Donald Trump insiste en que su ley de presupuestos es "grande y hermosa". Pero para muchos líderes demócratas, el paquete de recortes fiscales y de gastos sociales aprobado por los aliados republicanos del presidente representa la clave del resurgimiento de su partido.
Los demócratas ven en la nueva ley de Trump una gran oportunidad, pero no será tan fácil
El presidente Donald Trump insiste en que la ley de presupuestos con su agenda de recortes de impuestos y gasto social es "bonita y hermosa". Para los demócratas, hará tanto daño a tantos estadounidenses que ello le brinda una oportunidad para recuperar el favor del electorado.
Incluso antes de que se aprobara, algunos demócratas ultimaban ambiciosos planes para mítines, campañas de registro de votantes, anuncios de ataque, giras en autobús e incluso vigilias; todo ello diseñado para destacar los elementos más controvertidos del presupuesto federal de Trump: los profundos recortes al gasto social del país que dejarán a casi 12 millones más de estadounidenses sin cobertura médica y a millones más sin asistencia alimentaria, según la Oficina de Presupuesto del Congreso, una entidad no partidista.
De hecho, en los campos de batalla políticos de Alaska, Iowa, Pensilvania y California, los demócratas ya han comenzado a utilizar la legislación para atacar a sus rivales republicanos.
Los demócratas prometen que el paquete —el mayor logro de Trump en política interna hasta la fecha— será el tema definitorio de todas las elecciones importantes desde ahora hasta las cruciales elecciones de mita de período del próximo otoño.
“Una cosa está clarísima: los republicanos son los responsables de este desastre y es una carga pesada para ellos de cara a las elecciones de mitad de período”, declaró el presidente del Comité Nacional Demócrata, Ken Martin, a la agencia The Associated Press. “Esta es la legislación menos popular de la historia moderna, y cuanto más se enteran los votantes, más la detestan. Esa es una directiva clara para los demócratas: nos aseguraremos de que cada votante sepa quién es el responsable”.
Sin embargo, incluso con parte de la opinión pública inicialmente de su lado, no es nada seguro que el presupuesto republicano tenga el impacto político que los demócratas esperan.
La imagen demócrata sigue siendo profundamente impopular: el partido no tiene un líder claro, su mensaje despierta confusión y elementos centrales de su base están a la deriva. Algunos de los cambios del proyecto de ley no entrarán en vigor hasta después de las elecciones de medio término de 2026, por lo que es posible que los votantes no hayan sentido el impacto completo. Al mismo tiempo, no está claro cuántos están prestando atención al debate en Washington.
El comité de acción política demócrata Priorities USA advirtió esta semana que en la formación deben esforzarse más si quieren que su mensaje trascienda el polarizado entorno mediático.
"No podemos asumir que, porque estamos enojados, los votantes con los que necesitamos comunicarnos también lo están. Todos debemos tomar la iniciativa y ser conscientes del enorme desafío que tenemos por delante", declaró la directora ejecutiva, Danielle Butterfield. "Estamos lejos de ser un buen punto de partida".
En esencia, la prioridad del proyecto de ley son los 4.5 billones de dólares en la ampliación de las exenciones fiscales promulgadas durante el primer mandato de Trump, junto con otras nuevas. Esto incluye permitir a los trabajadores deducir las propinas y el pago de horas extras.
El paquete incluye recortes de 1.2 billón de dólares a Medicaid y cupones de alimentos, así como una reducción masiva de las inversiones en energías renovables. La Oficina de Presupuesto del Congreso estima que el paquete añadirá 3.3 billones de dólares al déficit a lo largo de la década.
Los demócratas en el Congreso se unieron contra el proyecto de ley, e incluso algunos republicanos expresaron su preocupación. Pero finalmente, Trump convenció a los conservadores que se resistían a la propuesta para que se alinearan.
El desafío que tienen los demócratas para recuperar el favor del electorado
En privado, algunos demócratas reconocieron que los republicanos actuaron con inteligencia al aprobar el proyecto de ley en vísperas de un fin de semana festivo, cuando menos votantes prestarían atención.
Y mientras algunos demócratas en Washington predijeron una feroz reacción política en todo Estados Unidos, la reacción ha sido algo discreta a juzgar por la poca gente que estuvo el jueves en un evento demócrata en Iowa, a apenas diez millas del recinto donde Trump posteriormente atrajo a miles de personas a un mitin vespertino.
Unas 100 personas escucharon cómo los funcionarios demócratas locales criticaban la legislación y pedían a los votantes que destituyeran al representante republicano Zach Nunn, el congresista local, por apoyarla.

Mientras tanto, activistas progresistas recorrieron Minnesota en un gran autobús verde como parte de la gira de 29 paradas de Fair Share America para "detener la donación a los multimillonarios". El grupo se centra en distritos congresionales de mayoría republicana donde los funcionarios electos han suspendido en gran medida las reuniones presenciales con los electores.
La directora ejecutiva de Fair Share, Kristen Crowell, afirmó que la multitud, incluso algunos partidarios de Trump, se ha mostrado receptiva. Aun así, reconoció que mucha gente desconoce el contenido del proyecto de ley.
"Sabemos que estamos luchando contra corriente", afirmó. "Pero cuando la gente escucha exactamente lo que dice este proyecto de ley, se opone rotundamente. Es decir, les puedo asegurar que, en 17 paradas, nadie se me ha acercado y me ha dicho: 'Usted está en el lado equivocado de esto'", agregó.
Un grave problema para los demócratas: la mayoría no presta atención
El presupuesto aprobado por el Partido Republicano es generalmente impopular, según encuestas realizadas durante el mes de junio, aunque algunas disposiciones individuales son bien acogidas.
Por ejemplo, una encuesta de The Washington Post/Ipsos reveló que la mayoría de los adultos estadounidenses apoya el aumento del crédito tributario anual por hijos y la eliminación de los impuestos sobre las ganancias por propinas, y aproximadamente la mitad apoya el endurecimiento a los requisitos de trabajo para algunos adultos que reciben Medicaid.
Por otro lado, la encuesta reveló que la mayoría se opone a reducir la financiación federal para la asistencia alimentaria a familias de bajos ingresos y a gastar alrededor de 45,000 millones de dólares en la construcción y el mantenimiento de centros de detención de migrantes.
El costo podría ser un punto de fricción. Aproximadamente 6 de cada 10 adultos estadounidenses encuestados dijeron que era "inaceptable" el aumento de la deuda nacional de Estados Unidos, actualmente en 36 billones de dólares, en aproximadamente 3 billones de dólares durante la próxima década.
Sin embargo, las encuestas indican que la mayoría de los estadounidenses tampoco están prestando atención a los matices del proyecto de ley. Una encuesta de The Washington Post/Ipsos reveló que solo alrededor de un tercio de los adultos estadounidenses ha oído hablar mucho o bastante sobre el tema.
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