El dramático aumento de las heridas de bala: los datos que salen de las salas de emergencia

Un estudio realizado por los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades, con datos provenientes de más de 2,200 departamentos de emergencia de hospitales de Estados Unidos, muestra que los menores de 15 años son los más afectados por la ola de violencia armada.

Por:
Univision
El Senado de Florida aprobó un proyecto que permite el porte de armas ocultas sin necesidad de permisos. La iniciativa ahora será enviada al gobernador Ron DeSantis. Ante esto, la excongresista Debbie Mucarsel-Powell aseguró que esta es una noticia lamentable para muchos sobrevivientes de la violencia armada. “Esto es sumamente peligroso, alienta a personas a portar armas sin entrenamiento, sin licencia y sin verificación de antecedentes”, advirtió. Puedes ver en ViX más noticias gratis.
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Un estudio los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) destaca cuán violento ha sido el pasado reciente de Estados Unidos, al mostrar un aumento en las lesiones por disparos durante la pandemia de COVID-19, cuando la cantidad de personas que dispararon fatalmente entre sí, y a sí mismas, también aumentó.

El trabajo destaca que por cada estadounidense muerto por disparos, se estima que sobreviven dos o más, a menudo con heridas terribles, un hecho que los expertos en salud pública dicen que es crucial para comprender el impacto total de las armas en la sociedad.

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En 2020 y 2021, hubo un 40% más de personas heridas por disparos que 2019, indican los CDC en el estudio publicado el jueves. En 2022, las lesiones por armas de fuego disminuyeron, pero aún eran un 20 % más altas que antes de la pandemia.

Las lesiones por armas de fuego aumentaron de manera similar para hombres y mujeres en los últimos tres años, mientras que el mayor aumento proporcional ocurrió entre los niños menores de 15 años, un subconjunto que sigue siendo una pequeña fracción del problema general.

Los expertos dicen que el estudio de lesiones por armas de fuego de los CDC, que utiliza datos de los departamentos de emergencia de los hospitales, ayuda a proporcionar una imagen más completa de la violencia armada en los Estados Unidos que solo la medición de homicidios y suicidios.

“Los hospitales son un gran lugar para mantener el pulso sobre quién recibe un disparo, cuándo y dónde”, dijo Catherine Barber, investigadora principal de lesiones en la escuela de salud pública de la Universidad de Harvard.

Los resultados del estudio de los CDC provinieron de más de 2,200 departamentos de emergencia de hospitales de Estados Unidos, que representan la mayor parte de las salas de emergencias del país, dijo Thomas Simon, uno de los autores del nuevo estudio.

El estudio sugiere que la cantidad de visitas a la sala de emergencias relacionadas con disparos en los hospitales del estudio aumentó de alrededor de 50,000 en 2019 a más de 72,000 en 2020. Debido a que más de una cuarta parte de los departamentos de emergencia de los hospitales de EEUU no participaron en el estudio, la cantidad real es probablemente significativamente mayor.

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El aumento en el número de heridos de bala no se deben únicamente a la pandemia

Los expertos creen que una variedad de factores contribuyeron al aumento pandémico de la violencia armada. Entre ellos incluyen un aumento en la compra de armas, más tiempo dentro de los hogares donde usualmente hay armas y problemas de salud mental derivados del aislamiento social y las dificultades económicas.

El estudio de los CDC muestra un aumento en las lesiones por armas de fuego a partir de mediados de marzo de 2020, coincidiendo con la declaración de la emergencia pandémica y la implementación de cierres y otras medidas preventivas. Un salto más pronunciado ocurrió un par de meses después, en la segunda quincena de mayo, cuando las protestas y los disturbios civiles siguieron al asesinato de George Floyd por parte de la policía de Minneapolis.

Si bien el estudio de los CDC no diferenció entre lesiones causadas por agresiones o accidentes, otra investigación ha demostrado que alrededor de 3 de cada 4 heridas de bala son intencionales.

El CDC dice que más de 45,000 personas murieron por lesiones relacionadas con armas de fuego en EEUU en 2020, y más de 47,000 en 2021.

El problema de la violencia armada en el país volvió a estar en la conversación nacional esta semana después de que una mujer armada mató a 3 niños y 3 adultos en una escuela cristiana en Tennessee, en el que ninguna persona que recibió un disparo sobrevivió el incidente. La asesina fue abatida por la policía.

“Estamos en una semana en que la gente vuelve a prestar atención a este problema, lamentablemente, después de un tiroteo masivo en Nashville”, dijo Nina Vinik, directora ejecutiva de Project Unloaded, un grupo de defensa centrado en el impacto de la violencia armada en los niños. “Con suerte, este documento agregará nuevos datos a esa conversación”.

Con sus caras llenas de angustia y desesperación, varios niños pudieron escapar por ventanas con ayuda de oficiales que acudieron a la Escuela Primaria Robb en Uvalde, Texas, sitio donde un joven mató a balazos a 21 personas –19 niños y dos profesoras–. 
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El ataque, que duró una hora, fue reportado varias veces por algunos estudiantes que estaban en el aula donde el sujeto se atrincheró y desde donde pidieron el auxilio del 911,
<b> incluida una larga llamada en la que se escucharon varios disparos. </b>
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Por medio de susurros, los niños luchaban por alertar a la policía del infierno que estaban viviendo, mientras el joven armado disparaba en dos aulas contiguas separadas solo por una puerta. 
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Aunque los oficiales llegaron a la escena, el director seguridad regional de Texas, Víctor Escalón, dijo el pasado jueves que los agentes habían entrado al edificio pero que se retiraron mientras llegaba ayuda adicional,
<b> luego de que el sujeto armado les disparó. </b>
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Dicha ayuda, reflejada en unidad táctica de la Patrulla Fronteriza llegó "aproximadamente una hora después" de que el atacante, identificado como Salvador Ramos, de 18 años, ingresó a la escuela. 
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Durante todo ese tiempo, diversos padres se mantuvieron fuera de la escuela con la esperanza de tener noticias de sus hijos. Después criticarían de manera airada la decisión de 
<b>haber dejado tanto tiempo al atacante atrincherado dentro del campus. </b>
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El propio jefe de Seguridad Pública de Texas, Steven McCraw, reconoció que fue un error no tumbar la puerta del salón donde estaba atrincherado el atacante con los alumnos y dos maestras. 
<b>"Fue una mala decisión, punto. No hay excusas para no haberlo hecho</b>", admitió en una conferencia de prensa.
Miah Cerrillo, una alumna de 11 años que se encontraba viendo ‘Lilo y Stitch’ en el aula cuando irrumpió el atacante, contó que vio morir a sus amigos, así como a sus maestras, y que, para salvarse,
<b> se untó de la sangre de uno de sus compañeros y se tiró al suelo para fingir que estaba muerta. </b>
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Antes de atacar a la escuela, el joven había matado a su abuela de un balazo, para después subirse a una camioneta vieja con al que se dirigió al campus hasta que se estrelló en una zanja cercana. 
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Una unidad táctica de la Patrulla Fronteriza abatiría al atacante quien dejó en la escuela 
<b>un saldo de 19 niños sin vida y dos maestras muertas.</b>
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Con sus caras llenas de angustia y desesperación, varios niños pudieron escapar por ventanas con ayuda de oficiales que acudieron a la Escuela Primaria Robb en Uvalde, Texas, sitio donde un joven mató a balazos a 21 personas –19 niños y dos profesoras–.
Imagen Foto cortesía: Pete Luna/Uvalde Leader-News
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