Maltrato, negligencia y abuso sexual: las denuncias contra un albergue para niños migrantes en Texas

Uno de los refugios temporales para menores no acompañados sigue en el ojo del huracán ahora por audios publicados por la cadena NBC en los que se mencionan supuestos casos de agresiones sexuales. Actualmente hay más de 13,752 niños bajo el cuidado del gobierno.

Por:
Univision
Un grupo de activistas reclama el cierre de un campamento ubicado en la base militar Fort Bliss en El Paso, Texas, debido a que se han reportado tratos crueles para los menores migrantes que allí permanecen. "No se les puede llamar por su nombre, ellos tienen un número", dijo Susana Herrera, familiar de alguien que trabajó en el sitio. Otras denuncias indican que los menores tienen pensamientos suicidas y que son atendidos por personal no calificado. Hasta ahora permanecen allí menos de 1,700 niños. Más noticias aquí.
Video "Son tratados inhumanamente, sufren de pánico": piden el cierre de un campamento para niños migrantes no acompañados

A las denuncias por presunto hacinamiento, negligencia y maltrato en el refugio de emergencia para niños no acompañados más grande del país, que fue instalado en una base militar en Texas, se suma una serie de audios obtenidos por NBC en los cuales quienes parece ser empleados hablan sobre supuesta conducta sexual inapropiada por parte del personal hacia menores migrantes que esperaban reunirse con sus familias.

El albergue de Fort Bliss en El Paso, Texas, es hogar temporal de 790 niños varones, una reducción de más del 40% respecto a unos 2,000 menores (incluyendo mujeres) que allí estaban a mediados de junio. Un mes antes, en mayo, había 4,800 niños migrantes, de acuerdo con datos de la agencia federal que lo administra, el Departamento de Salud y Servicios Humanos (HHS).

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Ese refugio ha estado en el ojo del huracán desde que dos trabajadores federales enviados a ese sitio, Arthur Pearlstein y Lauren Reinhold, se acercaron a la organización sin fines de lucro Government Accountability Project para revelar supuestos abusos que ellos vieron.

Ambos relevaron que la compañía contratista encargada de supervisar a los menores, Servpro, no tiene experiencia en esa tarea, pues su especialidad es reparar daños por incendios e inundaciones. Por ello, sus empleados “carecían de habilidades básicas para el cuidado de niños e ignoraban las quejas”.

Pearlstein y Reinhold también denunciaron que las carpas para los dormitorios, que eran del tamaño de una cancha de futbol, llegaron a alojar a más de 1,000 niños. No había divisiones y tenían unas 60 filas de literas separadas por apenas 18 pulgadas. El hacinamiento, dijeron, impedía la ayuda emocional para “docenas de niños con angustia emocional o física acostados en literas más bajas”.

“Después de presenciar las terribles condiciones en Fort Bliss, sentimos que es nuestra obligación hablar. Independientemente de la opinión que uno tenga sobre la política de inmigración, la realidad es que estos niños no acompañados están aquí ahora y están bajo la custodia de los Estados Unidos. Todos los niños deben ser tratados de forma humana y segura en Estados Unidos”, dijeron los exempleados en una declaración conjunta publicada este mes por el Government Accountability Project.

Esta organización con sede en Washington DC reclamó en una carta enviada al HHS que hasta el 7 de julio el gobierno había ignorado las quejas vertidas en un reporte basado en las declaraciones de Pearlstein y Reinhold. “Ellos fueron testigos presenciales de casos diarios de mala gestión que ponían específicamente en peligro la salud y la seguridad pública” de los menores, advirtió el grupo.

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Hace unos días un grupo de activistas pidió el cierre del campamento en Fort Bliss. "Son tratados inhumanamente. No se les puede llamar por su nombre, ellos tienen un número que les asignan y por ese número es como se tienen que dirigir hacia ellos", dijo a Susana Herrera, quien afirmó ser familiar de alguien que trabajó en el sitio, en una entrevista con Noticias Univision.

"No los dejan que se bañen, cuando les dan la oportunidad de bañarse son dos minutos el tiempo que los niños tienen para bañarse", agregó Herrera.

Nuevas quejas en ese albergue

Mientras la administración Biden parece encaminarse hacia el cierre del albergue temporal en Fort Bliss, una serie de audios publicados por la cadena NBC le han vuelto a poner en la mirilla. Durante una capacitación en mayo que se brindó al personal que atiende a los niños en la base militar, un contratista federal fue grabado refiriéndose a presuntos casos de abuso sexual, según indican el mismo medio.

“Ya hemos capturado al personal con menores de manera inapropiada”, dijo el contratista en el audio, que fue captado cuando en el refugio había unos 3,000 niños no acompañados. “Si los descubren, especialmente si es un empleado, separa a ese menor de esa persona inmediatamente", pidió.

En la misma sesión, el contratista dijo que algunos empleados estaban maltratando a los menores despertándolos muy temprano “sacudiendo la cama”, lo cual, enfatizó, “constituye un abuso infantil”. Además, reconoció que había escasez de ropa interior, zapatos y calcetines.

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Pearlstein y Reinhold, quienes siguen trabajando para el gobierno federal, dijeron en el informe que habían sido testigos de la falta de comunicación entre los administradores de casos y los niños bajo su cuidado durante algunas semanas. “Muchos casos de niños pasaron desapercibidos y provocaron traumatismos adicionales e innecesarios”, indica el reporte.

“En un caso especialmente horrible, a una niña bajo custodia de la ORR (Oficina de Reasentamiento de Refugiados del HHS) durante más de cinco semanas se le dijo que hiciera fila para un autobús que la llevaría a casa. Llena de alegría, se unió a la fila para que la sacaran y le dijeran que había habido un error. Ella estaba inconsolable”, relataron.

Hasta la publicación de esta nota, el Departamento de Salud y Servicios Humanos no respondió a los mensajes enviados por este medio solicitando comentarios sobre estos audios y las denuncias vertidas por el Government Accountability Project.

A la cadena NBC, Xavier Becerra, titular de la agencia, dijo que toman “en serio todas las acusaciones de irregularidades” y recalcó que su objetivo es ofrecer un trato digno a los menores no acompañados. "Trabajamos constantemente para mejorar las condiciones y los servicios necesarios para cuidar a los niños en estos entornos de refugio desafiantes", agregó en una declaración citada por el canal.

Esta semana, Becerra visitó Fort Bliss por segunda vez desde marzo. Al finalizar su recorrido les dijo a los reporteros que ahora tenían más personas y servicios para acelerar la reunificación de los 790 menores que seguían en ese lugar. Subrayó que ninguna niña estaba en el albergue.

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Había más de 13,752 menores no acompañados bajo el cuidado del HHS hasta el lunes pasado y otros 1,663 niños estaban en custodia de la Patrulla Fronteriza, según cifras del gobierno.

En octubre de 2020, Ciudad Juárez inauguró un albergue para menores no acompañados que querían llegar a Estados Unidos pero fueron detenidos en el camino, en México. 
<b>"A partir del año 2018 se empezó a notar un aumento en este tipo de migración de niños no acompañados que no podían ser resguardados en otros albergues porque ya se había rebasado la capacidad", </b>cuenta José Villa, director del Centro Integral de Atención a Niñas, Niños y Adolescentes Migrantes 'Noemí Álvarez Guilla'. Tienen una capacidad para recibir a 70 menores: a inicios de abril de 2021 tenían 60.
Uno de ellos es Jefferson, un hondureño de 9 años. Al hablar, parece confundido: 
<b>"No sé por qué no he ido a Estados Unidos", </b>dice. Cuenta que salió de su país escoltado por su tío, que es coyote. Quería conocer a su mamá.
<b>"Pienso que nunca voy a conocer a mi mamá", dice.</b> Ella migró cuando él tenía apenas 3 años. Ellos hablaban por teléfono frecuentemente. Ella le contaba que se había ido para trabajar y poder mantenerlo. Lo dejó al cuidado de unos tíos y su abuelo.
En el albergue 'Nohemí Álvarez Guilla' la mayoría de los jóvenes están entre 16 y 17 años. Villa explica que son pocos los que tienen menos de esa edad y que, por lo general, vienen acompañados de sus hermanos mayores.
Entre las actividades que realizan a diario está la pintura. Hay un salón destinado para que los niños puedan pasar el tiempo dibujando y haciendo proyectos creativos.
Del total de niños, 
<b>60% son mexicanos que vienen repatriados de Estados Unidos. </b>Es un número que ha ido en aumento desde 2020, según Villa. El año pasado, hasta abril, contaban 300 niños devueltos; en lo que va de año cuentan el doble. El resto de menores que duermen en el lugar 
<b>vienen de Guatemala, Honduras, El Salvador, Ecuador, Nicaragua y Brasil.</b>
El dibujo de un niño migrante que quedó sobre una de las mesas del salón de arte.
En el albergue, dice Villa, brindan a los niños atención psicológica y jurídica, de salud primaria, alimentación y descanso.
El tiempo promedio que los menores duran en este albergue es variable. Si son mexicanos, sus casos pueden resolverse entre uno y siete días. 
<b>Los extranjeros pueden pasar hasta tres semanas.</b> Quienes quieren pedir refugio en México permanecen allí hasta que cumplen los 18 años. Todos los casos son evaluados individualmente.
Carla y Jimena Márquez son dos hermanas hondureñas de 14 y 9 años que fueron detenidas por las autoridades mexicanas cuando intentaban llegar a Estados Unidos para reunirse con su mamá. El albergue está facilitando este proceso, incluso en el aspecto jurídico. 
<b>Casos como el de ellas representan apenas entre 1 y 5%. </b>La mayoría de los niños que reciben, buscan emigrar para mejorar su situación económica y la de su familia, pero no porque iban a reencontrarse con algún familiar. Otro tanto lo hace huyendo de la violencia en sus países.
Los jóvenes se encargan de asear sus habitaciones, lavar la ropa y mantener limpias las entradas de los dormitorios. También hay grupos que atienden la cocina. Carla dice que juega al fútbol y con las niñas del albergue para que así pase rápido el tiempo y pueda estar con su mamá.
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En octubre de 2020, Ciudad Juárez inauguró un albergue para menores no acompañados que querían llegar a Estados Unidos pero fueron detenidos en el camino, en México. "A partir del año 2018 se empezó a notar un aumento en este tipo de migración de niños no acompañados que no podían ser resguardados en otros albergues porque ya se había rebasado la capacidad", cuenta José Villa, director del Centro Integral de Atención a Niñas, Niños y Adolescentes Migrantes 'Noemí Álvarez Guilla'. Tienen una capacidad para recibir a 70 menores: a inicios de abril de 2021 tenían 60.
Imagen Anna Clare Spelman/Univision
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