Cuando la aorta puede explotar: una hipertensión mal controlada puso a esta hispana al borde de la muerte

La vida de Debbie Medina cambió por completo en el momento en que la arteria principal que transporta la sangre desde el corazón se desgarró, una afección grave que muchos no sobreviven. Esto es lo que quiere que sepas.

María Isabel Capiello
Por:
María Isabel Capiello.
Un reciente estudio avalado por la Asociación Estadounidense del Corazón (AHA) reveló que los casos de presión arterial alta aumentaron en el país durante el 2020. Los cambios radicales que causó el covid-19 al estilo de vida de los estadounidenses, sumado al estrés emocional por la posibilidad de contagio y la crisis económica, dispararon las cifras. Más noticias aquí.
Video El aumento de la presión arterial entre los adultos de Estados Unidos, otra de las secuelas de la pandemia

Debbie Medina nunca le dio mayor importancia a su hipertensión. Tenía factores de riesgo y desde hacía años tomaba pastillas para controlarla, pero más allá de eso, no se preocupaba de monitorearla con regularidad. Nunca imaginó que esa condición, a la que no en vano denominan ‘asesina silenciosa’, la llevaría inesperadamente al borde de la muerte.

Un sábado de junio, de la nada, sintió una fatiga extrema a tal punto que no podía ni moverse y tuvo que llamar al 911. “Pensé que iba a morirme”, cuenta a Univision Noticias.

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Cuando llegó al hospital y recibió el diagnóstico, confirmó que no estaba exagerando.

Requería una cirugía urgente del corazón. Su aorta, la arteria principal que bombea la sangre al organismo, se había desgarrado, algo a lo que se le conoce como ‘disección aórtica’. Cada hora que pasa sin tratarse, el riesgo de muerte se eleva.

Es menos común que los infartos, pero potencialmente mortal. 95% de las personas que sufren una disección aórtica no sobreviven una semana.

Los síntomas de la disección aórtica son difíciles de ignorar: dolor agudo en el pecho que luego cede y puede irradiarse a otras áreas como hombros, cuello, brazos o abdomen, desmayos o mareos, dificultad para caminar, sudoración profusa, náuseas y alteraciones en el pulso entre otros.

Todo apunta a que en el caso de Debbie la causante de ese desgarramiento fue la hipertensión.

La aorta es “como una tubería” y la hipertensión puede hacerla explotar

“Cualquier presión arterial mal controlada se asocia con el riesgo de disección aórtica. La aorta es como una tubería con un motor que corre a determinada velocidad. Si la presión arterial es demasiado alta la tubería no puede soportarla y ¿qué pasa? Explota”, explica en entrevista con Univision Noticias, Omar Lattouf, cirujano cardiovascular del hospital Mount Sinai Morningside que atendió a Debbie Medina.

En muchos pacientes como ella la presión arterial alta pasa desapercibida sin síntomas, pero sigilosamente va causando daños permanentes.

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" Mucha gente la tiene elevadísima y ni lo sabe. A veces se enteran por un susto médico, o por síntomas de otras condiciones asociadas como la diabetes, falla renal o síndrome metabólico”, comenta Lattouf.

Meses antes de terminar en el hospital, Debbie Medina se enteró de que sufría de daño renal a tal punto de requerir diálisis y la donación de un nuevo riñón. Pero nunca cayó en cuenta de que su salud cardiovascular también estaba comprometida.

Allí, sobre la camilla, mientras escuchaba que estaría más de 8 horas en el quirófano, se sintió más vulnerable que nunca y prácticamente no tuvo tiempo para asimilar la información. “ Pensé que me iba a morir. Dios me ayude, necesito un riñón, y quién sabe si ahora un corazón. En ese instante no sabía mucho sobre la aorta”, recuerda sobre ese momento.

Debbie Medina no le dio mucha atención a la presión arterial hasta que su aorta se desgarró. Ahora entiende la importancia de medirla regularmente.
Debbie Medina no le dio mucha atención a la presión arterial hasta que su aorta se desgarró. Ahora entiende la importancia de medirla regularmente.
Imagen Mount Sinai Health System

Muchos mueren de una disección aórtica antes de llegar al hospital

Según los Institutos Nacionales de la Salud, la mayoría de los pacientes que sufre un desgarramiento agudo de la aorta mueren antes de llegar a la sala de emergencia.

Para aquellos que lo logran es esencial que los médicos identifiquen oportunamente que el dolor en el pecho responde a este problema y no a otras causas, algo que según algunas estimaciones solamente ocurre entre el 15% a 43% de las veces.

En el caso de Debbie, no sólo el cirujano cardiovascular del hospital Mount Sinai Morningside, Omar Lattouf identificó el desgarramiento de la aorta a tiempo, sino que también logró reparar el daño, pese a que había agravantes como falla renal y el hecho de que tuviera mayor riesgo de sangramientos por estar medicada con anticoagulantes.

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Hoy ella se desborda en agradecimiento a él y al equipo de enfermeras que la atendieron durante dos largos meses de hospitalización.

Debbie Medina junto al cirujano que le salvó la vida, Omar Lattouf
Debbie Medina junto al cirujano que le salvó la vida, Omar Lattouf
Imagen Mount Sinai Health System

La rehabilitación de una cirugía como esta es lenta.

Aunque Medina ya está en casa y ha logrado volver a bajar escaleras, todavía no tiene las fuerzas para subirlas por su cuenta. “Todavía camino con un bastón y tengo a dos grandes amigos que me ayudan a desplazarme pues vivo en un segundo piso y mi edificio no cuenta con ascensor”, dice.

Se siente bendecida porque varios conocidos también le han ofrecido donarle el riñón que tanto necesita.

Esta experiencia ha alterado por completo su estilo de vida: cambios drásticos de alimentación, mucha actividad física y un sinfín de citas médicas.

También le ha hecho caer en cuenta de la importancia de que los hispanos conversen abiertamente de su salud y se ocupen de atenderla: “Tenemos que dar el mensaje de que hay que hablar de esto. No nos enseñan a hacerlo. Pese a que toda mi familia sufría de hipertensión, yo no le prestaba atención. Ahora no tengo otra opción sino ocuparme. Hay que ir a los chequeos anuales con el médico y anotarse como posible donante de órganos”.

<b>Estetoscopio</b>. Hoy en día forma el estetoscopio forma parte esencial de cualquier consulta médica, pero antes de su creación en 1815, los doctores tenían que conformarse con colocar el oído encima del pecho del paciente para escuchar los latidos de su corazón o su respiración, lo que no siempre era efectivo, sobre todo cuando la persona tenía mucha grasa corporal, algo que justamente fue lo que le ocurrió al inventor de este instrumento médico, el francés René Laennec, a quien en esa circunstancia se le ocurrió la idea de crear un objeto que amplificara los sonidos del corazón y los pulmones.
<b>Aspirina</b>. Desde los tiempos ancestrales, la humanidad descubrió los beneficios analgésicos de un extracto de la corteza del sauce blanco, que, siglos después, derivaría en el popular principio llamado activo ácido acetilsalicílico, cuya presentación más estable en tabletas fue descubierta por el alemán en 1897, Felix Hoffmann y patentada por el laboratorio Bayer. Pronto se convirtió en el analgésico más usado en la historia con el nombre que todos conocemos: aspirina. Hoy en día tiene numerosas indicaciones: analgésico, antipirético y para prevenir ataques al corazón, entre otras. La Organización Mundial de la Salud la reconoce como una de las medicinas esenciales.
<b>Anestesia</b>. Durante siglos la humanidad exploró este concepto, pero la invención de la anestesia moderna tal y como la conocemos se atribuye al dentista William Morton y John Collins quienes, en 1846, demostraron el uso del éter sulfúrico durante una cirugía para remover un tumor del cuello de un hombre. Desde entonces ha habido notables avances en el campo de la anestesiología que permiten que largas y completamente indoloras cirugías sean posibles.
<b>Antibióticos</b>. Pensar en que alguien muera por una infección de garganta o de oído hoy parece algo inconcebible, pero era lo que ocurría antes del descubrimiento de los antibióticos que se atribuye a Alexander Fleming, inventor de la penicilina. En 1928, este profesor de bacteriología se dio cuenta por accidente que había un hongo capaz de matar algunas bacterias, lo que abrió camino a la era de los antibióticos, que son compuestos que las bacterias y los hongos producen de forma natural, para matar o inhibir especies microbianas rivales. Hoy en día los médicos tienen muchos tipos de antibióticos entre los cuales escoger y, según la Academia Estadounidense de Pediatría, se recetan en EEUU más de 150 millones por año.
<b>Desfibrilador</b>. La desfibrilación -el proceso por el cual se aplican cargas eléctricas al corazón de un paciente para restituir el ritmo cardiaco- salva vidas. Si alguien sufre un paro cardíaco y es desfibrilado durante el primer minuto, su chance de supervivencia es del 90%. Por cada minuto que se retrasa este procedimiento, sus probabilidades se reducen entre 7 y 10%, advierte la 
<a href="https://suddencardiacarrest.org/" target="_blank">Asociación de Ataques Cardiacos Repentinos</a>. La primera desfibrilación exitosa se atribuye a Claude Beck, quien la hizo en un joven de 14 años durante una cirugía en 1947. Con el paso de las décadas, se logró crear artefactos que pudieran usarse más allá de la sala de operaciones hasta que finalmente, en 1965, Frank Pantridge inventara el primer desfibrilador portátil del mundo, que fue instalado en una ambulancia. Hoy en día los hay por doquier y, a diferencia de ese modelo que pesaba 70 kilos, ahora son pequeños y mucho más livianos.
<b>Píldora anticonceptiva</b>. El impacto social del fármaco para el control de la natalidad aprobado por la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) en 1960 ha sido crucial. La llamada píldora ha permitido a las mujeres el control de su fertilidad, algo que fue muy revolucionario y controversial en su momento. Si bien sus ‘creadores’ fueron dos hombres (Gregory Pincus y John Rock), dos mujeres la hicieron realidad al encontrar los fondos necesarios para su desarrollo: Margaret Sanger -fundadora de Planned Parenthood- y Katherine McCormick.En la actualidad 8 de cada 10 mujeres han tomado la píldora en algún momento de sus vidas.
<b>Rayos X</b>. Antes de la invención de los rayos X, los médicos solamente podían buscar señales externas de daños en el organismo. La posibilidad de ver lo que ocurre adentro ha permitido diagnosticar toda clase de males. También abrió la puerta a otros importantes inventos como las tomografías o las resonancias magnéticas.Todo comenzó por accidente en 1895 cuando el físico alemán Willhelm Conrad Rӧntgen descubrió una radiación desconocida en ese momento (por lo que la llamó rayos X) que tenía la capacidad de penetrar los cuerpos opacos. Poco después, los rayos X comenzaron a usarse para identificar las balas en soldados heridos en la guerra.
<b>Teoría de los gérmenes</b>. Durante siglos, la humanidad no comprendía cómo se transmitían y contraían las enfermedades. Se creía que se generaban de forma espontánea, prácticamente ‘de la nada’. Esto cambió cuando Louis Pasteur y Robert Koch identificaron que los gérmenes eran la causa. No obstante, les costó convencer a la comunidad científica sobre su revolucionaria teoría, que hoy nos parece tan evidente.
<b>Vacunas</b>. El valor de las vacunas como una poderosa herramienta de salud pública para salvar vidas ha sido corroborado una vez más durante esta pandemia del coronavirus. Su creación se remonta a hace 200 años cuando en el Reino Unido, el médico Edward Jenner notó que algunas mujeres que ordeñaban vacas parecían estar protegidas de la viruela si antes ya habían contraído una enfermedad más leve llamada viruela bovina, lo que lo motivó a hacer un experimento con un niño de 8 años, a quien inoculó con materia de la llaga de viruela bovina de una ordeñadora y luego con el virus. Así pudo confirmar su teoría: el niño había producido un grado de protección contra la viruela. Según un 
<a href="https://www.bbc.com/mundo/noticias-40720048" target="_blank">reportaje</a> de la 
<i>BBC</i>, en 1798 publicó su primera investigación donde habló por primera vez del término ‘vacuna’, del latín: vacca. El resto es historia.
<b>Termómetro clínico</b>. Este instrumento médico tan popular fue creado por el médico italiano Santorio Santorio en el siglo XVII. Entre 1592 y 1603 Galileo Galilei había inventado un tubo de cristal sensible al calor lleno de un líquido cuya altura variaba según la temperatura. Pero fue Santorio quien hizo el primer instrumento con gradación para medir la temperatura corporal humana. Con el tiempo, otros lo perfeccionaron, como hizo Daniel Fahrenheit artífice del modelo del termómetro de mercurio, mucho más preciso. Pero, según un 
<a href="https://www.nationalgeographic.org/encyclopedia/thermometer/" target="_blank">reportaje</a> de 
<i>National Geographic</i>, no fue hasta el siglo XIX cuando, gracias a la explicación científica de la fiebre que hiciera Carl Wunderlich, que el termómetro se hizo indispensable.
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Estetoscopio. Hoy en día forma el estetoscopio forma parte esencial de cualquier consulta médica, pero antes de su creación en 1815, los doctores tenían que conformarse con colocar el oído encima del pecho del paciente para escuchar los latidos de su corazón o su respiración, lo que no siempre era efectivo, sobre todo cuando la persona tenía mucha grasa corporal, algo que justamente fue lo que le ocurrió al inventor de este instrumento médico, el francés René Laennec, a quien en esa circunstancia se le ocurrió la idea de crear un objeto que amplificara los sonidos del corazón y los pulmones.
Imagen DIRK WAEM/BELGA MAG/AFP via Getty Images
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