Los hospitales niegan trasplantes por muchas razones. No estar vacunado contra el covid-19 es apenas una

La noticia de que un hombre de Boston fue rechazado como candidato para recibir un corazón nuevo por no vacunarse ha causado indignación. Pero se trata de un requisito que forma parte de una larga lista de condiciones que hay que cumplir para optar por este procedimiento. La decisión no tiene que ver con la política, sino con la ciencia.

Por:
Univision
El hospital de Brigham and Women’s en Boston, decidió eliminar de la lista de espera a DJ Ferguson, ya que en sus políticas los pacientes que no están vacunados no podrán ser elegibles para un trasplante.
Video Niegan trasplante de corazón a un hombre por no ponerse la vacuna contra el Covid-19

Que un hospital de Boston le haya negado a un hombre de 31 años un trasplante de corazón por oponerse a vacunarse contra el covid-19 causó revuelo en la pasada semana y se convirtió en el más reciente capítulo del acalorado debate a favor y en contra de las vacunas.

Pero esto forma parte del protocolo tradicional para recibir un órgano, en el que los pacientes deben cumplir con una larga lista de requisitos —incluyendo otras vacunas— para ser elegibles al procedimiento.

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No es capricho. Tampoco es política, es ciencia.

La larga lista de criterios de elegibilidad para optar por un trasplante de órgano busca garantizar las mayores probabilidades de éxito del trasplante, de modo que el órgano —preciado y escaso— vaya a pacientes con mayor probabilidad de sobrevivir.

“Todo el proceso de evaluación para un trasplante, que puede ser muy largo y demandante, se trata de asegurar que los pacientes están en la mejor condición física, mental y social para soportar el trasplante y luego todos los efectos del procedimiento”, explica a StatNews Olivia Kates, especialista en enfermedades infecciosas del hospital Johns Hopkins.

En Estados Unidos hay actualmente más de 106,000 personas en lista de espera de que aparezca un órgano para ellos, según la organización United Network for Organ Sharing.

Cada día, 17 pacientes en lista de espera por un trasplante de órgano mueren antes de que se encuentre uno compatible. Esta falta de órganos disponibles obliga a tomar decisiones sobre quiénes deben recibirlos.

“Dada la escasez de órganos disponibles, hacemos todo lo que podemos para asegurar que un paciente que recibe un órgano trasplantado tenga las mayores probabilidades de sobrevivir”, explica en un comunicado el hospital de Brighman en Boston, cuya decisión de no poner en la lista de trasplantes al hombre de 31 años que se negó a vacunarse ha causado revuelo.

Son pacientes con alto riesgo de enfermedad severa ante el covid-19

En noviembre, la Asociación Estadounidense de Trasplantes y la Asociación Internacional de Trasplantes del Corazón y de Pulmón emitieron un comunicado donde recomiendan “encarecidamente” que candidatos a trasplantes estén vacunados contra el covid-19.

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En el escrito también apoyan “el desarrollo de políticas institucionales en materia de vacunación pre-trasplante”, por considerar que “es lo mejor para el candidato a trasplante” y optimiza sus posibilidades no sufrir una enfermedad grave por covid-19 antes o después del procedimiento, especialmente en épocas de mayor prevalencia de infección.

Los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC en inglés) recomiendan que todas las personas con trasplantes y sus familiares estén vacunados y con refuerzo ante el covid-19.

El riesgo de sufrir una enfermedad severa por covid-19 para personas con trasplantes de órgano —que además suelen sufrir de condiciones preexistentes que elevan las posibilidades de complicaciones— es alto.

Los medicamentos que deben tomar de por vida después del trasplante para evitar que su organismo rechace el nuevo órgano reducen la capacidad de respuesta del sistema inmune, haciéndolos más vulnerables ante cualquier infección o patógeno.

Esos medicamentos inmunosupresores también pueden reducir la efectividad de las vacunas contra el covid-19 en estos pacientes, lo que recalca la importancia de que la persona se inmunice antes de someterse al trasplante, para maximizar sus niveles de protección.

Con los niveles de circulación del coronavirus, un patógeno mucho más prevalente y contagioso que otros, las posibilidades de contagio son sumamente altas.

La del covid-19 no es la única vacuna requerida

La mayoría de hospitales tienen lineamientos que establecen que los candidatos a trasplantes deben estar al día con otras vacunas como la de la hepatitis, meningitis, sarampión, influenza, paperas y rubeola entre otras.

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La vacuna contra el covid-19 ya tienen aprobación total de la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA en inglés). Se ha comprobado que al igual que otras es efectiva y segura.

La madre de Dj Ferguson, al que alegan el hospital de Boston negó la oportunidad de estar la lista de trasplantes por no estar vacunado, dice que estaban preocupados por el riesgo de miocarditis que ha estado asociado a las vacunas contra el covid-19, algo que para su hijo que sufre del corazón podría ser muy riesgoso.

Pero se ha determinado que es más probable que esto ocurra por el contagio de covid-19, que por la vacunación.

Se desconoce si hay otras razones que impedían que el paciente fuera candidato a un trasplante.

Muchos hospitales exigen la vacunación contra el covid-19 para optar por un trasplante

Muchos hospitales en Estados Unidos ya tienen la vacunación contra el covid-19 entre sus requisitos para trasplantes. No es sólo el Brigham de Boston que no puso en la lista de candidatos al hombre en cuestión.

De hecho, tampoco es la primera vez que una noticia de este tipo causa revuelo. En 2021, la Clínica de Cleveland y otra en Colorado se negaron a hacer trasplantes a pacientes no vacunados.

Entre los parámetros que establecen las autoridades de Estados Unidos para que los centros de trasplantes hagan la selección de candidatos hay otros factores como “expectativa de vida”, que no se basa únicamente en la edad de la persona, sino también en su estado de salud; ‘adherencia al tratamiento’, que implica la capacidad de la persona para cumplir con el exigente seguimiento médico postrasplante, estado psicológico y muchos otros.

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Otros factores como ser un fumador activo o sufrir de abuso de sustancias también pueden descartar a alguien como candidato.

“El corazón de un donante es un regalo preciado y escaso que debe cuidarse bien. Nuestra meta es preservar la supervivencia del paciente y buenos pronósticos postrasplante”, dijo a la Radio Pública Nacional (NPR en inglés), Howard Eisen, director médico del programa de falla cardíaca avanzada de la Universidad de Penn State.

“Los órganos son escasos y no vamos a distribuirlos a alguien que tiene pocas probabilidades de vivir cuando otros vacunados tienen mejor posibilidad de sobrevivir a la cirugía”, dijo Arthur Caplan, jefe de ética médica de la Escuela de Medicina de la Universidad de Nueva York a CBS News.

Pacientes que han sido descartados por un hospital para estar en la lista de trasplante tienen la opción de ir a otro para buscar atención médica.

Mira también:

<b>Estetoscopio</b>. Hoy en día forma el estetoscopio forma parte esencial de cualquier consulta médica, pero antes de su creación en 1815, los doctores tenían que conformarse con colocar el oído encima del pecho del paciente para escuchar los latidos de su corazón o su respiración, lo que no siempre era efectivo, sobre todo cuando la persona tenía mucha grasa corporal, algo que justamente fue lo que le ocurrió al inventor de este instrumento médico, el francés René Laennec, a quien en esa circunstancia se le ocurrió la idea de crear un objeto que amplificara los sonidos del corazón y los pulmones.
<b>Aspirina</b>. Desde los tiempos ancestrales, la humanidad descubrió los beneficios analgésicos de un extracto de la corteza del sauce blanco, que, siglos después, derivaría en el popular principio llamado activo ácido acetilsalicílico, cuya presentación más estable en tabletas fue descubierta por el alemán en 1897, Felix Hoffmann y patentada por el laboratorio Bayer. Pronto se convirtió en el analgésico más usado en la historia con el nombre que todos conocemos: aspirina. Hoy en día tiene numerosas indicaciones: analgésico, antipirético y para prevenir ataques al corazón, entre otras. La Organización Mundial de la Salud la reconoce como una de las medicinas esenciales.
<b>Anestesia</b>. Durante siglos la humanidad exploró este concepto, pero la invención de la anestesia moderna tal y como la conocemos se atribuye al dentista William Morton y John Collins quienes, en 1846, demostraron el uso del éter sulfúrico durante una cirugía para remover un tumor del cuello de un hombre. Desde entonces ha habido notables avances en el campo de la anestesiología que permiten que largas y completamente indoloras cirugías sean posibles.
<b>Antibióticos</b>. Pensar en que alguien muera por una infección de garganta o de oído hoy parece algo inconcebible, pero era lo que ocurría antes del descubrimiento de los antibióticos que se atribuye a Alexander Fleming, inventor de la penicilina. En 1928, este profesor de bacteriología se dio cuenta por accidente que había un hongo capaz de matar algunas bacterias, lo que abrió camino a la era de los antibióticos, que son compuestos que las bacterias y los hongos producen de forma natural, para matar o inhibir especies microbianas rivales. Hoy en día los médicos tienen muchos tipos de antibióticos entre los cuales escoger y, según la Academia Estadounidense de Pediatría, se recetan en EEUU más de 150 millones por año.
<b>Desfibrilador</b>. La desfibrilación -el proceso por el cual se aplican cargas eléctricas al corazón de un paciente para restituir el ritmo cardiaco- salva vidas. Si alguien sufre un paro cardíaco y es desfibrilado durante el primer minuto, su chance de supervivencia es del 90%. Por cada minuto que se retrasa este procedimiento, sus probabilidades se reducen entre 7 y 10%, advierte la 
<a href="https://suddencardiacarrest.org/" target="_blank">Asociación de Ataques Cardiacos Repentinos</a>. La primera desfibrilación exitosa se atribuye a Claude Beck, quien la hizo en un joven de 14 años durante una cirugía en 1947. Con el paso de las décadas, se logró crear artefactos que pudieran usarse más allá de la sala de operaciones hasta que finalmente, en 1965, Frank Pantridge inventara el primer desfibrilador portátil del mundo, que fue instalado en una ambulancia. Hoy en día los hay por doquier y, a diferencia de ese modelo que pesaba 70 kilos, ahora son pequeños y mucho más livianos.
<b>Píldora anticonceptiva</b>. El impacto social del fármaco para el control de la natalidad aprobado por la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) en 1960 ha sido crucial. La llamada píldora ha permitido a las mujeres el control de su fertilidad, algo que fue muy revolucionario y controversial en su momento. Si bien sus ‘creadores’ fueron dos hombres (Gregory Pincus y John Rock), dos mujeres la hicieron realidad al encontrar los fondos necesarios para su desarrollo: Margaret Sanger -fundadora de Planned Parenthood- y Katherine McCormick.En la actualidad 8 de cada 10 mujeres han tomado la píldora en algún momento de sus vidas.
<b>Rayos X</b>. Antes de la invención de los rayos X, los médicos solamente podían buscar señales externas de daños en el organismo. La posibilidad de ver lo que ocurre adentro ha permitido diagnosticar toda clase de males. También abrió la puerta a otros importantes inventos como las tomografías o las resonancias magnéticas.Todo comenzó por accidente en 1895 cuando el físico alemán Willhelm Conrad Rӧntgen descubrió una radiación desconocida en ese momento (por lo que la llamó rayos X) que tenía la capacidad de penetrar los cuerpos opacos. Poco después, los rayos X comenzaron a usarse para identificar las balas en soldados heridos en la guerra.
<b>Teoría de los gérmenes</b>. Durante siglos, la humanidad no comprendía cómo se transmitían y contraían las enfermedades. Se creía que se generaban de forma espontánea, prácticamente ‘de la nada’. Esto cambió cuando Louis Pasteur y Robert Koch identificaron que los gérmenes eran la causa. No obstante, les costó convencer a la comunidad científica sobre su revolucionaria teoría, que hoy nos parece tan evidente.
<b>Vacunas</b>. El valor de las vacunas como una poderosa herramienta de salud pública para salvar vidas ha sido corroborado una vez más durante esta pandemia del coronavirus. Su creación se remonta a hace 200 años cuando en el Reino Unido, el médico Edward Jenner notó que algunas mujeres que ordeñaban vacas parecían estar protegidas de la viruela si antes ya habían contraído una enfermedad más leve llamada viruela bovina, lo que lo motivó a hacer un experimento con un niño de 8 años, a quien inoculó con materia de la llaga de viruela bovina de una ordeñadora y luego con el virus. Así pudo confirmar su teoría: el niño había producido un grado de protección contra la viruela. Según un 
<a href="https://www.bbc.com/mundo/noticias-40720048" target="_blank">reportaje</a> de la 
<i>BBC</i>, en 1798 publicó su primera investigación donde habló por primera vez del término ‘vacuna’, del latín: vacca. El resto es historia.
<b>Termómetro clínico</b>. Este instrumento médico tan popular fue creado por el médico italiano Santorio Santorio en el siglo XVII. Entre 1592 y 1603 Galileo Galilei había inventado un tubo de cristal sensible al calor lleno de un líquido cuya altura variaba según la temperatura. Pero fue Santorio quien hizo el primer instrumento con gradación para medir la temperatura corporal humana. Con el tiempo, otros lo perfeccionaron, como hizo Daniel Fahrenheit artífice del modelo del termómetro de mercurio, mucho más preciso. Pero, según un 
<a href="https://www.nationalgeographic.org/encyclopedia/thermometer/" target="_blank">reportaje</a> de 
<i>National Geographic</i>, no fue hasta el siglo XIX cuando, gracias a la explicación científica de la fiebre que hiciera Carl Wunderlich, que el termómetro se hizo indispensable.
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Estetoscopio. Hoy en día forma el estetoscopio forma parte esencial de cualquier consulta médica, pero antes de su creación en 1815, los doctores tenían que conformarse con colocar el oído encima del pecho del paciente para escuchar los latidos de su corazón o su respiración, lo que no siempre era efectivo, sobre todo cuando la persona tenía mucha grasa corporal, algo que justamente fue lo que le ocurrió al inventor de este instrumento médico, el francés René Laennec, a quien en esa circunstancia se le ocurrió la idea de crear un objeto que amplificara los sonidos del corazón y los pulmones.
Imagen DIRK WAEM/BELGA MAG/AFP via Getty Images
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