Virginia, la victoria que los demócratas quieren presentar como un referendum sobre Donald Trump

Los triunfos en ese estado sureño, junto al de Nueva Jersey y otros circuitos locales, pone a los demócratas en mejor ánimo para enfrentar las venideras elecciones de medio término, donde esperan usar la polémica que genera la figura del presidente les ayude a recuperar el Congreso.

Antonieta Cadiz
Por:
Antonieta Cádiz.
El pasado martes fue una gran noche para los demócratas, especialmente en Virginia, donde arrasaron con los principales cargos, incluyendo la gobernación y derrotando con amplio margen al Partido Republicano.
Video En video: Las claves del éxito demócrata en las elecciones del 7 de noviembre

Pasó exactamente un año para que los demócratas pudieran volver a celebrar un triunfo electoral de trascendencia nacional, con el contundente triunfo que obtuvieron este martes en unas elecciones estatales que algunos tratan de presentar como un referendum sobre el corto gobierno de Donald Trump.

Desde 2012 que los demócratas no festejaban una victoria con tanto entusiasmo. Tas tras las elecciones primarias de 2016 habian quedado en claro las grandes divisiones y disputas dentro del partido. Tras la derrota de Hillary Clinton la coalición ha buscado una dirección y una señal de que están haciendo las cosas bien.


Este miércoles la voz de Tom Pérez, presidente del Partido Demócrata (DNC), tenía un tono de alivio y una renovada energía. En una llamada con periodistas recapituló l a victoria de Ralph Northam en la gobernación de Virginia, además de los 14 escaños que lograron voltear en la legislatura estatal, el mayor premio que puede exhibir hoy el partido.

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También destacó el triunfo de Phil Murphy para la gobernación de Nueva Jersey, junto con varios triunfos en alcaldías de estados como Florida y Carolina del Norte, entre otros.

En particular en el estado de Washington los demócratas ganaron un escaño que les devolvió el control de la legislatura local, con la candidata Manka Dhingra.

"El EEUU que Trump dejó antes de irse a Asia es muy diferente a la que vemos hoy. Hay un mensaje implícito que dice con fuerza que la política de la división debe acabarse. Es uno que les dice a los miembros del Congreso que los hechos importan", aseguró Pérez.

Para determinar la clave de la victoria, algunos hablan de la fuerte inversión y trabajo en terreno, pero otros también insisten en que la repetición de la estrategia de campaña de Trump que emplearon algunos candidatos, les dio una ventaja con los votantes.

Tácticas de Trump

Virginia fue la carta más fuerte de los demócratas, sobre todo porque es un estado péndulo, considerado por muchos como crucial para las elecciones presidenciales. Aquí muchos demócratas quieren ver el caracter redrendario del proceso para proyectarlo como síntoma de un cambio en gestación a nivel nacional.

El ex cabildero republicano Ed Gillespie lideró una campaña con una estrategia similar a la que desplegó Trump en su carrera presidencial.

Una de sus principales propuestas del republicano fue preservar las polémicas estatuas de líderes de la Confederación del Sur que se escindió de la Unión mas de siglo y medio atrás. También quería endurecer las medidas en contra de la inmigración indocumentada. En varias ocasiones atacó a Northam acusándolo de favorecer las ciudades santuario y de abrir una la puerta a la pandilla MS-13 a Virginia.

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Un temario y un estilo que pareció muy 'trumpista', pese a que el propio presdidente explicara luego la derrota asegurando que el republicano no se había aproximado mucho a él ni a la agenda política que adelanta.


Varios expertos recalcaron antes del martes que los resultados de Virginia serían un buen barómetro respecto a la posición de los votantes sobre el estilo y estrategia electoral de Trump. Un triunfo de Gillespie sería una señal de un camino exitoso para las elecciones de 2018, pero este martes ocurrió justamente lo contrario.

Larry Sabato, director del centro de política de la Universidad de Virginia y reconocido cientista político interpretaron los resultados como un rechazo a Trump.

A través de un mensaje en su cuenta de twiter detalló: "Por favor dejen de atribuir el resultado a los cambios demográficos en Virginia. El estado no ha cambiado tanto desde el 8 de noviembre. La gran explicación es una reacción enérgica hacia Trump y el Trumpismo, puro y simple", escribió.


Según José Parra, estratega demócrata y fundador de la firma Próspero Latino, "las tácticas racistas de Gillespie salieron como tiro por la culata: las minorías se energizan y los blancos educados las rechazan. Por eso vimos cifras tan altas en el norte de Virginia. Quedó demostrado que Trump y sus tácticas son un lastre para los republicanos", dijo a Univisión Noticias.

A pesar de que horas antes que se conociera la derrota de Gillespie Trump estaba enviando mensajes en Twitter para que los votantes apoyaran a su candidato, apenas se supo que había perdido se sacudió la culpa.

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"Ed Gillespie trabajó duro pero no se adhirió a mí o por lo que yo lucho. No se olviden, los republicanos ganaron 4 de los 4 escaños en la Cámara de Representantes y con la economía en números récord, continuaremos ganando, más que antes", escribió.

¿Nuevo partido?

Según Robert Guttman analista político y académico de Johns Hopkins University el voto en Virginia "reflejó en parte mucho desencanto con Trump, en contra de él, pero también toda la política es local y Northam era un mejor candidato", explicó a Univisión Noticias.

Ese fue precisamente otro de los puntos que destacó Pérez, el esfuerzo hecho por el partido para reclutar buenos candidatos que sean competitivos en las elecciones, junto con el trabajo en terreno en general.

El presidente del DNC habló en reiteradas ocasiones sobre el "nuevo partido demócrata" uno donde siguen existiendo grandes diferencias, pero en el que hay unidad en la oposición a Trump y en temas claves como la defensa de la reforma de salud conocida como Obamacare.

"Implementamos nuestra estrategia exitosamente, teníamos buenos candidatos, lideramos con valores, teníamos mucha gente en terreno y no sólo a ocho semanas de la elección, pero desde mucho antes. Estamos construyendo relaciones genuinas con los votantes. Todos los códigos postales cuentan", dijo.

Ciertamente el partido tiene un tono y una actitud diferente después del martes. "Pueden oler una ola viviendo" dijo el líder de la minoría demócrata Charles Schumer. "Nuestros amigos republicanos deben cuidarse mejor", concluyó.

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Aunque algunos advierten que las elecciones 'fuera de calendario' en Virginia y Nueva Jersey no necesariamente marcan tendencias definitivas, para los demócratas les viene como un necesario balón de oxígeno del que pueden sacar herramientas para acometer las elecciones de medio término previstas para 2018 con mejor cara que las que les quedó hace exactamente un año cuando Trump sacudió la política nacional.

El lunes en la noche, finalmente Melania Trump hizo su aparición en la cena de estado celebrada por el primer ministro japonés Shinzo Abe y su esposa en el palacio Akasaka Palace de Tokio. Su elección, un vestido de seda rojo Valentino con una espalda holgada que parecía replicar los estándares estéticos orientales alejados de siluetas muy apretadas o demasiado sexys.
A pesar de la contundencia del color y de que el vestido se ajustaba perfectamente al código de la elegancia para una ocasión de estado, fue otra de las asistentes a la cena quien verdaderamente llamó la atención de expertos de moda, medios e internautas.
Con un elegante traje esmoquin, que incluía un visible corbatín, Hope Hicks, la directora de comunicaciones del presidente Trump se volvió el centro de todas las miradas. Mientras sus fotos se hicieron virales, hasta los internáutas más críticos de la administración Trump reconocían el acierto.
Los eventos de ‘Black tie’ o ‘corbata negra’ sentencian que las mujeres deben ir de vestido largo y los hombres de esmoquin, pero, claro, una mujer siempre puede desafiar esa regla y en lugar de atender el código de las mujeres atender el de los hombres. Hicks de 28 años, quien reemplazó a Anthony Scaramucci después de su fugaz paso por la Casa Blanca, pareció sacudirse por un instante de esa discreción y bajo perfil que la ha mantenido fuera del ojo de la prensa.
La mujer que prefiere hacer declaraciones escritas antes que salir en televisión conseguía con su sutil elección la atención de los presentes. El esmoquin femenino es un invento que hizo el diseñador Yves Saint Laurent en 1962 y que trasformó la forma cómo las mujeres entendieron los códigos de la elegancia, pero sin duda, que una mujer de la política y de las altas esferas del poder se atreva a llevarlo en una cena de estado se convierte en toda una declaración.
Hope Hicks no ha sido la única que en esta gira por Asia le ha robado por unos instantes la atención a Melania Trump. Hoy la pareja presidencial estadounidense llegó a Corea del Sur y ante las cámaras hicieron el amago de darse un beso.
Unas horas después, la primera dama visitó una escuela de Seúl junto al joven y famoso Choi Min-ho, estrella de una banda de pop reconocida en todo el país.
Cuando llegó el momento de la foto oficial con Melania Trump, un grupo de jovencitas no pudo mantener la compostura al reconocer que el que estaba a su izquierda era el mismísimo Min-ho. Pasando por alto que estaban junto a una de las mujeres más reconocidas del mundo celebraron con algarabía y risas nerviosas a su estrella de la canción. 
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La atención, por supuesto, volvió a posarse sobre Melania cuando se hizo evidente la tremenda altura de sus stilettos violeta de la casa francesa Christian Loubutin. Sin duda toda una proeza que los asuntos de una primera dama puedan sobrellevarse con semejantes tacones puntilla.
Durante todo su viaje por Asia, Melania Trump ha usado vestidos que parecen respetar las tradiciones, los colores y las siluetas holgadas características de las culturas de oriente. Eso sí, ha decidido que lo mejor es dar la mano y no hacer la venia con la que insistentemente todas la saludan.
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El lunes en la noche, finalmente Melania Trump hizo su aparición en la cena de estado celebrada por el primer ministro japonés Shinzo Abe y su esposa en el palacio Akasaka Palace de Tokio. Su elección, un vestido de seda rojo Valentino con una espalda holgada que parecía replicar los estándares estéticos orientales alejados de siluetas muy apretadas o demasiado sexys.
Imagen Reuters
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