Las disputas entre el gobierno federal y el estado de California abren un nuevo frente con la anunciada firma por el presidente Donald Trump de una resolución aprobada por las mayorías republicanas en el Congreso. Se trata de una movida que anula un decreto firmado en septiembre de 2020 por el gobernador de California, Gavin Newsom, ordenando la reducción gradual de la venta de automóviles de pasajeros nuevos que funcionan con combustible fósiles, hasta su eliminación total en 2035.
El enfrentamiento Trump-California podría cobrar una nueva víctima: el aire limpio
La mayoría republicana en el Senado ya había revocado tres dispensas a la Ley de Aire Limpio otorgadas al estado por el gobierno del presidente Joe Biden, que permitían que California estableciera reglas ambientales más estrictas que las emitidas por la Agencia de Protección Ambiental (EPA) para la totalidad del país.

“El presidente Trump firmará mi resolución para revertir la absurda prohibición de California sobre los autos a gasolina”, anunció el martes en una publicación en X el representante republicano por California Kevin Kiley.
En mayo, la mayoría republicana en el Senado ya había revocado tres dispensas a la Ley de Aire Limpio otorgadas al estado por el gobierno del presidente Joe Biden, que permitían que California estableciera reglas ambientales más estrictas que las emitidas por la Agencia de Protección Ambiental (EPA) para la totalidad del país, abriendo las puertas así a la derogación del decreto de Newsom.
Tanto la parlamentaria del Senado de Estados Unidos Elizabeth MacDonough como la Oficina de Responsabilidad Gubernamental (GAO), sin embargo, dictaminaron que el Congreso no tiene la facultad de revisar las exenciones de la Ley de Aire Limpio. Newsom y el fiscal general de California, Rob Bonta, anunciaron que demandarán la nulidad de la resolución.
California, que en la década de 1960 tenía problemas de contaminación del aire graves en varias de sus ciudades, había disfrutado de estas dispensas o exenciones a la Ley de Aire Limpio desde 1967, permitiendo el establecimiento de regulaciones que ayudaron a mejorar la situación.
Hoy, casi seis décadas más tarde, no se puede decir que el aire de Los Ángeles (la ciudad más contaminada de California en 1967) sea limpio. Pero, a pesar de los constantes incendios forestales que arden a su alrededor, la ciudad ha visto una reducción drástica de las alertas del peligroso smog, o humo tóxico, y mejoras notables en sus niveles de ozono.
Cuál es el origen de la disputa
Trump, sin embargo, considera que las dispensas permiten el establecimiento de regulaciones que a su criterio impiden el crecimiento económico, por lo que las ha tenido en su mira desde hace años.
De hecho, durante el primer gobierno de Trump, la EPA retiró una de las exenciones para los autos nuevos de los años 2017 al 2025, a lo que California respondió con una demanda de nulidad del acto. Nunca se emitió una decisión judicial definitiva ya que la EPA restableció la exención después de que Biden asumió la Presidencia.
A pesar de que las dispensas fueron establecidas originalmente durante el mandato de un presidente de su partido, Richard Nixon, los republicanos las han visto con recelo, ya que muchos otros estados han adoptado las regulaciones más estrictas de California.
"Abarcan 11 estados, incluyendo estados con gran población, como Nueva York, Nueva Jersey y aquí en el Distrito de Columbia; todos se sumaron al intento radical de California de establecer un nuevo estándar nacional", dijo el senador republicano por Wyoming, John Barrasso, durante los debates para la eliminación de las dispensas.
Sin embargo, los defensores de estas culpan a la industria petrolera por la oposición a que California pueda establecer sus propias regulaciones ambientales. Entre ellos el senador demócrata por California, Adam Schiff. "Quieren arrebatarle no solo a California el derecho a respirar un aire más limpio, sino también a todos los demás estados que han seguido su ejemplo", dijo Schiff en el Senado.
Schiff también criticó a sus colegas republicanos por lo que señala como una inconsistencia en su posición. "Por un lado dicen que defienden los derechos estatales y, por el otro, quieren decir: 'No, California, tú no decides qué tan limpio o sucio debe estar tu aire; nosotros lo decidiremos por ti'", dijo Schiff.
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