Fue una declaración sorprendente de la fiscal general Pam Bondi en un momento en que el gobierno de Trump promete publicar más archivos de su investigación sobre tráfico sexual de Jeffrey Epstein: el FBI, dijo, revisa “decenas de miles de videos” del acaudalado financiero “con niños o de pornografía infantil”.
El nuevo misterio en torno a los archivos secretos de Jeffrey Epstein tras declaraciones de Pam Bondi
Abogados en los casos penales de Epstein y su exnovia, la socialité Ghislaine Maxwell, dijeron a medios que ellos no habían visto ni conocían la existencia de un conjunto de grabaciones como las descritas por Bondi.
El comentario, expresado a periodistas en la Casa Blanca, días después de una observación similar hecha a una desconocida con una cámara oculta, incrementó la presión para que el gobierno del presidente Donald Trump demuestre que tiene en su poder pruebas contundentes nunca antes vistas.
Esta tarea es aún más urgente después de que una filtración previa de documentos, publicitada por Bondi, enfureció a algunos miembros de la base de Trump al no mostrar nuevas revelaciones.
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No obstante, semanas después de las declaraciones de Bondi, aún no es claro a qué se refería la funcionaria.
Abogados y agentes del orden en los casos penales de Epstein y su exnovia, la socialité Ghislaine Maxwell, dijeron a medios que ellos no habían visto ni conocían la existencia de un conjunto de grabaciones como las descritas por Bondi.
Las acusaciones y los memorandos de detención no hacen referencia a la existencia de videos de Epstein con niños, y ninguno de los dos fue acusado de posesión de material de abuso sexual infantil, aunque ese delito habría sido mucho más fácil de probar que los cargos de tráfico sexual que enfrentaron.
Una posible pista podría estar en un expediente judicial de 2023 poco conocido en el que se reveló que los herederos de Epstein habían encontrado un número indeterminado de videos y fotografías que, según decía, podrían contener material de abuso sexual infantil.
Pero incluso eso permanece envuelto en secreto, ya que los abogados involucrados en ese caso civil alegan que una orden de protección les impide hablar de ello.
El expediente sugiere el descubrimiento de grabaciones después de que los casos penales hubieran concluido, pero si es eso a lo que se refería Bondi, el Departamento de Justicia (DOJ) no lo ha confirmado.
No está claro cuándo y dónde se obtuvieron las grabaciones, qué muestran y si fueron descubiertas recientemente cuando las autoridades revisaban la recopilación de pruebas, o si se sabía desde hacía tiempo que estaban en posesión del gobierno.
“Las fuentes externas que hacen afirmaciones sobre los materiales incluidos en la revisión del DOJ no pueden hablar sobre qué materiales se incluyen en la revisión del DOJ”, dijo el portavoz Chad Gilmartin en un comunicado.
Bondi ha enfrentado presiones por archivos de Jeffrey Epstein
Los crímenes de Epstein, sus conexiones de alto perfil y su suicidio en prisión han convertido el caso en un imán para los fanáticos de teorías conspirativas y detectives amateurs en línea que buscan pruebas de encubrimiento.
Elon Musk entró en este frenesí durante su agrio enfrentamiento con Trump cuando sostuvo, sin pruebas, en una publicación en redes sociales que posteriormente eliminó, que la razón por la que los archivos de Epstein aún no se han publicado es porque el presidente republicano aparece en ellos.
En febrero, durante una entrevista con el canal de noticias Fox News, Bondi sugirió que tenía una supuesta “lista de clientes” de Epstein en su escritorio.
Al día siguiente, el Departamento de Justicia distribuyó carpetas marcadas como “desclasificadas” a influencers de extrema derecha en la Casa Blanca, pero muy pronto resultó evidente que gran parte de la información llevaba mucho tiempo en el dominio público.
No se divulgó ninguna “lista de clientes” y no hay pruebas de que exista tal documento.
El fiasco enfureció a los conservadores y no logró disipar las teorías de conspiración que han girado en torno al caso durante años. Laura Loomer, figura de derecha, exigió que Bondi renunciara y la tildó de “mentirosa total”.
Posteriormente, Bondi declaró que una “fuente” del Buró Federal de Investigaciones de Estados Unidos (FBI) le informó de la existencia de miles de páginas de documentos no divulgados previamente y ordenó al FBI que proporcionara los “archivos Epstein completos”, incluidos todos los videos.
Desde entonces, los empleados han dedicado horas a revisar los registros para prepararlos para su publicación. No está claro cuándo podría suceder eso.
En abril, una mujer con una cámara oculta se acercó a Bondi en un restaurante y le preguntó sobre el estatus de la publicación de los archivos de Epstein. La secretaria de Justicia respondió que había decenas de miles de videos “y todos con niños pequeños”, por lo que dijo que el FBI tenía que revisar cada uno.
Después de que el activista conservador James O’Keefe —quien obtuvo y posteriormente publicó el video de la cámara oculta— alertara al Departamento de Justicia sobre el encuentro, Bondi dijo a los periodistas en la Casa Blanca: “Hay decenas de miles de videos de Epstein con niños o de pornografía infantil”.
Los comentarios revivieron sospechas arraigadas de que, a pesar de la publicación de miles de registros que documentan las actividades de Epstein a lo largo de los años, se mantienen ocultos detalles perjudiciales sobre él u otras figuras prominentes.
La situación se complicó aún más con los recientes comentarios de Kash Patel, director del FBI, al podcaster Joe Rogan; cuando el funcionario no repitió el relato de Bondi sobre la existencia de decenas de miles de videos.
Aunque no se le preguntó explícitamente sobre Bondi, Patel descartó la posibilidad de que existan videos incriminatorios de amigos poderosos de Epstein, y puntualizó: “Si hubiera un video de algún hombre o mujer cometiendo delitos en una isla y yo estuviera al mando, ¿no crees que tú los habrías visto?”. Al preguntarle si la narrativa “podría no ser precisa sobre si hay videos de estas personas haciendo esto”, respondió: “Exactamente”.
El suicidio de Epstein en agosto de 2019, semanas después de su arresto, evitó que se realizara un juicio en Nueva York y acortó el proceso de descubrimiento de pruebas, en el que se comparten las evidencias entre los abogados.
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