Empresas de carne trabajaron con el gobierno de Trump para evitar restricciones pese a contagios de covid-19 de empleados

Un informe del subcomité selecto de la Cámara de Representantes sobre la Crisis del Coronavirus sostiene que funcionarios del Departamento de Agricultura y representantes de la industria cárnica privilegiaron sus ganancias sobre la salud de los trabajadores en plena pandemia de covid-19.

Por:
Univision y AP
La Casa Blanca anunció que el país llegó al millón de muertes atribuidas a la pandemia del coronavirus, siendo California, Texas y Florida los estados que más reportan fallecidos. Esta situación ha provocado 'una pandemia oculta' que hace referencia a los niños que quedaron en orfandad a causa del covid-19, de acuerdo con un estudio en el que participaron los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC). Lee más aquí sobre el millón de muertes reportadas en Estados Unidos por Coronavirus.
Video EEUU supera el millón de muertes por coronavirus: al menos 214,000 niños han quedado huérfanos

Al inicio de la pandemia de covid-19, la industria de procesamiento de carne trabajó en estrecha colaboración con personas designadas por la administración Trump para evitar las restricciones de salud y mantener abiertos mataderos y empacadoras, incluso cuando el virus comenzó a propagarse con rapidez entre los trabajadores, según un informe del Congreso publicado el jueves.

El informe del subcomité selecto de la Cámara de Representantes sobre la crisis del coronavirus dijo que las empresas cárnicas presionaron para mantener sus plantas abiertas a pesar de que sabían que los trabajadores tenían un alto riesgo de contraer el coronavirus.

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El cabildeo llevó a los funcionarios de salud y laborales a suavizar sus recomendaciones para la industria y culminó en una orden ejecutiva que el presidente Donald Trump emitió en la primavera de 2020 designando las plantas de carne como una infraestructura esencial que debía permanecer abierta.

El representante demócrata Jim Clyburn, quien dirige el subcomité, dijo que los funcionarios del Departamento de Agricultura y la industria priorizaron la producción y las ganancias sobre la salud de los trabajadores y las comunidades, ya que al menos 59,000 trabajadores contrajeron el virus y 269 murieron.

“Conducta vergonzosa”

“La conducta vergonzosa de los ejecutivos corporativos que buscan ganancias a cualquier costo durante una crisis y los funcionarios gubernamentales ansiosos por cumplir sus órdenes sin importar el daño resultante para el público nunca debe repetirse”, dijo Clyburn.

El exsecretario de Agricultura, Sonny Perdue, quien ahora dirige el Sistema Universitario de Georgia, se negó a comentar el jueves. Un portavoz del sistema universitario dijo que Perdue se centra en “servir a los estudiantes de Georgia”.

El informe se basa en comunicaciones entre ejecutivos de la industria, cabilderos y funcionarios del USDA y otros documentos que el comité recibió de agencias gubernamentales, Tyson Foods, Smithfield Foods, JBS, Cargill, National Beef, Hormel y otras empresas. Estas firmas controlan el 85% del mercado de carne de res y el 70% de la producción de carne de cerdo en todo el país.

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El grupo comercial North American Meat Institute dijo que el informe distorsiona la verdad e ignora los pasos que tomaron las empresas al gastar miles de millones para remodelar las plantas y comprar equipos de protección para los trabajadores.

“El Comité Selecto de la Cámara le hace un flaco favor a la nación”, dijo la presidenta y directora ejecutiva del grupo comercial, Julie Anna Potts, refiriéndose a que la investigación que vincula casos asociados con la industria mientras los casos de covid-19 aumentaban en todo el país. “En cambio, el Comité utiliza datos para respaldar una narrativa que no representa en absoluto los primeros días de una emergencia nacional sin precedentes”.

Las empresas cárnicas tardaron en proteger a trabajadores del coronavirus

Un importante sindicato que representa a los trabajadores de las plantas de procesamiento condenó la forma en que la administración Trump ayudó a la industria.

Solo deseamos que la Administración Trump se preocupe tanto por la vida de los trabajadores como por la carne, el cerdo y los productos avícolas, cuando queríamos que las plantas avícolas cerraran para realizar una limpieza profunda y salvar la vida de los trabajadores”, afirmó Stuart Appelbaum, presidente del Sindicato de Minoristas, Mayoristas y Tiendas por Departamento.

El informe señala que las empresas cárnicas tardaron en tomar medidas para proteger a los trabajadores del coronavirus y presionaron para que hiciera recomendaciones gubernamentales para exigir el uso de mascarillas, instalar divisores entre las estaciones de trabajo y alentar el distanciamiento social en sus plantas como opcional.

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Las corporaciones se defienden

Pero la portavoz de JBS, Nikki Richardson, comentó que la compañía “hizo todo lo posible para garantizar la seguridad de nuestra gente que mantuvo en funcionamiento nuestra cadena crítica de suministro de alimentos”.

Gary Mickelson, portavoz de Tyson Foods, dijo que Tyson ha trabajado en estrecha colaboración con las administraciones de Trump y Biden, junto con funcionarios estatales y locales, para responder a los desafíos de la pandemia.

El portavoz de Smithfield, Jim Monroe, dijo que la industria reaccionó rápidamente y que, hasta el momento, Smithfield ha gastado más de $900 millones para proteger a los trabajadores. Dijo que era apropiado que las empresas cárnicas compartieran sus preocupaciones con los funcionarios gubernamentales a medida que se desarrollaba la pandemia.

Pero el informe citó un mensaje que un ejecutivo de Koch Foods envió a un cabildero en la primavera de 2020 que decía que la industria no debería hacer más que medir la temperatura de los empleados en la puerta de las plantas. El cabildero estuvo de acuerdo y dijo: “¡Ahora a deshacernos de esos molestos departamentos de salud!”.

Con ese fin, el informe dice que los funcionarios del USDA, a instancias de las compañías cárnicas, intentaron usar la orden ejecutiva de Trump para evitar que los funcionarios de salud estatales y locales ordenaran el cierre de plantas.

Incluso con esos esfuerzos, l a producción de carne en Estados Unidos cayó hasta un 60% de lo normal durante la primavera de 2020 debido a que varias plantas importantes se vieron obligadas a cerrar temporalmente para una limpieza profunda, pruebas generalizadas y actualizaciones de seguridad, u operaron a velocidades más lentas debido a la escasez de trabajadores.

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“A lo largo de la pandemia, hemos trabajado arduamente para mantener operaciones seguras y consistentes. Al mismo tiempo, no hemos dudado en inactivar temporalmente o reducir la capacidad en las plantas de procesamiento cuando determinamos que era necesario hacerlo”, dijo el portavoz de Cargill, Daniel Sullivan.

Los documentos que las empresas proporcionaron al comité mostraron que las empresas cárnicas presionaron mucho por la orden ejecutiva en parte porque creían que los ayudaría a protegerse de la responsabilidad si los trabajadores se enfermaban o morían, algo que un tribunal federal de apelaciones rechazó más después en una demanda contra Tyson por la muerte de trabajadores en una planta de Iowa.

Los correos electrónicos muestran que las propias empresas presentaron un borrador de la orden ejecutiva a la administración días antes de que se emitiera.

Reglas “opcionales”

Al principio de la pandemia, las empresas cárnicas sabían que el virus se estaba propagando rápidamente entre sus trabajadores porque las tasas de infección eran mucho más altas en las plantas y las comunidades circundantes.

El informe dice que en abril de 2020, un médico de un hospital cerca de una planta de JBS en Cactus, Texas, le dijo a la compañía y a los funcionarios del gobierno en un correo electrónico que claramente había un brote importante en la planta porque cada paciente de covid-19 en el hospital trabajaba allí o era pariente de un trabajador. “Sus empleados enfermarán y pueden morir si esta fábrica permanece abierta”, advirtió el médico.

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El informe también destacó la forma en que las empresas cárnicas rechazaron agresivamente las recomendaciones de seguridad de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades y la Administración de Seguridad y Salud Ocupacional. Eso condujo a la guía final que incluía un lenguaje que efectivamente hizo que las reglas fueran opcionales porque decía que las recomendaciones deberían hacerse "si es factible" o "cuando sea posible".

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<b>Mexicanos entrando a los Estados Unidos.</b> Estación de inmigración de los Estados Unidos en El Paso, Texas. Junio de 1938.
<b>Inspección del departamento de agricultura entre Estados Unidos y México. "</b>Los compradores que regresan de Juárez (México) a El Paso (EEUU) por el puente que transporta todo el tráfico, están obligados a abrir sus paquetes para la inspección". Junio 1937.
<b>Mexicano cosechador de algodón. </b>Valle de San Joaquín Sur, California. Noviembre de 1936.
<b>Hija de un campesino mexicano.</b> Cerca de Chandler, Arizona. Mayo de 1937.
<b>Campesino mexicano, padre de seis. </b>Valle Imperial Riverside, California. Marzo de 1935.
<b>Hijos de trabajadores mexicanos del algodón .</b> Casa Grande, Arizona. Mayo de 1937.
<b>Mexicanas que ingresan a los Estados Unidos</b>. Estación de inmigración estadounidense en El Paso, Texas.
<b>Viejo trabajador mexicano diciendo: </b>“he trabajado toda mi vida y todo lo que tengo ahora es mi cuerpo roto¨. Valle Imperial, California. Junio de 1935.
<b>Hijos de campesinos inmigrantes mexicanos, el mayor ayuda a atar las zanahorias en el campo</b>. Valle de Coachella, California. Febrero de 1937. 
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<b>Agricultores mexicanos fuera de los campos de melones. </b>Valle Imperial, California. Junio de 1935.
<b>Una mujer espera el tranvía internacional </b>en El Paso, Texas, que la llevará de regreso a México. Junio de 1938.
<b>Abuela mexicana que va junto a su familia </b>cada año desde Glendal, Arizona, siguiendo los cultivos hacia California y regresa. Aquí cosechando tomates. Valle se Santa Clara, California. Noviembre de 1938.
<b>Inspectores del departamento de agricultura de EEUU</b>, examinan los bienes comprados en Juárez (México) antes de entrar al El Paso (EEUU). Mayo 1937.
<b>Esposa de un campesino mexicano.</b> Cerca de Bryan, Texas. Junio de 1938.
<b>Niños mexicanos juegan en la zanja de un campo de algodón </b>en Corcoran, California. Noviembre de 1936.
<b>Mexicano recolector de melones</b> descargando su bolsa en Valle Imperial, California. Mayo de 1937.
<b>Agricultores mexicanos recogiendo pimientos</b> en Stockton, California. Noviembre de 1936.
<b>Uno de los grupos mexicanos inmigrantes que trabajan los campos de melones a 30 centavos la hora</b>. Las plantas jóvenes se tapan con papel encerado sobre alambre para protegerlas del frío y acelerar el crecimiento. Valle Imperial, California. Marzo de 1937.
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<b>Niños inmigrantes mexicanos en el campo</b> durante la cosecha de guisantes. Nipomo, California. Enero de 1935.
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Madre mexicana en California. "A veces les digo a mis hijos que me gustaría ir a México, pero me dicen 'no queremos ir, aquí pertenecemos’. (Sobre la situación laboral mexicana en la repatriación)”. Dorothea Lange hizo un registro de los trabajadores del campo mexicano en Estados Unidos, que también sufrieron la "Gran depresión" al ser acusados de ocupar puestos de trabajo que querían destinar solo a estadounidenses, y por eso buscaban repatriarlos a México. Junio 1935.
Imagen Dorothea Lange/Farm Security Administration/Library of Congress
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