Cuando el médico te receta una visita al museo

¿Y si lo que necesitas son menos medicamentos y más arte? Esta es la premisa de la que parte una iniciativa para que los médicos prescriban visitas al museo a los pacientes con una gran variedad de dolencias, desde depresión hasta diabetes o enfermedades crónicas.

Natalia Martín Cantero
Por:
Natalia Martín Cantero.
El arte puede incrementar los niveles de hormonas responsables de nuestro bienestar de forma similar al ejercicio.
El arte puede incrementar los niveles de hormonas responsables de nuestro bienestar de forma similar al ejercicio.
Imagen Unsplash

Si el arte es terapéutico, como prueban más y más investigaciones, ¿por qué no recetarlo, igual que se hace con las medicinas? Esto es lo que se propone un proyecto piloto de Montreal, en Canadá, donde los médicos podrán prescribir a sus pacientes visitas gratis a los museos a partir del 1 de noviembre.

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"En el siglo XXI, la cultura será a la salud física lo que fue el ejercicio en el siglo XX", señala Nathalie Bondil, directora general del Museo de Bellas Artes de Montreal al diario Montreal Gazette. Este museo se ha unido a una asociación de médicos canadienses para permitir que receten arte a los pacientes que lo necesiten.

Entre ellos no solo estarán las personas deprimidas o con problemas psicológicos; también servirá para ayudar a mujeres con cáncer de mama, diabetes, desórdenes alimenticios u otras enfermedades crónicas. Funciona porque les hace sentir bien, básicamente. O, en palabras de Hélène Boyer, vicepresidenta de la asociación de médicos: el arte puede incrementar los niveles de hormonas responsables de nuestro bienestar, tal y como lo hace el ejercicio.

"Desde los años 80 prescribimos ejercicio para nuestros pacientes porque sabemos que el ejercicio consigue aumentar la secreción de exactamente las mismas hormonas", señala al Gazatte. Sin embargo, cuando las personas no pueden hacer ejercicio, como ocurre con algunos ancianos, el arte puede convertirse en una buena alternativa.


El museo dará a cada médico 50 pases de visitas gratis al año que, a su vez, permitirán la entrada a dos adultos y dos niños, de forma que el proyecto se extenderá más allá de los pacientes hacia sus familiares o amigos.

Aunque la iniciativa de Canadá es pionera, el reconocimiento del papel del arte en la curación física y mental de las personas tiene una larga trayectoria. En Reino Unido, un grupo parlamentario creado a este efecto difundió un informe en 2017 donde señalaba que “ha llegado el momento de reconocer la poderosa contribución que las artes hacen a nuestra salud y bienestar”.

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Danza para niños con problemas mentales

Este informe se refiere a los beneficios demostrados de usar el arte para mejorar la salud con programas ya en marcha. Es el caso de Arts on Prescription Project, una iniciativa de talleres de artes plásticas para personas que sufren depresión o estrés y que consiguió reducir en un 71% el malestar de los participantes, o el programa Alchemy Project, también de Reino Unido, que utiliza la danza para mejorar la vida de niños con problemas mentales.

“Las artes”, indica el informe, “muestran cómo la gente puede tomar más responsabilidad por su salud y su bienestar y disfrutar de una mejor calidad de vida. El compromiso con las artes puede contribuir a la mejora de la humanidad y la efectividad de los sistemas sociales y de salud”.


El arte contribuye a que la población se mantenga saludable, se recupere antes de sus dolencias (con el consiguiente ahorro en medicamentos y estancias en el hospital), reduce el estrés y la depresión, ayuda a gestionar enfermedades crónicas y experimentar una mejor calidad de vida, señala por su parte en su web la organización estadounidense Americans for the arts.

Y a todo esto, ¿qué es lo que tiene el arte que nos hace tanto bien? "Las artes son importantes para la salud porque la belleza ocupa un papel en nuestras vidas", dice Gavin Clayton, uno de los fundadores de la Alianza Nacional para las Artes, la Salud y el Bienestar. El artista Grayson Perry lo expresa así: “El arte nos ayuda a acceder y expresar partes de nosotros mismos que, a menudo no podemos compartir. Nos proporciona alimento para el alma. Un mundo sin arte es un mundo inhumano. El arte, como la ciencia y la religión, nos ayuda a encontrar el sentido de nuestras vidas, y encontrar sentido supone hacernos sentir mejor”.

<b>Un árbol marca la diferencia</b>
<br>Un simple árbol en medio de la ciudad puede marcar la diferencia y tener efectos positivos en los viandantes, según 
<a href="https://eurekalert.org/pub_releases/2017-11/uobc-scy110117.php">un reciente estudio</a> que documenta el vínculo entre la exposición a la naturaleza y el bienestar. La investigación es llamativa porque no se refiere a acampadas, ni largos paseos por el campo, sino a algo tan simple como el beneficio que producen las plantas de casa, los pájaros o el sol a través de la ventana de nuestro hogar.
<b>Déficit de atención por naturaleza </b>
<br>Este término fue acuñado hace unos años por el periodista y escritor Richard Louv, preocupado por el impacto negativo que la creciente desconexión con la tierra tiene en nuestra mente y cuerpo. Las salidas al campo han constituido un remedio clásico para las enfermedades psiquiátricas, pero ahora se plantea de otra manera: 
<b>alejarse de la naturaleza es lo que crea trastornos como la hiperactividad o la obesidad</b>, argumenta Louv.
<b>La adicción a la pantalla comienza pronto</b>
<br>Louv, que también es autor del superventas 
<a href="http://richardlouv.com/">Los últimos niños en los bosques: salvar a nuestros hijos del trastorno de déficit de naturaleza</a>, está preocupado por la adicción temprana a las pantallas, lo que supone que haya un 
<a href="http://www.abc.net.au/radionational/programs/lifematters/nature-deficit-disorder/2963804">montón de energía bloqueando nuestros sentidos</a>. “Esto, para mí, es 
<b>la definición de estar menos vivos</b>. No creo que nadie quiera que sus hijos estén menos vivos".
<b>El derecho de los niños a experimentar la naturaleza</b>
<br>Numerosos estudios han probado las ventajas para la salud mental y física, la cognición, la habilidad para aprender e incluso para la productividad del contacto con la naturaleza. Los efectos son tan positivos que, en 2012, en su congreso mundial, la 
<a href="http://www.iucn.org/">Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza</a> aprobó 
<a href="https://portals.iucn.org/docs/2012congress/motions/en/M-132-2012-EN.pdf">una resolución</a> por el derecho de los niños a experimentar la naturaleza.
<b>Si alguien te da a elegir entre 10,000 dólares o diez árboles, escoge los árboles </b>
<br>Esta es la comparación que hacen los autores de un estudio de Toronto (Canadá) que muestra cómo los barrios con árboles son más saludables. Concretamente, 
<b>tener diez o más árboles en el vecindario mejora la percepción de la salud de forma comparable a como lo haría disponer de 10,000 dólares extra</b> (la percepción de la salud es un factor subjetivo, pero los autores señalan que correlaciona fuertemente con las medidas objetivas de salud). “La gente ha descuidado las ventajas psicológicas del medioambiente para la psique”, señala 
<a href="http://psychology.uchicago.edu/people/faculty/berman.shtml">Marc Berman</a>, psicólogo de la Universidad de Chicago y director del estudio.
<b>Desde la ventana del hospital</b>
<br>En 1984, 
<a href="http://www.majorhospitalfoundation.org/pdfs/View%20Through%20a%20Window.pdf">en uno de los más tempranos y llamativos estudios,</a> el investigador Roger Ulrich observó cómo los pacientes que se estaban recuperando de una operación quirúrgica de vesícula en un hospital de Pensilvania recibían el alta un día antes y pedían menos analgésicos para el dolor si desde la ventana de su habitación veían unos árboles, frente a aquellos que sólo podían contemplar una pared.
<b>Salir a la naturaleza mejora el estado de ánimo</b>
<br>Gregory Bratman, de la Universidad de Stanford, en California, reveló cómo los voluntarios que caminaban por una zona verde del campus 
<a href="http://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S0169204615000286">se mostraban más atentos y felices</a> que aquellos que lo hacían, durante un tiempo equivalente, en una zona con tráfico denso.
<b>¿Por qué altera el parque el estado de ánimo? </b>
<br>Una de las razones es que la naturaleza reduce nuestra tendencia a rumiar las cosas, ese estado mental en el que no paramos de pensar en todo lo que puede ir mal, como un disco rayado. Esa es, en esencia, la conclusión de 
<a href="http://www.pnas.org/content/112/28/8567.abstract">otro estudio</a> que examina los mecanismos neurológicos que se producen cuando estamos en la naturaleza. “Salir a la naturaleza podría ser una forma fácil y casi inmediata de mejorar el estado de ánimo”, 
<a href="http://well.blogs.nytimes.com/2015/07/22/how-nature-changes-the-brain/?_r=0">resume Bratman</a>.
<br>
<b>Shinrin-yoku, baños de bosque </b>
<br>Desde 1982 Japón hizo que la práctica del 
<i>shinrin-yoku</i>, o “baños de bosque”, forme parte de su programa de salud nacional. El objetivo es que la gente conecte con la naturaleza de la forma más natural.
<b>Más gente en el campo que en la ciudad</b>
<br>En 2008, por primera vez en la historia, había 
<b>más gente viviendo en las ciudades que en el campo. </b>Y 
<a href="http://www.pnas.org/content/105/7/2295.full">un estudio</a> de ese año encontró que el porcentaje de americanos que participan en actividades al aire libre como pescar o acampar ha decrecido un 1% al año desde finales de los 80.
<b>La ecoterapia frente a lo virtual </b>
<br>Nuestras
<b> </b>experiencias tienden a ser más virtuales que reales y eso tiene consecuencias negativas para la salud, como el incremento del estrés. Por esta razón, la “ecoterapia” es un campo de estudio en ebullición. Lo que recomienda, en esencia, es muy simple: nos conviene caminar descalzos en la tierra y consumir menos Netflix.
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