Por qué no es tan fácil crear ese 'Partido América' que propone Elon Musk

La historia indica que los terceros partidos en EEUU no han logrado quitarle espacio a demócratas o republicanos, y aunque es posible que cada vez más votantes rechacen el bipartidismo, Elon Musk debe tener en cuenta muchos factores que le harán complicado concretar lo que hasta ahora es solo una declaración de intención.

Carlos Chirinos
Por:
Carlos Chirinos.
El multimillonario le preguntó a sus 220 millones de seguidores si creían que es tiempo de crear un nuevo partido en Estados Unidos. Un día después, Musk señaló que el 80% de los encuestados apoyaba la idea. Más información en UnivisionNoticias.com.
Video Elon Musk propone un nuevo partido político en EEUU

¿Puede Elon Musk crear un tercer partido en EEUU con una simple intención declarativa basado en una poco científica encuesta que hizo en su red social X?

La respuesta es rápida y es NO, aunque eso exige una explicación, porque se trata de un proceso complejo, no solo por lo burocrático, sino por la realidad política de EEUU.

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Musk anunció el fin de semana en un mensaje en su cuenta social de X que " Hoy, se forma el Partido América para devolverte tu libertad", al cierre de una encuesta que hizo en su red social preguntando a los usuarios si querían una opción diferente a la de los partidos Republicano y Demócrata y de la que dijo que había arrojado una respuesta afirmativa del 80% de los participantes.

"Cuando se trata de llevar a nuestro país a la bancarrota con despilfarro y corrupción, vivimos en un sistema de partido único, no en una democracia", afirmó Musk haciendo referencia a la promulgación de la ley fiscal y presupuestaria aprobada por los republicanos que aumenta los gastos en seguridad y defensa, reduce un billón de dólares (un trillion, en inglés) pero, al extender recortes de impuestos, aumenta el déficit fiscal en más de 3,3 billones de dólares, según estimados de la Oficina de Presupuesto del Congreso.

Pero una cosa es decirlo, reflejar el interés que muchos estadounidenses tienen en una alternativa al centenario bipartidismo, otra cosa formalizarlo y otra más es pasar la prueba práctica de prosperar en el fuego de la política estadounidense.

La reacción de Trump al anuncio de su exaliado y exasesor fue decir que era “ridícula” y que “los terceros partidos nunca han funcionado”, algo, esto último, en lo que la historia reciente parece darle la razón.

Las fallidas experiencias de otros terceros partidos

En el pasado ha habido varios intentos de romper esa dinámica bipartidista en elecciones presidenciales y aunque han generado expectativas, al final solo parecen haber contribuido a la victoria de una de las opciones al quitarle votos a la otra.

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El millonario tejano Ross Perot fundó del Partido Reformista para las elecciones de 1992 y, con una plataforma populista conservadora muy similar a la que promueve hoy Trump, sacó 19 millones de votos (ninguno en el Colegio Electoral) que algunos piensan que le quitó muchos votos republicanos al entonces presidente George Bush padre quien no logró la reelección ante Bill Clinton.

En 2000, Ralph Nader fue la alternativa por el Partido Verde y, en este caso, muchos le achacan haber facilitado la derrota del entonces vicepresidente de Clinton, Al Gore, ante el republicano George W. Bush, quien ganó gracia a unos centenares de votos en Florida.

Claro que los tiempos han cambiado. Cada vez más estadounidenses se registran como independientes en el registro electoral, y aunque eso no signifique necesariamente que no se identifiquen con algún partido, da indicios de cómo la población puede estar dispuesta a darle, ahora sí, la oportunidad a otros actores.

En 2024, ante el rechazo que suscitaban tanto Donald Trump como Joe Biden, el movimiento "Sin etiquetas" coqueteó con la idea de lanzar un tercer candidato alternativo que atrajera al votante de centro, pero finalmente esa iniciativa no se concretó.

Los pro y los contra para Musk de crear un tercer partido

Desde que Musk hizo el anuncio han aparecido múltiples partidos políticos listados en la base de datos de la Comisión Federal de Elecciones con versiones de "Partido América", "DOGE" o "X" en el nombre, o con Musk listado entre las personas afiliadas a la entidad. Pero ninguno parecía ser auténtico.

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En cualquier caso, hay varias cosas que tomar en cuenta para que las declaraciones de intención de Musk tengan concreción.


  • Crear un tercer partido que tenga alcance nacional no es fácil. Tiene que cumplir con los estrictos requisitos de la Comisión Federal Electoral que indican, entre otras cosas, que “las iniciativas del partido para acceder a las urnas deben extenderse más allá de las contiendas presidenciales, incluyendo las contiendas para el Congreso” y “tener un número suficiente de candidatos federales designados por el partido en la papeleta en un número suficiente de estados en diferentes áreas geográficas”.

En una primera fase, eso requiere una organización capaz de reunir las firmas de miles de votantes en un estado solo para aparecer en las papeletas. Musk, quien invirtió más de 200 millones de dólares en apoyar a Trump y a los republicanos el año pasado, tiene el dinero para hacerlo.
A nivel estatal, cada estado tiene sus normas para el registro de partidos. Y esas comisiones están bajo control de funcionarios (republicanos o demócratas) que pueden no tener simpatías por la iniciativa de Musk. En ese caso, las leyes locales pueden usarse para complicar el registro o para frenarlo en tribunales, como ha sucedido cuando se busca invalidar candidaturas a elecciones estatales.


  • El interés de otros políticos: No se trata solo de qué votantes puedan estar dispuestos a votar por un eventual Partido Americano, tan importante como eso es saber qué candidatos estarían dispuestos a postularse bajo el paraguas de Musk.
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En algunos manejos de sus empresas, el multimillonario tiene un historial de comportamiento errático y caprichoso, lo que puede disuadir a algunos nombres ya establecidos y con raigambre en sus distritos electorales de embarcarse en un proyecto político capitaneado por él. Además, Musk tiene un notable problema de imagen pública. Algunas encuestas indican que ha alejado a votantes de ambos partidos al acercarse a Trump, liderar el llamado Departamento de Eficiencia Gubernamental y luego romper amargamente con él. Por eso, afiliarse a un proyecto de su creación, podría ser más un lastre que una ventaja para algunos políticos establecidos.


  • Ya hay "terceros partidos": En EEUU están registrados otros partidos de alcance nacional, como el Verde, el Libertario y, el más reciente, Forward Party, la organización creada en 2021 por el excandidato presidencial demócrata Andrew Yang. En este punto existe la posibilidad de que Musk cree una organización más limitada, algo así como la marca, y se valga de la estructura de alguno de estos grupos, en caso de que pactaran trabajar juntos.

"Me entusiasma la idea de que cualquiera que quiera salir del duopolio siga adelante. Y me alegra poder ayudar a que alguien tenga una idea de cómo es el camino", dijo Yang en una entrevista en la que dijo que ha estado en contacto con Musk, aunque no profundizó en el alcance de esas conversaciones.

  • Los intereses corporativos de Musk: El empresario y, sobre todo, los accionistas de sus empresas deben calibrar con mucho cuidado el impacto que aventurarse en la política partidista electoral puede tener en los negocios del multimillonario. El caso de Tesla es una advertencia: sus ventas han sufrido en el mundo entero y la imagen de la marca se ha visto afectada por la entrada de Musk en la política del lado de los conservadores de Trump.
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Y Musk tiene que manejarse con mucho cuidado porque sus empresas (sobre todo SpaceX o Starlink) dependen de contratos federales, por lo que convertirse en contrincante de un presidente que ve a sus rivales políticos como "enemigos" podría serle dañino. De hecho, en medio de las críticas que Musk hizo a la ley fiscal de Trump, el mandatario sugirió que podrían replantearse esos contratos federales y hasta sugirió que la nacionalidad estadounidense de Musk podría ser revisada.

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