Condenan a más de ocho años de cárcel a hombre que esclavizó a albañiles mexicanos en California

El empresario Job Torres Hernández contrató a trabajadores de la construcción de origen mexicano e indocumentados en Estados Unidos entre 2015 y 2017. Durante este tiempo, los mantuvo cautivos en inmuebles ilegales y los sometió a trabajos forzados.

Por:
Univision
De acuerdo con testimonios, Torres Hernández amenazó a los indocumentados con hacerles daño físicamente y denunciarlos a las autoridades migratorias de Estados Unidos.
De acuerdo con testimonios, Torres Hernández amenazó a los indocumentados con hacerles daño físicamente y denunciarlos a las autoridades migratorias de Estados Unidos.
Imagen Departamento de Justicia (DOJ)

Job Torres Hernández, quien fue detenido en 2017 por haber esclavizado a un grupo de albañiles mexicanos indocumentados en California, fue sentenciado el martes a una pena de ocho años y medio de cárcel, informó el Departamento de Justicia de Estados Unidos.

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De acuerdo con el juez del caso, Jeffrey S. White, el acusado está obligado a pagar los salarios no realizados a los trabajadores de la construcción que él explotó laboralmente. De esta manera, tendrá que restituir a los afectados 919,738.64 dólares.

Las víctimas, provenientes de la ciudad fronteriza de Tijuana, ingresaron de manera ilegal a Estados Unidos entre mayo de 2015 y agosto de 2017, bajo la promesa de Torres Hernández de darles un empleo en el área de la construcción.

Sin embargo, el ahora sentenciado los mantuvo cautivos en situaciones precarias e insalubres en un albergue ilegal, pero además los sometió a trabajos forzados las 24 horas, con la amenaza constante de que llamaría a las autoridades migratorias de Estados Unidos en caso de que no acataran sus órdenes.

En abril, Univision Noticias tuvo acceso a decenas de fotos del caso en las que se observan las condiciones en las cuales se encontraba el inmueble habitado por los albañiles mexicanos: baños sucios, galeras que fueron usadas como habitaciones, un par de tablas que servían de cama, restos de comida y objetos de las personas que fueron explotadas.

Los trabajadores tenían acceso limitado a baños y duchas y, en ocasiones, las propiedades estaban cerradas con llave, lo cual impedía que las víctimas huyeran.

Torres Hernández, de 38 años de edad y originario de Hayward, es propietario de Silvery Towers y diversas compañías de la construcción al norte de California, donde laboraron los indocumentados esclavizados.

En el juicio, las víctimas declararon con ayuda de un intérprete. De acuerdo con estos testimonios, Torres Hernández “les pagó mucho menos de lo que había prometido” y además les negó salarios que habían ganado con su trabajo.

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Cuando las víctimas externaron su inconformidad, Torres los amenazó. Concretamente les advirtió que, si lo denunciaban, él los dañaría físicamente, perjudicaría a sus familias o los deportaría.

Además, el empresario le dijo a los albañiles que, si recurrían a la policía o presentaban una demanda contra él, nadie les creería por su condición de migrantes indocumentados.

Torres, quien ahora espera ser instalado en una prisión, también fue sentenciado a un período de libertad supervisada de tres años, el cual comenzará después de concluir su pena de ocho años y medio de cárcel.

Un empresario hispano trajo a constructores mexicanos para trabajar en obras en el norte de California. Pero allí los sometió a condiciones de esclavitud, según la Fiscalía federal.
Los albañiles eran reclutados a través de anuncios clasificados difundidos en Tijuana como este, que ofrecía empleo en Estados Unidos solo con dos requisitos: “tener visa y ganas de trabajar”.
Los interesados en el empleo viajaban en vehículo hasta la ciudad de Hayward, en el área de la Bahía de San Francisco.
A simple vista, parecía un negocio normal dedicado a la construcción en el norte de California. Pero detrás de una de las bodegas, en galeras precarias, se quedaban a dormir los empleados mexicanos.
Los investigadores que catearon las propiedades del empresario Job Torres Hernández encontraron sanitarios sucios y almacenes usados como dormitorios que no contaban con servicio de agua potable.
Las autoridades creen que Torres Hernández se aprovechó de sus empleados al menos entre mayo de 2015 y agosto de 2017, cuando fue arrestado en un operativo policiaco.
En cualquier rincón donde podían tender una colcha descansaban los albañiles tijuanenses.
Una bandera estadounidense cuelga en la pared del “cuarto” de un trabajador, quien dormía sobre dos tablas y una colchoneta.
Varios empleados testificaron en el juicio contra Torres Hernández, alegando que incluso los hizo trabajar sin descanso hasta 24 horas seguidas.
De acuerdo con documentos judiciales, los trabajadores tenían “acceso limitado” a sanitarios y duchas. En estas condiciones encontraron los detectives uno de los baños.
Un televisor plasma contrasta con la pésima situación en la que vivía uno de los albañiles de Tijuana llevados con falsas promesas hasta el área de la Bahía de San Francisco.
Un testigo identificado como JRLA contó que el acusado le dijo al contratarlo que “no debería preocuparse por un lugar para vivir” en California y que al ofrecerle un espacio en una bodega le prometió “que él pagaría renta o gas o agua”.
La maleta de uno de los empleados quedó en medio de ropa sucia y una bolsa negra para la basura.
La víctima JRLA contó que cuando le cobró a Torres Hernández el sueldo que había ganado este lo amenazó diciendo que “tenía muchos conocidos y que, de hecho, sabía dónde vivía mi familia”.
A un hombre identificado como JMNT le advirtió tras una acalorada discusión pidiéndole su sueldo que “iba a ir con su gente (a Tijuana) y que se encargaría de mí y de mis familiares”.
Una computadora portátil sobre una caja de cartón y un recipiente de plástico quedó en un espacio de la bodega. Un cuadro de un avión antiguo parecía aligerar la dura realidad del huésped.
Otro afectado, ALA, aseguró que el empresario le dijo que si se enteraba que estaban buscando empleo en otro lugar “les echaré a Migración”.
Según el relato de varios afectados, estos siguieron trabajando para el acusado porque les prometió que les ayudaría a conseguir una green card y “por el dinero que me debía”.
Los fiscales presentaron ante el jurado esta fotografía en la que se observa la cadena y el candado con los que el empresario encerraba a los albañiles.
Job Torres Hernández es propietario de Silvery Towers y varias compañías de la construcción en el norte de California.
Fue la unidad investigativa del Servicio de Inmigración y Aduanas (ICE) la que tomó este caso y montó un operativo que concluyó con el arresto de Torres Hernández en agosto de 2017.
Robert Bodine, un exempleado, relató en la corte que el acusado le advirtió a uno de los tijuanenses: “Tú no eres legal”. Luego le mencionó que “estaba considerando llamar a Inmigración” y que hasta se burló cuando lo amenazó con denunciarlo ante las autoridades.
Almacenes en Hayward, San José y San Francisco eran usados como dormitorios por el tijuanense.
También en la parte alta de esta bodega pasaban la noche unos empleados, según los fiscales.
Varias veces los constructores cocinaron en los sitios donde dormían. Restos de frijoles y un guisado quedaron en dos sartenes, como muestra de que el operativo policiaco los tomó por sorpresa.
Los investigadores de ICE tuvieron bajo la mira a las empresas de Torres Hernández durante varios meses. Esta es una de las fotos tomadas durante sus operativos de vigilancia.
Esta es otra imagen captada por los detectives federales, quienes reportaron que mientras vigilaron a los trabajadores no notaron que estuvieran ahí en contra de su voluntad.
Los agentes migratorios estuvieron espiando al empresario en varias obras de construcción, incluyendo la de un hotel de la cadena Marriot.
Esta es otra de las imágenes captadas por los investigadores de ICE que se presentaron ante el jurado.
“El gobierno argumenta que el acusado aseguró el trabajo de estos empleados al prometerles falsamente salarios dignos y vivienda adecuada”, indica una carta del fiscal Alex G. Tse.
A mediados de marzo, un jurado federal lo declaró culpable de dos cargos por albergar indocumentados con el fin de obtener una ganancia financiera y por someterlos a trabajos forzados.
Torres Hernández se enfrenta a una condena de hasta 10 años de prisión y una multa de 250,000 dólares por contratar a personas sin permiso para trabajar en EEUU, y otra de hasta 20 años tras las rejas y una sanción económica de 250,000 dólares por someterlos a trabajos forzados.
Además, el tribunal federal puede ordenarle que pague los salarios que ganaron sus víctimas.
El abogado defensor Brian H. Getz dijo en una carta enviada a la corte que su cliente no ha cometido delito alguno, que “no hay evidencia” de que se aprovechara de los albañiles mexicanos, que no los retuvo por la fuerza y que no les pagó porque tampoco él recibía dinero de quienes lo contrataron.
El acusado sigue bajo custodia desde que agentes federales lo arrestaron en el otoño de 2017. Una audiencia condenatoria se ha programado para el próximo 25 de junio.
Dos supuestas víctimas del empresario Job Torres Hernández revisan sus teléfonos celulares. Todos los afectados fueron dejados en libertad, dijo la Fiscalía federal.
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Un empresario hispano trajo a constructores mexicanos para trabajar en obras en el norte de California. Pero allí los sometió a condiciones de esclavitud, según la Fiscalía federal.
Imagen Departamento de Justicia (DOJ)
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