Sae Joon Park, un veterano del Ejército, decidió abandonar EEUU el lunes, luego de recibir una orden de deportación, pese haber sufrido incluso heridas al servicio de Washington y haber residido en el país por casi 50 años.
"Un país por el que luché": el veterano del Ejército que se vio obligado a autodeportarse tras vivir en EEUU casi 50 años
Sae Joon Park atribuye sus problemas legales a los traumas del combate en servicio, por el cual recibió una condecoración. Ahora salió de Estados Unidos, dejando atrás su vida, y a sus hijos y su madre de 85 años de edad, afectado por la agresiva política migratoria de la administración Trump.
El Departamento de Seguridad Nacional atribuyó la orden a cargos criminales por posesión de drogas y no presentarse ante una corte hace 15 años, lo cual el veterano nacido en Corea del Sur atribuye a los impactos emocionales del combate.
Park, de 55 años, con dos hijos adultos, y quien fue poseedor de una green card, sufría de Estrés Postraumático (conocido como PTSD, por sus siglas en inglés), derivado de su experiencia como soldado del Ejército de Estados Unidos durante la invasión a Panamá en 1989, para deponer al presidente Manuel Noriega.
Durante su experiencia en combate en el país centroamericano, Park recibió dos disparos, por los cuales fue luego condecorado con el Corazón Púrpura, una distinción otorgada en nombre del presidente a aquellos que han resultado heridos o muertos en servicio.
Antes de su viaje forzoso a Corea del Sur, Park expresó a NPR que "no puedo creer que esto esté pasando en Estados Unidos. Me impresiona, un país por el que luché".
"Si [mi hija] se casa, no estaré allí", dijo Parka Hawaii News Now, poco antes de dejar Estados Unidos. "Si mis padres fallecen, no estaré allí. Me perderé muchas cosas. Y seguro que van a pasar cosas, simplemente no podré estar allí, lo cual es desgarrador".
Sae Joon Park
fue herido en combate en Panamá y recibió condecoración militar
Park arribó a la edad de 7 años a Estados Unidos, y creció en Los Ángeles con su madre. Al terminar la escuela secundaria decidió unirse al Ejército estadounidense.
Con apenas 20 años de edad fue enviado a Panamá, donde recibió un ataque de soldados panameños. Y en el enfrentamiento, al recibir dos impactos de bala, sintió un fuerte dolor en su espalda.
"Me dispararon en la columna vertebral con un (fusil) AK-47, (y con un fusil) M16, en la parte inferior izquierda de la espalda", relató a Hawaii News Now.
Tras las heridas de bala, Park empezó a pensar que no solo estaba inmovilizado, sino que "estaba muriendo", reseñó NPR. Pero fue afortunado en recibir atención médica prontamente, y también en que su placa de identificación absorbió parcialmente el impacto de una de las balas.

Fue dado de baja con honores y condecorado. Pero, según su relato, comenzó a sufrir emocional y psicológicamente las secuelas del combate.
"Sufría de PTSD grave", añadió a NPR. "Desde pesadillas hasta pensamientos de miedo constantes. No podía ver películas de terror ni oír ruidos fuertes". Sin embargo, nunca buscó ayuda al respecto, recurriendo al uso de drogas para lidiar con su condición.
Convertirse en un adicto lo llevó a ser arrestado y encarcelado, luego de no presentarse ante una corte y violar su fianza. Y también le arruinó sus posibilidades de obtener la nacionalidad estadounidense por la vía de la naturalización, o de evitar una orden de deportación.
El camino de Sae Joon Park, de la s
upervisión rutinaria de ICE a la deportación
Park estuvo en prisión tres años desde 2009.
Luego de la cárcel perdió su green card y recibió una orden de deportación. No obstante, el Servicio de Control de Inmigración y Aduanas entonces le permitió estar en EEUU como un inmigrante sin prioridad para expulsar del país, a cambio de una supervisión anual por parte de agentes de inmigración.
Park intentó rehacer su vida en Hawaii, y con un empleo en una venta de autos en Honolulu pudo criar a sus dos hijos.
Pero con la administración Trump, que impuso una meta diaria de 3,000 inmigrantes indocumentados detenidos al día, la política migratoria cambió.
Durante una cita con ICE, Park fue advertido que sería arrestado y deportado a menos de que él decidiera voluntariamente dejar el país en las próximas semanas.
Ante ese panorama, el veterano planificó su viaje a Corea del Sur, dejando a sus hijos y a su madre, de 85 años, en EEUU, aceptando el hecho de que "probablemente sea la última vez que la vea", reportó NPR.
"Pese a todo lo que ha ocurrido, no me arrepiento de unirme al Ejército o de haber recibido disparos", dijo. "Todo es parte de mi vida, y me ha hecho ser quien soy".
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