Un nuevo round en una pelea que ahora luce más difícil para el presidente Donald Trump: que el jefe de la Reserva Federal (Fed) deje el cargo porque el banco central no recorta su tasa de interés como él quiere.
Por qué a Trump le sería difícil que el jefe de la Reserva Federal renuncie "de inmediato" como él quiere
A Donald Trump le molesta que la Reserva Federal no baje su tasa clave de interés. Y el foco de su ira ha sido Jerome Powell, pese a que las decisiones de política monetaria no las toma él solo.

La amenaza directa de removerlo ha mutado a un "debería renunciar de inmediato". Esto posiblemente porque la Corte Suprema parece haber blindado a Powell en la jefatura de la Fed, pues sus jueces consideraron recientemente que el banco central es "una estructura única, casi privada" en la que Trump no puede remover a su presidente como sí lo hizo con miembros de las juntas de agencias federales independientes.
A Trump le molesta que la Fed no baje su tasa clave de interés, que se ubica desde diciembre en un rango de entre 4.25% y 4.5%. Y el foco de su ira ha sido Powell, pese a que las decisiones de política monetaria no las toma él solo. Lo hace un comité de 12 miembros: incluye a los siete miembros de la junta de gobernadores del Sistema de la Reserva Federal, al presidente de la Fed de Nueva York y a otros cuatro jefes de los bancos restantes del sistema.
De hecho, se supone que Powell sea el jefe de la Fed hasta mayo de 2026 y miembro de la junta de gobernadores hasta el 31 de enero de 2028. Esto significa que, aunque quedara fuera de la presidencia del banco, posiblemente su voz continuaría incidiendo en sus decisiones clave.
Trump ha expresado su enojo hacia Powell con insultos, exigencias y amenazas que no se han concretado. Pero, además de lo considerado recientemente por la Corte Suprema, el manto casi sagrado que los mercados han colocado sobre el principal banco central del mundo actúa usualmente como una suerte de parachoques invisible.
A eso se le suma que Powell ha hablado públicamente con un tono calmado cuando se le pregunta por el tema, evitando responder a los mensajes que le envía Trump con su secretaria de prensa o en sus publicaciones en redes sociales. Ninguna declaración suya ha abierto la puerta a una posible salida de su cargo como presidente de la Fed antes de mayo de 2026.
Esta semana, por ejemplo, se le cuestionó si los constantes ataques personales de Trump hacen su trabajo más difícil. "Estoy simplemente muy concentrado en hacer mi trabajo", aseguró en un evento con otros banqueros centrales en Portugal.
"Lo que importa es utilizar nuestras herramientas para cumplir con las metas que nos encomendó el Congreso: máximo empleo, estabilidad de los precios y estabilidad financiera. En eso nos enfocamos, 100%", dijo entre aplausos.
Lo que exige Trump; lo que defiende la Fed
En el centro de la puja Casa Blanca-Fed está la tasa de interés. Por un lado, Trump ha pedido que sea recortada prácticamente desde que asumió nuevamente el poder en enero. Hace poco dijo que debería estar cerca del 1%, lejísimos del punto en el que se ubica, y que dejarla en su nivel actual le está "costando" dinero a Estados Unidos.
"Jerome (Powell), como siempre, estás demasiado tarde", le escribió esta semana en una nota que leyó su secretaria de prensa, Karoline Leavitt. "Le has costado una fortuna a Estados Unidos y lo seguirás haciendo. Deberías reducir mucho la tasa de interés. Se están perdiendo miles de millones de dólares y no hay inflación", agregó.

Por el otro lado, la Fed ha defendido su independencia y su postura de esperar para ver el impacto potencial de las políticas de Trump, en especial de su ofensiva arancelaria.
“Entramos en un modo de espera cuando vimos la magnitud de los aranceles y todas las previsiones para la inflación en Estados Unidos fueron elevadas como consecuencia” de ellos, dijo Powell en el encuentro de bancos centrales en Portugal. Habló en referencia al arancel universal del 10% a todas las importaciones y a los porcentajes mucho más altos fijados a casi todos los países (por el momento en pausa hasta el 9 de julio).
La inflación parece contenida por el momento, tras haber escalado a cifras de casi dos dígitos hace unos años. Pero los constantes cambios con los porcentajes de algunas tarifas y las fechas en las que se supone entren en vigor no han permitido que su impacto se refleje de forma más clara.
“Si ignoras los aranceles por un segundo, la inflación se está comportando mayormente como esperábamos que lo hiciera”, afirmó Powell en Portugal. “Simplemente nos estamos tomando algo de tiempo. Mientras la economía estadounidense esté en una posición sólida, creemos que lo prudente es esperar y aprender más y ver cuál será el impacto (de los aranceles)”, añadió.
La ofensiva arancelaria de Trump ha pesado sobre las expectativas para la inflación, porque usualmente las empresas traspasan a los consumidores parte del alza en sus costos de producción. Eso las disparó fuertemente a inicios del año y golpeó la confianza de los consumidores sobre qué trayecto tomará la economía.
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