Estados Unidos de América
Tres tiroteos donde los atacantes dispararon contra minorías invocando ideas racistas
En Buffalo, en El Paso, en Pittsburg. La teoría racista de 'El Gran Reemplazo' ha llevado a hombres blancos a cometer brutales tiroteos contra minorías de hispanos, judíos y negros en todo el país bajo el falso supuesto de que ellos buscan "invadir" EEUU. Sus acciones han dejado decenas de muertos.

La idea de un reemplazo racial de los blancos por minorías ha alentado al menos a tres atacantes a cometer masacres a disparos en Estados Unidos en contra de judíos, hispanos y negros. La teoría es conocida como el 'Gran Reemplazo' y tiene sus raíces en Europa desde hace menos de una década. Los expertos consideran que es una de las doctrinas más peligrosas y de mayor crecimiento en el pensamiento de extrema derecha. Sus argumentos han dejado al menos 41 personas muertas en apenas tres ataques. El primero ocurrió en una sinagoga en Pittsburg, Pennsylvania, el 27 de octubre de 2018.
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Ese día un hombre blanco irrumpió a disparos en la sinagoga Árbol de la Vida mientras un grupo de judíos celebraba el Shabbat. Dejó 11 personas muertas y al menos seis heridas. Sus nombres fueron escritos en un memorial fuera del centro, como se ve en la foto. Cuando las autoridades indagaron en las motivaciones del atacante, notaron que utilizaba una red social de extremistas para difundir sus mensajes de odio en contra de los judíos. La foto de su perfil incluía un símbolo neonazi y sus últimas publicaciones incluían la imagen de un horno ardiente como los utilizados por los nazis en los campos de concentración.
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Entre sus publicaciones el día del tiroteo, el atacante llegó a culpar a la organización HIAS, nacida para brindar ayuda a refugiados judíos, de traer a Estados Unidos a "invasores que matan a nuestro pueblo". Ese mismo día, escribió: "No puedo quedarme sentado y ver cómo matan a mi pueblo (...) Voy a entrar". Momentos más tarde llegó a la sinagoga disparando un fusil de asalto y tres pistolas automáticas contra todos los que encontraba en su camino.
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Monique Mead toca el violín en la acera fuera de la sinagoga, un año después del tiroteo. Las comunidades en todo el país afectadas por los crímenes de odio, como el de Pittsburg, han protestado y pedido a los políticos moderar sus discursos y un mayor control en la venta de armas. Sin embargo, ni en el Congreso ni en ningún ente de gobierno logran ponerse de acuerdo en cuál es la manera de frenar los tiroteos masivos que se viven cada mes en el país. Solo en 2022, la ONG Gun Violence Archive lleva una cuenta de 203, una tercera parte de los contabilizados en todo 2020 (611) y apenas corre el mes de mayo.
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Cuando las autoridades inspeccionaron la cuenta del atacante de Pittsburg en la red social Gab notaron que llevaba meses publicando mensajes antisemitas, xenófobos y alineados con el supremacismo blanco. En ellos, acusó al entonces presidente Donald Trump de ignorar la "infestación" de judíos en Estados Unidos y criticó la caravana de migrantes centroamericanos que viajaba entonces hacia la frontera, un mensaje alineado con el discurso que utilizaba en ese momento el mandatario.
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No había pasado un año del tiroteo en la sinagoga de Pittsburg cuando Estados Unidos vivió otra masacre alentada por la teoría de 'El Gran Reemplazo'. El 9 de agosto de 2019 terminó en luto para 22 familias hispanas. Esa tarde, un hombre blanco entró disparando a la tienda Walmart de El Paso, en Texas, y dejó —además de los muertos— a 26 personas heridas.
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El atacante, con apenas 21 años, manejó más de nueve horas para cometer la masacre en un lugar en el que creía podía haber una buena cantidad de mexicanos. Poco antes de entrar disparando, dejó un manifiesto de cuatro páginas en el que hablaba de un "genocidio a los blancos", de un "desplazamiento demográfico" del que culpaba a los migrantes "ilegales", y marcaba sus puntos de encuentro con el atacante del tiroteo en Nueva Zelanda contra dos mezquitas. "Este ataque es una respuesta a la invasión hispana de Texas", se leía en el manifiesto racista que publicó en Internet.
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Para entonces, analistas y políticos —como el senador Cory Booker— consideraron que las más de 2,400 palabras del texto de este atacante reproducían conceptos de la retórica del entonces presidente Donald Trump, a quien muchos adjudicaron entonces parte de la responsabilidad de este tiroteo por alentar mensajes de odio. El mandatario hablaba entonces de las caravanas migrantes como "una invasión a nuestro país".
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Las autoridades informaron en ese momento que ocho de los fallecidos eran de origen mexicano. Las primeras expresiones de esta teoría alertaron a los investigadores en Estados Unidos en agosto de 2017, poco antes de la manifestación de supremacistas blancos que ocurrió en Charlottesville, Virginia. Marilyn Mayo, investigadora del centro de análisis del extremismo, Liga Anti-Difamación, dijo entonces a Univision Noticias que comenzaron a escuchar frases como "no nos reemplazarán". Luego, durante la manifestación de Charlottesville, coreaban: "Los judíos no nos reemplazarán".
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Aunque Trump no promovió directamente la teoría, Mayo y otros expertos analizaron entonces que sus agresivas palabras en contra de la migración a Estados Unidos creaban una atmósfera permisiva que permitía que florecieran las posturas extremistas, como la que se vio en el atacante de El Paso.
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El 14 de mayo de 2022 Estados Unidos vivió otro tiroteo alentado por esta teoría. Esta vez en un supermercado en Buffalo, Nueva York, en una zona habitada por personas de color. Desde el estacionamiento del lugar un hombre blanco de apenas 18 años comenzó a disparar su fusil de asalto. Allí dejó a tres personas fallecidas. Entró sin soltar el gatillo y mató a otras siete personas. Transmitió todo en vivo a través de una aplicación y también dejó un manifiesto de odio en contra de los negros.
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La Policía señaló que 11 de las víctimas eran personas de color y dos eran blancas. En la foto, varias personas reconfortan a la familia de Ruth Whitfield, una mujer de 86 años que murió en el ataque. Según dijo una fuente al diario The New York Times, el atacante precisaba en su manifiesto que había seleccionado esa zona por ser la que tenía la mayor concentración de residentes de color cerca de su casa, que estaba a poco más de tres horas de distancia. En las 180 páginas de su escrito había frases llenas de racismo, con posturas antiinmigrantes según las cuales los blancos estadounidenses estaban en riesgo de ser reemplazados por las personas de color.
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Según el Times, en la primera página contenía un símbolo conocido como 'sonnerhead' o sol negro: dos círculos concéntricos con rayos irregulares que emanan del centro. Según la Liga Anti-Difamación, este símbolo se usaba frecuentemente en la Alemania nazi y ahora lo han rescatado los neonazis y supremacistas blancos.
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En su texto, el atacante elogió el nacionalismo y criticó a los progresistas porque, según él, solo han tenido éxito "enseñando a los niños blancos a odiarse a sí mismos". También culpó a los europeos por permitirle a las minorías que los "reemplacen étnicamente". Además condenó la diversidad de la población estadounidense. De acuerdo con sus palabras, las personas negras deberían "irse mientras puedan".
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