Quién es James Boasberg, el reputado juez federal blanco de los ataques de Trump tras su orden de bloquear las deportaciones a El Salvador

Aunque la Casa Blanca lo calificó de “activista demócrata”, lo cierto es que Boasberg se ha labrado una reputación como un jurista íntegro y respetado tanto por el Partido Demócrata como el Republicano.

Por:
Univision y Agencias
El editor principal de inmigración de Noticias Univision, Jorge Cancino, y el abogado Luis Fernández analizan las posibles consecuencias legales para la administración Trump, si se determina que desconoció la orden judicial que le impedía realizar deportaciones bajo la Ley de Enemigos Extranjeros. Mira también: ¿Quién tiene jurisdicción sobre los inmigrantes deportados por Trump a El Salvador? Un abogado explica
Video ¿Qué consecuencias puede tener el desconocimiento de una orden judicial? Expertos analizan

Aunque James Boasberg cuenta con un destacado curriculum como juez federal, su nombre se ha hecho mundialmente conocido en apenas una semana.

Donald Trump ha hecho de él uno de los principales objetivos de sus críticas después de su orden para bloquear las deportaciones de personas indocumentadas ordenadas por el gobierno en el marco de una ley del siglo XVIII ideada para tiempos de guerra.

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El presidente lo llamó “lunático de la izquierda radical” e incluso dijo que debería ser destituido, lo que le valió incluso una llamada de atención pública del mismísimo presidente de la Corte Suprema.

Pero Boasberg se mantuvo firme y amplió el plazo hasta este jueves para que el Departamento de Justicia le entregue información sobre por qué el gobierno deportó a cientos de inmigrantes venezolanos a El Salvador, incluso después de que el juez hiciera pública su orden.

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Este miércoles, Boasberg siguió recibiendo ataques por parte del gobierno de Trump. El Departamento de Justicia volvió a alegar que la solicitud de información del magistrado podría poner afectar la seguridad nacional y subestimó su autoridad asegurando que “el juez sigue empeñado en una causa perdida”.

La secretaria de prensa de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, fue más allá al calificar a Boasberg de “activista demócrata” y decir que el juez “no tiene autoridad” para “afirmar que el presidente no tiene la autoridad ejecutiva para deportar a terroristas extranjeros” de Estados Unidos.

Sin embargo, y pese a estas acusaciones, lo cierto es que Boasberg se ha labrado una reputación entre sus colegas como un jurista íntegro y respetado tanto por el Partido Demócrata como el Republicano.

De hecho, analizando su trayectoria, cabe destacar que esta no es la primera vez que se enfrenta a casos políticamente complejos, ya participó en algunos que involucraban al ahora presidente como acusado.

¿Quién es y cuál es la trayectoria del juez James Boasberg?

Exfiscal de homicidios en la capital estadounidense, Boasberg se licenció en Derecho en la Universidad de Yale

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Fue nombrado juez federal en 2011 por el presidente Barack Obama, pero una década antes había sido nombrado miembro del Tribunal Superior de Washington DC por el republicano George W. Bush.

Como candidato a la corte federal, el entonces senador republicano Jeff Sessions, quien posteriormente se convertiría en fiscal general durante el primer mandato de Trump, le preguntó a Boasberg si creía que los jueces debían basar sus decisiones en un resultado deseado o únicamente en la ley y los hechos.

“Los jueces no deberían basarse en un resultado deseado al evaluar la ley y los hechos”, respondió. “Deberían atenerse a la ley y los hechos para llegar al resultado que dicten”.

El puesto de Boasberg como juez principal de la corte federal de Washington le brindó una perspectiva única sobre las investigaciones del fiscal especial Jack Smith sobre Trump, a medida que un testigo tras otro llegaba al tribunal para declarar en secreto ante el gran jurado.

En ese cargo, se encargó de arbitrar disputas a puerta cerrada sobre el alcance de la cooperación de testigos como el entonces ya exvicepresidente Mike Pence, quien impugnó una citación de los fiscales que buscaba forzar su cooperación con el equipo de Smith.

En 2023, Boasberg emitió una opinión confidencial que exigía a Pence testificar ante el gran jurado que investigaba el intento de Trump de anular las elecciones presidenciales de 2020, pero también aceptó que ciertas preguntas podrían quedar fuera.

Trump fue acusado formalmente meses después, pero el caso —y otro que lo acusaba del mal manejo de documentos clasificados en su finca de Mar-a-Lago— fue desestimado tras su victoria presidencial en noviembre pasado.

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El papel de Boasberg en el juicio a los acusados por el asalto al Capitolio

Boasberg también se encargó de decenas de casos contra acusados de asaltar el Capitolio en 2021 tras la derrota de Trump en las elecciones presidenciales frente a Joe Biden. El juez dictó varias sentencias significativamente más leves que las recomendadas por la Fiscalía y mostró un enfoque mesurado y paciente durante los procesos.

El año pasado, escuchó con calma cómo un miembro del grupo extremista Proud Boys, Marc Bru, lo reprendía e insultaba durante una audiencia con términos como “payaso”, “fraude” y presidente de un “tribunal irregular”.

“Con gusto le dejo decir lo que quiera, pero insisto, no lo he interrumpido. El gobierno no lo ha interrumpido. Lo he tratado con cortesía en todos estos procedimientos”, le dijo el juez a Bru antes de condenarlo a seis años de prisión.

Durante la sentencia de Ray Epps, quien se convirtió en blanco de teorías conspirativas de la derecha y amenazas de muerte por su participación en los disturbios del Capitolio, Boasberg describió sin rodeos la violencia como una “insurrección de partidarios del expresidente y no un acto violento instigado por Antifa o el FBI”.

Reconocido por su puesto en el Tribunal de Vigilancia de Inteligencia Extranjera

Boasberg también es conocido entre los aliados de Trump por su papel como juez en el hermético Tribunal de Vigilancia de Inteligencia Extranjera durante el período en que el FBI investigaba si la exitosa campaña de Trump de 2016 había conspirado con Rusia para inclinar el resultado de las elecciones.

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Un informe del inspector general del Departamento de Justicia identificó después múltiples errores durante el curso de dicha investigación, incluyendo omisiones significativas en las solicitudes que los fiscales presentaron al tribunal de vigilancia para espiar a un exasesor de seguridad nacional de la campaña de Trump.

Posteriormente, Boasberg reprendió al Departamento de Justicia por haber "incumplido su deber de franqueza ante el tribunal con respecto a dichas solicitudes" y afirmó que la frecuencia y la gravedad de los errores durante la investigación de Rusia habían "puesto en duda la fiabilidad de la información presentada en otras solicitudes del FBI".

En respuesta a los errores, ordenó al Departamento de Justicia que le proporcionara información sobre sus esfuerzos para implementar reformas destinadas a mejorar la precisión de las solicitudes de órdenes judiciales presentadas al Tribunal de Vigilancia.

Aunque ha criticado al FBI y sus protocolos de vigilancia, Boasberg también ha sido objeto de escrutinio por parte de los partidarios de Trump por lo que consideran una sentencia indulgente de libertad condicional impuesta en 2020 a un abogado del FBI. Este se había declarado culpable de manipular un correo electrónico en el que se basó el Departamento de Justicia durante la investigación sobre Rusia para vigilar al asesor de campaña de Trump, Carter Page.

Sin embargo, el punto más polémico de su carrera hasta ahora explotó el pasado fin de semana, cuando emitió la orden que bloqueaba los vuelos de deportación al amparo de la Ley de Enemigos Extranjeros de 1798.

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En el marco de este caso, debe recibir este jueves en audiencia a representantes del Departamento de Justicia para conocer sus argumentos para justificar lo que el juez consideró un “posible desafío” del gobierno de Trump a sus órdenes judiciales.

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