Kilmar Ábrego García, el salvadoreño deportado por un error administrativo de la administración de Donald Trump, permanecerá bajo custodia de los US Marshals por unos días más, mientras los abogados que ven su caso por presunto transporte de inmigrantes indocumentados presentan argumentos sobre la capacidad de la fiscalía para evitar que sea deportado nuevamente mientras se desarrolla el proceso judicial.
Kilmar Ábrego permanecerá detenido al menos hasta este viernes: a su defensa le preocupa que sea deportado otra vez
Este miércoles se debatió la liberación de Kilmar Ábrego García en una corte de Tennessee, en la que como punto central surgió la interrogante de si permanecerá en EEUU o será deportado otra vez una vez quede, como se espera, bajo custodia de ICE.

La jueza Barbara D. Holmes había ordenado su liberación el fin de semana y en una audiencia este miércoles incluso fijó las condiciones que Ábrego García debía cumplir a la espera de su juicio.
Pero Holmes también reconoció que Ábrego García sería muy probablemente puesto bajo custodia del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) y su defensa expresó preocupación a que, si queda bajo custodia de las autoridades migratorias federales, sea llevado a un lugar que dificulte el acceso de los abogados o hasta deportado otra vez.
La jueza admitió asimismo que su cargo solo le permite pedirle a la fiscalía que haga su mayor esfuerzo para garantizar que el Departamento de Seguridad Nacional (DHS) y ICE cooperarán con el proceso judicial. "No me quedan dudas de mi capacidad para dar instrucciones a la fiscalía local (...) No creo que tenga la misma autoridad sobre ICE", precisó.
Holmes no detalló cuándo emitirá finalmente la orden de liberación de Ábrego García, pero ello no sucederá antes del viernes en la tarde, pues fue el plazo que dio para que la defensa y la fiscalía presenten nuevos documentos.
El fiscal en funciones Rob McGuire reiteró este miércoles que una razón por la que pidió que Ábrego García siga detenido a la espera del juicio por cargos de los que se declaró no culpable es para asegurarse de que permanezca en Estados Unidos y no sea deportado por ICE. Agregó que hará "lo que esté a su alcance" para que DHS coopere con el proceso, pero aclaró que "es una agencia separada con otro liderazgo".
Por su parte, el abogado de Ábrego García Sean Hecker esgrimió que el Departamento de Justicia y DHS son ambos parte de la Rama Ejecutiva y parecen cooperar en otros asuntos, como por ejemplo el hecho de que ICE acordó no deportar a los testigos que cooperan con el gobierno en este caso.
Horas antes de la audiencia de este miércoles, la esposa de Ábrego García, Jennifer Vásquez Sura, dijo que han pasado más de 100 días desde que él "fue raptado por la administración de Trump y separado de su familia". Agregó que Ábrego García ha estado ausente en cumpleaños y graduaciones familiares. "Hoy no está en nuestro aniversario de boda", lamentó.
Puntos clave que evaluó la jueza antes de la audiencia de este miércoles
En su orden del fin de semana, la jueza Holmes, al frente de la corte que decide su caso criminal, brindó un análisis sobre la solidez de las pruebas con las que el gobierno acusa a Ábrego García.
Holmes explicó en su análisis que Ábrego manifiesta que, a raíz de todo lo que ha vivido en los últimos meses, "ahora podría tener argumentos más sólidos contra la deportación". Uno de los defensores públicos del salvadoreño, Will Allensworth, había dicho a la jueza que esperaba que Ábrego pueda tener una audiencia en una corte de inmigración para que un juez considere su protección contra la deportación emitida desde 2019, señala la agencia AP. Aseguró que, si Estados Unidos quisiera expulsar a Ábrego García a un tercer país, el gobierno de Trump tendría que demostrar que ese país no lo enviaría a El Salvador.
Holmes aseguró en su análisis previo que los inmigrantes deportables no están exentos de su libertad condicional.
Kilmar Ábrego García fue devuelto de El Salvador a Estados Unidos al tiempo que la fiscal general, Pam Bondi, anunció que era acusado por un gran jurado de "conspiración para transportar a extranjeros ilegales a cambio de dinero" y de "transporte ilegal de extranjeros". Sin presentar evidencias, en la imputación —criticada por haber sido armada en secretismo— describen que en las presuntas operaciones también fueron transportadas drogas y armas, y que el salvadoreño habría abusado de mujeres migrantes.
Estos son algunos puntos clave del caso criminal contra Kilmar Ábrego García, que se conocieron a través del análisis hecho por la jueza Holmes.
"Hay una víctima menor de edad", dice el gobierno
Cuando el gobierno solicitó a la jueza de Tennessee la detención de Ábrego argumentó que entre sus víctimas había un menor de edad. Señalan específicamente que en sus viajes de traslado de inmigrantes desde Texas a otras ciudades de Estados Unidos, llevaba a "niños o miembros de su familia" como una "fachada para su esquema de tráfico ilegal". Explican que eso le permitía hacer ver que se trataba de un paseo familiar en lugar de una operación de contrabando de personas.
En su testimonio en la audiencia del 13 de junio, el agente de investigaciones de ICE, Peter Joseph, citó testimonios de testigos cooperantes con el gobierno que dijeron que Ábrego incluso llevó a su propio hijo en uno de esos viajes desde Texas. La jueza considera que en este punto "la evidencia falla", porque no pudo ser sustentada.
Joseph testificó además que durante la parada de tráfico a Ábrego en Tennessee el 30 de noviembre de 2022, uno de los patrulleros de camino recabó información de una persona que viajaba con el salvadoreño y cuya fecha de nacimiento era 2007 o 2001. Hay dudas sobre la caligrafía del último número. Eso quiere decir, explica la jueza, que de haber nacido en 2007, para el momento del incidente esta persona tenía 15 años. Las autoridades lograron contactar a seis de los nueve inmigrantes que viajaban con Ábrego ese día, pero no al que había nacido en 2007 o 2001, con lo cual no pudo verificarse la información sobre su fecha de nacimiento o su presencia en la parada. Tampoco presentaron como testigo al propio patrullero de Tennessee que efectuó la operación.
"Existe una correlación directa entre la importancia de la evidencia y el nivel de confiabilidad. Cuanto más crucial sea la evidencia, más exigente será la medida de confiabilidad", escribió Holmes.
Como supuesto miembro de la MS-13 "podría intimidar a los testigos en su contra"
El gobierno ha señalado en distintas ocasiones a Ábrego de ser miembro de la pandilla salvadoreña MS-13. Sus familiares y abogados lo niegan.
En el documento con el que piden mantenerlo detenido, los fiscales aseguran que su presunta pertenencia a la banda puede llevarlo a intimidar a los testigos en su contra y a obstruir la aplicación de justicia en su caso.
Sin embargo, la jueza Holmes también cuestionó las pruebas en este tema. "La evidencia del gobierno que sustenta que Ábrego es miembro de la MS-13 está basada en declaraciones generales, un doble rumor de dos testigos cooperantes" que son "directamente inconsistentes" con los de otro testigo, explica.
Uno de ellos, analiza Holmes, dice que Ábrego era familia de supuestos pandilleros; otra identificada como NV, que no dio declaración jurada y cuya familia está afiliada a la pandilla Barrio 18, dijo que "creía" que Ábrego era miembro de la MS-13. "Aparte de la creencia general de NV sobre la pertenencia de Ábrego a una pandilla, no se ofreció ningún otro testimonio de cuándo, en qué contexto, cómo o por qué NV llegó a esa conclusión", dice Holmes.
En contraposición, cuenta la jueza, un tercer testigo alega que en 10 años de conocer al salvadoreño no vio signos, marcas o tatuajes que lo relacionaran con la pandilla salvadoreña.
"Dadas estas declaraciones contradictorias, las pruebas del gobierno sobre la presunta pertenencia de Ábrego a una pandilla son simplemente insuficientes", concluyó la jueza. Ella asegura que la supuesta pertenencia de Ábrego a la MS-13 —una banda conocida por la violencia de sus crímenes— tendría que reflejarse en su historia criminal: "Pero Ábrego no tiene historia criminal de ningún tipo. Y la presunta membresía a esta banda se contradice por la propia evidencia del gobierno".
La jueza Holmes también desestimó la presunta violencia en la conducta de Ábrego y que el gobierno respalda además en las dos órdenes de restricción pedidas en agosto de 2020 y mayo de 2021 por su esposa, Jennifer Vásquez. Ambas fueron desestimadas. La jueza considera que la mejor prueba de la relación entre ambos es que ella ha pedido la vuelta de su esposo a EEUU de forma insistente y que ahora lo respalda con su presencia en las audiencias ante la corte de Tennessee.
¿Quiénes son los cooperantes del gobierno?
La jueza cuenta que el primer cooperante, quien dio entrevistas y testimonio al gran jurado, tiene dos condenas anteriores por delitos graves, ha sido deportado cinco veces y fue liberado anticipadamente de una sentencia de prisión federal de 30 meses por tráfico de personas como parte de su colaboración en este caso. Es el supuesto líder nacional de la organización de tráfico de personas en la que se incriminó a Ábrego. A cambio de su testimonio, detalla, se le concedió una acción diferida que lo protege de la deportación.
El segundo colaborador también es miembro declarado de la organización de tráfico de personas. Se encuentra bajo custodia acusado de un delito federal por el cual espera ser liberado a cambio de su testimonio ante el gran jurado. Holmes cuenta que también ha sido deportado previamente y ha solicitado una acción diferida para evitar su expulsión.
Ambos son familiares.
La tercera testigo es una mujer, también relacionada con los dos colaboradores descritos. La jueza dice que ella testificó ante el gran jurado en Texas y que también solicitó una acción diferida por su cooperación.
"Es importante destacar que cada testigo colaborador, en cuyas declaraciones se basa el argumento del gobierno a favor de la detención, puede obtener algo de su testimonio en este caso", señala.
La jueza asegura que da "poco peso" a sus declaraciones. Entre otros ejemplos, cuenta además que los dos primeros dijeron que Ábrego comúnmente viajaba desde Maryland a Houston, ida y vuelta, unas tres o cuatro veces por semana, y con su hijo mientras transportaba a inmigrantes. "La gran cantidad de horas que se requeriría para mantener este horario, que superaría las 120 horas semanales de manejo, es prácticamente imposible", dice Holmes.
Esta nota contiene información de la agencia AP. Si quieres contactar a la autora de esta historia, puedes escribir a pclarembaux@televisaunivision.com