La desoladora imagen de un padre que sostiene la mano de su hija muerta entre los escombros del terremoto en Turquía

La fotografía de Mesut Hancer, quien permanece al lado del cuerpo sin vida de su hija Irmak, de 15 años, se suma a la cascada de imágenes que muestran la devastación provocada por la tragedia, que acumula ya más de 7,500 muertos.

Por:
Univision y Agencias
El grupo de rescate de los Cascos Blancos logró desenterrar a una niña atrapada en las ruinas de su casa en Jindires, Siria, sacando escombros a mano. Sigue las últimas noticias en Univision.
Video “Tu padre está aquí, no tengas miedo”: rescatan una niña enterrada hasta la cabeza por los escombros

La foto hiela el corazón. Un hombre, Mesut Hancer, está sentado entre los escombros de Kahramanmaraş, la ciudad turca que fue el epicentro del terremoto del lunes 6 de febrero, que hasta la tarde de este martes había dejado al menos 7,500 muertos. Su rostro parece impasible. Sostiene una mano pálida, de un cuerpo sin vida. El de su hija Irmak, de solo 15 años.

Su gesto no muestra lágrimas. Si acaso, una tristeza tan profunda como su determinación. El cadáver de la adolescente permanece en la cama donde dormía cuando ocurrió el primer terremoto, hacia las 4 de la madrugada (hora local).

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A ese sismo, de magnitud 7.8, le siguió otra fuerte réplica, de 7.5, unas seis horas después, también este mismo lunes.

Mesut Hancer sostiene la mano de su hija Irmak, de 15 años, quien murió enterrada en los escombros en Kahramanmaras, epicentro del terremoto en Turquía y Siria.
Mesut Hancer sostiene la mano de su hija Irmak, de 15 años, quien murió enterrada en los escombros en Kahramanmaras, epicentro del terremoto en Turquía y Siria.
Imagen ADEM ALTAN/AFP via Getty Images

Sam Jones, periodista de The Guardian presente en el sitio, describe que el ruido de un mazo, usado por un hombre para hacerse camino entre los escombros, se escuchaba en el lugar donde estaba Hancer e Irmak. Pero el padre, aun cuando ha pasado ya un día de la tragedia, permanecía ahí, al lado del cuerpo sin vida de su hija, quizá consciente de que será la última vez que sostenga su mano.

La imagen es quizá una de las más desoladoras entre un océano de fotografías y videos que muestran la catástrofe que causaron los sismos en la frontera entre Turquía y Siria.

Del otro lado de la frontera, en Azmarin, Idlib, Siria, un hombre fue fotografiado mientras llevaba el cadáver de una pequeña niña en sus brazos, según la agencia AP.

Un hombre sirio lleva a una niña muerta en la localidad de Azmarin, en la provincia de Idlib, en el norte de Siria.
Un hombre sirio lleva a una niña muerta en la localidad de Azmarin, en la provincia de Idlib, en el norte de Siria.
Imagen Ghaith Alsayed/AP

La cifra de muertos crece por miles al pasar de las horas y se teme que escale hasta los 20,000 fallecidos, según las estimaciones de la Organización Mundial de la Salud.

El tiempo apaga las esperanzas de hallar sobrevivientes

En Kahramanmaraş, rescatistas lograron sacar de entre los escombros a dos niños, aún con vida. Uno de ellos estaba en una camilla, en medio de la intemperie, aun cuando las temperaturas en la región rondan entre los 42.8º F y los 26.6º F (6º C y -3º C), informó The Guardian.

Una bebé, que aún estaba unida a su madre fallecida por el cordón umbilical, fue rescatada en Jinderis, Siria. La pequeñita es ahora la única sobreviviente de su familia directa, según explicó Ramadan Sleiman, uno de sus parientes, a la agencia AP.

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Pero el paso de las horas (y las bajas temperaturas propias en la región en esta época del año) apaga las esperanzas de encontrar a más personas vivas bajo los escombros, pese a los esfuerzos de los rescatistas que piden silencio a los presentes cada vez que escuchan un sonido proveniente de los edificios derrumbados.

Indignación por la falta de ayuda del gobierno: “No tienen compasión”

La indignación por la falta de ayuda oficial se extendía entre los sobrevivientes, de acuerdo con un reporte de la agencia AFP.

Durante el martes, no habían llegado ayuda ni suministros a Kahramanmaraş, una ciudad de un millón de habitantes, ubicada en el sur de la región turca de Capadocia.

En Antioquía, junto a la frontera con Siria, Ali Sagiroglu llevaba más de 48 horas esperando refuerzos, con la esperanza de hallar con vida a su hermano y sobrino, atrapados bajo los escombros. Los ocho edificios de la urbanización en la que vivían se vinieron abajo. Le preguntaron si había visto a alguna autoridad en la zona: “Ni un solo funcionario”, respondió.

Una familia en medio de los escombros en Jableh, en la provincia siria de Latakia, este 7 de febrero de 2023.
Una familia en medio de los escombros en Jableh, en la provincia siria de Latakia, este 7 de febrero de 2023.
Imagen -/AFP via Getty Images

“¿Dónde está el Estado? ¿Dónde están? Mire a su alrededor. No hay ni un solo funcionario, por el amor de Dios. Han pasado dos días y no hemos visto a nadie. Ni siquiera han traído un ladrillo. Los niños han muerto congelados”, exclamó Sagiroglu, indignado.

La mayoría de los damnificados no tenían una tienda para resguardarse. Los que aún tenían coches pernoctaron en ellos. En la madrugada del martes llovió e hizo viento. La temperatura mínima registrada fue de 24.8º F (-4º C).

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En la mañana del martes “aún se oían voces que pedían ayuda entre las ruinas, pero se han ido callando”, dijo un hombre de unos 40 años que pidió no ser identificado. “Probablemente la gente murió congelada”.

Entre la devastación, algunos de los familiares esperaban junto a los cadáveres de sus seres queridos, esperando que alguna autoridad fuera por ellos.

La zona de Turquía más afectada por el devastador terremoto también está siendo azotada por una tormenta de nieve que ha complicado aún más las labores de rescate. Quienes lograron sobrevivir a la catástrofe no quieren o no pueden volver a sus hogares por lo que han tenido que refugiarse en albergues o carpas improvisadas para protegerse de la nieve y las bajas temperaturas. Lee más aquí sobre el devastador terremoto que impactó a Turquía y Siria.
Video Sin hogar, bajo la nieve y con temperaturas gélidas: el difícil panorama de los sobrevivientes del terremoto en Turquía

Cuma Yildiz, un hombre de 60 años, señaló, airado, la ausencia de las autoridades. “¿Dónde están ahora? ¿Dónde? Hablan y hablan, se pelean como perros, pero ¿dónde están ahora? No tienen piedad. No tienen compasión”.

Muchos de los residentes han optado por emprender ellos mismos el rescate de sus seres queridos. Onur Kayak, de 40 años, ha intentado, con sus propias manos, rescatar a su madre y a su hermano. “He movido tres piedras, pero es demasiado duro. La voz de mi madre sigue siendo clara, pero ya no escucho la de mi hermano”, dijo.

Tres meses de estado de emergencia en 10 provincias turcas

El ministro del interior turco, Suleyman Soylu, visitó Kahramanmaraş el martes, pero aún no había viajado a Antioquía. Las autoridades turcas aseguran que han desplegado a 2,000 rescatistas en las zonas devastadas.

El presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, ha declarado el estado de emergencia en 10 de las 81 provincias turcas por, al menos, los próximos tres meses.

El estado de emergencia terminará poco antes de las elecciones generales del 14 de mayo, en las que Erdogan buscará mantener el poder tras 20 años al mando de Turquía.

El primer gran terremoto, de magnitud 7.8, se produjo cerca de la ciudad turca de 
<b>Gaziantep </b>a las 2:17 hora local (18:17 del domingo EST), a unos 90 km de la frontera con Siria.
Se registraron decenas de réplicas, algunas de ellas horas más tarde cuando ya había salido el Sol.
Horas más tarde, a las 11:24 de la mañana hora local, se produjo otro fuerte terremoto, de magnitud 7.5, a unas 75 millas (120 km) al norte del primero, cerca de Ekinözü.
A ambos lados de la frontera, los temblores despertaron a la gente de golpe varias horas antes del amanecer y la hicieron salir a la calle en una noche fría de viento, lluvia y nieve. Docenas de edificios se derrumbaron en ciudades de toda la región fronteriza. Así quedó este edificio en Pazarcik, en la provincia de Kahramanmaras, en el sur de Turquía.
En las zonas dominadas por la oposición siria, los Cascos Blancos trabajaron en el rescate de heridos.
Gente y equipos de rescatistas trasladan a una persona en camilla desde un edificio derruido en Adana, Turquía.
Cámaras de seguridad grabaron el momento en que un potente terremoto de 7.8 en la escala de Richter sacudió a Turquía este lunes, dejando centenares de muertos y miles de heridos. Rescatistas trabajan contrarreloj para hallar sobrevivientes y el gobierno pidió asistencia internacional. Sigue las últimas noticias en 
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Este hombre pudo ser rescatado por bomberos en la ciudad de Diyarbakir, en Turquía, donde decenas de edificios de derrumbaron tras el terremoto.
Varias personas se reúnen alrededor de un edificio derrumbado en Pazarcik, en la provincia de Kahramanmaras, en el sur de Turquía, a primera hora del lunes 6 de febrero de 2023.
Así quedó este edificio en Diyarbakir, una de la ciudades más afectadas por el terremoto en Turquía.
Rescatistas de los Cascos Blancos intentando salvar a personas atrapadas entre los escombros de los edificios que colpasaron en la ciudad de Zardana en el terremoto de este lunes.
Equipos rescatistas intentan ayudar a residentes de un edificio derrumbado en Diyarbakir, Turquía. El presidente turco Recep Tayip Erdogan dijo en Twitter que “se enviaron de inmediato equipos de búsqueda y rescate” a las áreas afectadas. “Esperamos que superaremos este desastre juntos lo más pronto posible y con la menor cantidad de daños”, agregó.
Las autoridades turcas calculan que más de 2,500 personas resultaron heridas en el potente terremoto que sacudió el sur del país la madrugada de este lunes.
Gente intentando buscar a sobrevivientes del terremoto en Diyarbakir, Turquía.
Rescatistas aserrando los hierros de una construcción para sacar a personas atrapadas entre los escombros de los edificios que se derrumbaron con el terremoto en Siria.
Del lado sirio de la frontera, el sismo remeció regiones bajo control opositor que están llenas de varios millones de desplazados sirios con un precario sistema de salud después de varios años de guerra. Al menos 11 personas murieron en la localidad de Atmed y muchas más quedaron enterradas entre los escombros, dijo un doctor del lugar, Muheeb Qaddour, en entrevista telefónica con The Associated Press.
Edificios reducidos a escombros en la ciudad de Hama, Siria. Rescatistas intentan salvar a personas atrapadas.
Una gráfica de la destrucción causada por el terremoto en la ciudad de Alepo, en Siria.
Un hombre carga a un niño herido en el terremoto en el pueblo de Jandaris, en la provincia de Alepo que controlan los rebeldes al régimen de Asad.
Un rescatista en labores de salvamento en la villa siria de Shalakh, golpeada fuertemente por el terremoto.
Equipos de rescatistas intentando salva a personas atrapadas entre los escombros de los edificios que colapsaron en Siria, tras el terremoto en Turquía.
Estos heridos en el terremoto reciben tratamiento en un hospital de Bab al-Hawa, en la región siria que controlan los rebeldes al régimen de Bashar al Asad.
Estas fotografías pueden herir su sensibilidad.
Un hombre sirio lleva a una niña muerta en la localidad de Azmarin, pequeña localidad rebelde siria en la provincia de Idlib, en las montañas junto a la frontera turca.
Un voluntario de los Cacos Blancos en Siria lleva en sus brazos a un bebé que lograron rescatar de entre los escombros de un edificio en la ciudad de Zardana.
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El primer gran terremoto, de magnitud 7.8, se produjo cerca de la ciudad turca de Gaziantep a las 2:17 hora local (18:17 del domingo EST), a unos 90 km de la frontera con Siria.
Imagen EFE/EPA/DENIZ TEKIN
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