba en un parque de Nueva Jersey. Cuando ya han transcurrido tres semanas, ni siquiera la intensa búsqueda en la cual participan policías y voluntarios ha dado frutos.

Los detectives temen que se trate de un secuestro y han identificado a un sospechoso: el chofer de una camioneta tipo van roja y con vidrios polarizados. Lo describen como un hispano o anglosajón delgado, con acné y sin vello facial, que vestía una camisa negra, pantalones rojos y unos tenis naranjas.

En el operativo de búsqueda también participan oficiales del Buró Federal de Investigaciones (FBI). Esta agencia, una asociación local de policías y hasta el dueño de una tortillería se unieron para ofrecer una recompensa de 35,000 dólares a quien ofrezca información que ayude a encontrar a la menor.

Sin ofrecer detalles, la Policía aseguró que este caso continúa siendo una prioridad. Los detectives no han descartado siquiera interrogar a los familiares de Dulce María. Al menos tres veces revisaron el celular de la madre de la pequeña, mientras el FBI ya contactó a su padre, quien vive en México.

“¿Por qué ella? ¿Por qué ella tiene que pagar las consecuencias? Es solo una niña pequeña”, expresó afligida la madre Noema Alavez Pérez, de 19 años, en una conferencia el lunes.

“A ella no le gusta la oscuridad, ella siempre quería a alguien que la abrazara, que se durmiera con ella. Cada vez que se hace de noche nos ponemos tristes pensando en ella”, expresó Alavez Pérez.

Ella llevó a Dulce María a un parque de Bridgeton alrededor del mediodía el 16 de septiembre. La niña jugaba en los columpios con su hermano menor Manuel, de 3 años, mientras su madre se quedó en el auto para ayudar con la tarea a su hermana de 8 años y rascar un billete de lotería.

Supieron que había desaparecido cuando su hermanito les dijo que ya no estaba y señaló hacia varios almacenes cercanos. La joven madre comenzó a buscarla y llamó a las autoridades. Más de 50 agentes del orden, bomberos y perros recorrieron la zona hasta el anochecer. Al día siguiente se emitió una Alerta Amber pidiendo la ayuda del público para localizarla.

Aunque el jefe de policía Michael Gaimari indicó que habían obtenido imágenes de la camioneta en la que se cree fue raptada Dulce María, hasta el momento nada se sabe del auto. Al ampliar el operativo, se sumaron helicópteros y un equipo de buzos. Se espera que en los siguientes días varios voluntarios participen en un recorrido a lo largo de una zona boscosa cercana.

"Tráiganla a casa"

Para brindarle apoyo moral a la familia, la comunidad también ha realizado vigilias. Acuden portando prendas de color amarillo, el color de la blusa que vestía Dulce María el día que desapareció. “Regrésala, ella es una niña inocente” y “Tráiganla a casa”, se leía que carteles colocados en el parque donde la vieron por última vez.

Su abuela y quien ha estado encargada de su crianza, Norma Alavez, suplicaba hace unos días que le devolvieran a su nieta. “Miro si alguien toca la puerta, que diga: ‘aquí está tu nieta’. Desde que ella desapareció no puedo dormir, no puedo comer pensando en ella”, expresó entre sollozos.

Algunos creen que la comunidad no ha compartido información sobre este caso por temor a quedar bajo la lupa de las autoridades migratorias. Varios habitantes de Bridgeton son indocumentados. El novio de la madre de Dulce fue interrogado por las autoridades y luego quedó bajo custodia del Servicio de Inmigración y Aduanas (ICE). Posteriormente fue liberado.

Iván Lucero, dueño de la tortillería El Paisano, quien aportó 5,000 dólares para la recompensa ofrecida en este caso, dijo en una entrevista con Primer Impacto que quizás los migrantes de ese lugar “tengan miedo de que si dicen algo” que ayude a encontrar a la niña, terminen en la mirilla de ICE.

Tanto las autoridades como la familia de la menor han pedido a sus vecinos que hablen sin temor a ser deportados. “Por favor, si alguien sabe algo que diga algo, no tengan miedo”, pidió la madre de la niña.

Videos grabados por su madre muestran a la pequeña bromeando y cantando. “Ella es una niña tierna, siempre me abrazaba. Decía: ‘mamita, te quiero mucho’”, la describió con lágrimas su abuela.

Si tiene información relacionada con este caso llame a la Unidad de Personas Desaparecidas de la Policía estatal de Nueva Jersey al 609-882-2000 extensión 2554 o a la Policía de Bridgeton al 856-451-0033.