La llamada "Big Beautiful Bill" es una pieza legislativa clave para el presidente Donald Trump, que ha generado debate en el Congreso y que ha pasado por la mínima diferencia en las dos instancias en las que se sometió a votación, primero en la Cámara de Representantes y luego en el Senado.
Lo bueno y lo malo del megaproyecto de ley fiscal de Trump: qué defienden los hispanos que apoyan el plan
La llamada "Big Beautiful Bill" es una pieza legislativa que ha generado arduo debate en el Congreso y muchos temores. Para entender mejor sus implicaciones en áreas como impuestos, pequeños negocios, Medicaid o la deuda pública, Univision Noticias entrevistó a Helder Toste, de la Iniciativa LIBRE, la organización conservadora latina más grande del país, que apoya el plan del presidente Trump.

Luego de varias modificaciones en la Cámara Alta, se aprobó 50 a 51, gracias al voto de desempate del vicepresidente J.D. Vance. Ahora la pieza ha vuelto a la Cámara Baja donde los republicanos pelean la aprobación voto a voto.
Para entender mejor sus implicaciones, especialmente en áreas clave sobre impuestos, los pequeños negocios, el programa de Medicaid y la deuda pública, Univision Noticias conversó con Helder Toste, Enlace de Asuntos Gubernamentales para la Iniciativa LIBRE, la organización latina conservadora más grande de EEUU.
Toste, quien fue director nacional de Alcance Hispano para el Comité Nacional Republicano y trabajo con congresistas, explica los puntos de apoyo y algunas de las controversias que rodean esta legislación, desde una visión conservadora.
Para sus defensores, esta propuesta legislativa tiene como el punto más positivo consolidar y extender reformas fiscales previas (las hechas bajo la Tax Cuts and Jobs Act, de 2017, impulsada por Trump en la primera presidencia).
Según Toste estas políticas han demostrado ser beneficiosas para el crecimiento económico con especial impacto "positivo" para la comunidad latina. Sin embargo, la ley también implica ajustes significativos en programas de salud como Medicaid, lo que genera preocupación sobre el acceso a servicios para poblaciones vulnerables.
La entrevista fue ligeramente editada para facilitar una mayor comprensión.
Univision: ¿Cuáles son los principales beneficios de esta ley, en cuanto a los recortes impositivos, y cómo impacta a las familias hispanas y los pequeños negocios?
Helder Toste: La ley es una reconfirmación de las reformas impositivas realizadas en 2017. El objetivo es asegurar que esos recortes y cambios al código tributario, que inicialmente eran temporales, se mantengan (sino, expirarán el 1 de enero de 2026). Proteger las tasas de impuestos actuales es crucial, ya que si volvieran a los niveles de antes de 2017 o más altos, la comunidad latina podría ver un aumento significativo en sus impuestos.
Un beneficio muy importante para los latinos fue el cambio al "1099a", que se refiere a excepciones en el código tributario para pequeños negocios. Antes, un negocio pequeño no podía deducir inmediatamente la compra de equipos en sus impuestos, pero esto cambió en 2017. Esta ley no solo protege esas excepciones, sino que las aumenta en miles de dólares, brindando mayor flexibilidad para que los negocios inviertan y reinviertan sin impuestos federales. Esto impulsó un gran crecimiento económico.
Además, se incrementó el crédito tributario por hijos (child tax credit) de $2,000 a $2,500 (en el Senado se redujo a $2,200. Dado que el promedio de una familia latina es de dos o más niños, esto significa un mínimo de $5,000 en deducciones fiscales, lo cual es muy beneficioso para las familias. En esencia, la ley busca proteger las tasas bajas de impuestos para que la gente se quede con su dinero y, a la vez, aumentar las deducciones para asegurar que los latinos puedan tener aún más beneficios fiscales.
A pesar de esos beneficios, ha habido una considerable resistencia a esta ley, incluso entre los republicanos, resultando en su aprobación por margen mínimo en ambas cámaras. ¿A qué atribuye esta oposición interna?
Helder Toste: La situación es un poco irónica. Durante la pandemia, el gobierno lanzó paquetes enormes de billones, sino trillones de dólares, e introdujo programas con créditos específicos para diversas industrias, como la energía verde. Los estados republicanos, que eran menos regulados, se vieron muy beneficiados por la inversión de estos créditos.
El problema es que estos créditos son caros, representando billones de dólares que no van a gobiernos estatales o municipios, sino a empresas que desarrollan energía verde (solar y eólica). Esta situación ha generado tensión porque algunos republicanos quieren proteger esos créditos y el dinero que se destina a esas empresas, ya que hay proyectos en marcha que dependen de ellos para el desarrollo económico de sus distritos o estados.
Por otro lado, existe una tensión filosófica o de principio dentro del partido. Muchos republicanos abogan por un sistema impositivo uniforme que trate a todas las industrias de manera equitativa, sin priorizar unas sobre otras. Sin embargo, los créditos anteriores crearon distorsiones al favorecer ciertas industrias. Proteger estos créditos costosos ha impedido lograr mayores recortes presupuestarios, lo que ha alienado a republicanos que creen fundamentalmente que el crecimiento de la deuda federal es excesivo y quieren ver más recortes.
Por lo tanto, hay quienes no apoyan la ley porque consideran que aún se gasta demasiado dinero. Es irónico que los estados más beneficiados por estos créditos fueran republicanos, y ahora algunos de ellos no quieren eliminarlos, mientras que otros argumentan que el gobierno no debe depender de estos créditos y que su rol no es ese.
El programa de Medicaid es otro punto de discusión ¿Cómo ve usted y los defensores de la "Big Beautiful Bill" el impacto de los recortes masivos a Medicaid?
Helder Toste : Para entender esto, es clave saber por qué estamos en esta situación. Durante la pandemia, se modificaron las regulaciones de Medicaid, y el gobierno federal pagó a los estados más dinero por la gente inscrita en el programa. Esto llevó a estados predominantemente demócratas, como Colorado, California y Nueva York, a inscribir a muchísimas personas que no deberían haber estado en Medicaid, incluyendo personas con estatus no permanente y "able-bodied adults" (adultos en edad de trabajar, usualmente entre 30 y 55 años). Esto sucedió porque la tasa de reembolso federal por estos individuos era más alta que la de otros programas de salud pública.
Esta expansión artificial ha disparado los costos del programa. Medicaid fue diseñado originalmente para poblaciones vulnerables: personas con discapacidad, mujeres embarazadas y niños, o aquellos que viven por debajo de la línea de pobreza. La inclusión de personas que pueden trabajar o que ya tenían acceso a otras coberturas ha creado una gran distorsión.
La Oficina de Presupuesto del Congreso (CBO) pronostica que millones de personas perderán su cobertura de Medicaid...
Helder Toste: Esto no es estrictamente todo cierto. Si bien algunas personas, como aquellos que ya no califican, tendrán que buscar otros programas, no significa que se quedarán sin atención médica. Muchas de estas personas podrán acceder a los mercados de Obamacare con subsidios o a programas de seguro a través de sus empleos. Las proyecciones de la CBO incluyen estados que nunca expandieron Medicaid, lo cual es ilógico al contar a personas que "perderán" un programa en el que nunca estuvieron.
La expansión de Medicaid ha saturado el sistema, haciendo que las poblaciones más vulnerables tengan que esperar hasta meses o hasta años para recibir atención. La reforma busca aliviar el sistema para que los hospitales puedan brindar una atención adecuada a quienes realmente lo necesitan. No es cierto que las poblaciones protegidas vayan a ser afectadas; al contrario, saldrán más beneficiadas porque ya no tendrán que competir por recursos con personas que no deberían estar en el programa.
La ley también parece reasignar recursos a otras áreas, como la seguridad migratoria y la defensa. ¿Puede explicar más sobre esta postura y su análisis de la asignación de fondos en estas áreas?
Helder Toste: Sí, la ley asigna una cantidad significativa de dinero a la seguridad fronteriza. Esto incluye fondos para la Patrulla Fronteriza, sus agentes, la construcción y modernización del muro y agencias de ICE. Si bien esto es controversial, también hay una inversión importante para aumentar la cantidad de jueces disponibles para procesar casos.
Los casos de inmigración y asilo serían más rápidos. Si la ley se aprueba, el backlog de casos judiciales podría completarse en hasta dos años.
En cuanto a la seguridad nacional, se destina dinero para el "Golden Dome", un sistema antimisiles, lo cual es estratégico dada la situación en Ucrania e Israel. Las guerras modernas no son solo de ejércitos, sino de misiles y drones. También se invertirán cantidades récord en la modernización de la Marina Mercante y, más importante, la Guardia Costera, que no solo protege las aguas, sino que también realiza rescates durante huracanes, gestiona infraestructura costera relacionada con el transporte de recursos en puertos y apoya en la lucha contra las drogas.
El tema de la deuda pública es una bandera del Partido Republicano. ¿Cree que las proyecciones de un aumento significativo de la deuda impulsado por la "Big Beautiful Bill" en la próxima década son realistas?
Helder Toste: La deuda fiscal es una crisis tremenda y real. No es solo un "numerito en un papel". Yo, al igual que la Iniciativa LIBRE, creemos fundamentalmente que la crisis fiscal es verdadera y debe ser rectificada. Hay dos caminos principales para salir de esta crisis: desarrollar una base económica más grande y próspera con reformas económicas que atraigan capital y nuevas empresas, o implementar recortes. La creencia es que se necesitan ambos: crear una estructura económica con buenos impuestos para atraer negocios y facilitar la inversión, y también dejar de gastar tanto.
Las proyecciones de la CBO sobre el gasto (por ejemplo, $5 trillones de dólares en 10 años) no siempre consideran el desarrollo económico que puede generar la ley. Las reformas fiscales de 2017, cuando la CBO había pronosticado $3 trillones de costo, pudimos ver que el programa casi se pagó por sí mismo debido a la nueva inversión, y el crecimiento de la economía doméstica. La gran pregunta ahora es si esta ley podrá generar un desarrollo económico similar que ayude a mitigar la deuda.
Aquí es donde surgen las preocupaciones de figuras como el congresista Thomas Massie (republicano y conservador fiscal que se opone al proyecto), quienes se preguntan si el gasto de otros $5 trillones en la próxima década se pagará por sí mismo o si resultará en un incremento de $1.5 trillones en la deuda fiscal federal. Pero el proceso legislativo no termina con esta ley. El speaker Mike Johnson (republicano, presidente de la Cámara de Representantes) ha indicado que podría haber más procesos de reconciliación.