El joven acusado de provocar el tiroteo en una sinagoga en California se declara inocente

John T. Earnest, un joven de 19 años residente de Rancho Peñasquitos en San Diego, es acusado de haber disparado de ocho a diez veces antes de que su rifle AR-15 se le quedara atorado en la sinagoga Chabad de Poway. Esas balas mataron a una mujer y dejaron heridas a tres personas más, incluyendo una niña y el rabino.

Por este crimen, calificado como uno de odio, los fiscales buscarán la condena máxima para el acusado: cadena perpetua sin posibilidad de solicitar libertad condicional o la pena de muerte.

Cuando fue arrestado poco después del tiroteo, Earnest tenía un chaleco antibalas, un casco y aún 50 balas sin disparar, que pudieron acabar con la vida de muchos más, dijeron este martes las autoridades durante la presentación de cargos.

El acusado estuvo por primera vez en la corte, sin mostrar mucha emoción; parado atrás del panel de cristal, desde donde pronunció una sola palabra, "sí". Un defensor público presentó su declaración de inocente de los delitos imputados en su contra. Enfrenta un cargo por asesinato, tres por intento de homicidio y uno más por provocar un incendio en una mezquita de Escondido el mes pasado.

Debido a las circunstancias especiales de la acusación, que indica que Earnest cometió crímenes de odio, podría enfrentar hasta la pena de muerte. Sin embargo, la Fiscalía de Distrito no ha decidido qué condena va a pedir para el acusado.

El juez ordenó que el joven permanezca detenido sin derecho a fianza, tras calificarlo como una amenaza extrema y un "riesgo obvio y extraordinario" para la seguridad pública Su próxima audiencia fue programada para el 30 de mayo.

Los detalles del ataque

El fiscal de distrito Leonard Trinh le describió al juez los detalles del momento en que Earnest entró a la sinagoga armado con un rifle semiautomático y arremetió contra las personas que estaban allí.

Trinh agregó que Lori Gilbert-Kaye, de 60 años y la única víctima mortal de este ataque, estaba en el vestíbulo del edificio cuando recibió dos disparos e intentó escapar, pero murió por las heridas causadas.

El siguiente objetivo del atacante era el rabino Yisroal Goldstein, quien quedó herido en ambas manos y perdió su dedo índice de la mano derecha.

Luego, Earnest se dirigió a un cuarto donde había varios fieles, incluyendo niños y allí siguió disparando su arma. En ese lugar estaba Almog Peretz, de 34 años, quien recibió un disparo en su pierna y su sobrina, Noya Dahan, de 8 años, fue impactada por fragmentos de bala en su cara y una pierna.

La balacera hubiera continuado, pero el rifle del atacante se atascó, según explican los fiscales. En ese momento salió de la sinagoga, mientras varias personas intentaban perseguirlo, incluyendo un veterano del Ejército que le disparó y un agente de la Patrulla Fronteriza fuera de servicio que impactó con un tiro el vehículo en el que el joven intentaba huir. Gran parte de esta persecución quedó grabada por cámaras de vigilancia.

Earnest fue finalmente detenido por la Policía cerca de la autopista interestatal 15 y puesto bajo custodia sin forcejeo.

Un delito anterior confesado

El cargo no relacionado con este caso por provocar un incendio el mes pasado fue añadido a la acusación después de que las autoridades investigaron la confesión en una 'carta abierta' en Internet que dejó al parecer el mismo Earnest, sobre que él había sido quien inició un incendio afuera de la mezquita Dar-ul-Arqam, en la localidad de Escondido en marzo 24.

Siete personas que estaban adentro apagaron las llamas con un extintor. Los investigadores encontraron un graffiti en el edificio haciendo refrencia a los dos ataques que dejaron 50 muertos en mezquitas de Nueva Zelanda.

En el mismo manifiesto, el presunto autor del tiroteo explica que sus planes para atacar la sinagoga estuvieron motivados por su odio y "repugnancia" por los judíos y el temor por la "destrucción" de la raza blanca.

Quería transmitir en vivo el ataque y recomendó una serie de temas para escuchar mientras la gente veía la transmisión, incluidos 'Sloop John B' de los Beach Boys y el tema de Pokemon. Reveló que planificó el ataque durante cuatro semanas. "Si hace seis meses me hubiesen dicho que haría esto, me habría sorprendido", escribió Earnest.

"Gran estudiante y músico"

El acusado de este crimen de odio era un gran estudiante, deportista y músico, cuyas ideas racistas y antisemitas tomaron por sorpresa a su familia y a otras personas que creían conocerlo bien.

El joven de 19 años figuró entre las listas de honor de los estudiantes de la carrera de enfermería de la Universidad Estatal de California de San Marcos los dos últimos semestres. Había sacado notas brillantes en la secundaria, integrado el equipo de natación de la universidad y sido aclamado por sus interpretaciones en piano en concursos de talento.

Pero aparentemente se radicalizó los dos últimos años. Earnest frecuentaba 8chan, un portal donde abundan los comentarios extremistas, racistas y que fomentan la violencia. "Estoy mirando esto desde hace un año y medio y lo que aprendí no tiene precio. Ha sido un honor", escribió.

Entre los amigos Earnest había muchos judíos y negros. Su padre, John A. Earnest, era un popular profesor de física en Mt. Carmel, donde trabajó 31 años.

"Lo que hizo John T no refleja la educación que recibió", según Owen Cruise, quien vio a Earnest todos los días en el último año de secundaria. Los dos estudiaron cálculo y física. E integraron el club de radio amateur de la escuela. "La suya es una familia sobresaliente. De las mejores personas que he conocido", agregó.

Los padres de Earnest dicen que su hijo y sus cinco hermanos fueron criados en una familia "que rechazaba la intolerancia y enseñaba que el amor debe ser la razón de todo".

"Nos avergonzamos de que ahora sea parte de la historia de actos de maldad perpetrados contra el pueblo judío por siglos", dijeron los padres el lunes en sus primeros comentarios públicos sobre lo ocurrido. "Las acciones de nuestro hijo fueron alentadas por gente que no conocemos, son ideas que no compartimos".

Los padres, que están colaborando con los investigadores, no piensan contratar abogados para su hijo, quien por eso tiene ahora un defensor público.