Un país con más de 56 millones de hispanos que van ganando voz en la política, aumentan sus ingresos y mejoran su nivel educativo, pero siguen subrepresentados en el poder y con tasas de pobreza y desempleo superiores a la cifras nacionales. Una nación donde crece el porcentaje de niños latinos en las escuelas públicas mientras disminuye el de estudiantes blancos y donde se prevé que para el 2060, más de una de cada cuatro personas se considere de origen hispano.
Ocho gráficos que muestran la realidad latina en el país que gobierna Trump
El grupo étnico más grande de EEUU está ganando voz en la política y ve disminuir su pobreza. Pero sigue subrepresentado en el poder, gana menos que los ciudadanos blancos, padece más desempleo y está rezagado en educación y acceso a vivienda propia.

Así es el Estados Unidos que recibió este viernes el republicano Donald Trump, luego de una campaña política marcada por los prejuicios raciales y una fuerte retórica anti-inmigrante.
Los latinos son uno de los grupos de mayor crecimiento en el país –entre 2000 y el 2014 crecieron 57% y representaron más de la mitad del aumento total de la población estadounidense.
Según el Pew Research Center, entre 2009 y 2013, representaron el 43% del aumento total de empleos y son responsables de una tercera parte del crecimiento del ingreso real desde 2005, de acuerdo a un informe de Jeffrey A. Eisenach, profesor de la escuela de leyes de la Universidad George Mason.
Pero, el ingreso medio de los hogares hispanos sigue por debajo del que reciben los hogares blancos y de la cifra nacional. El hecho de que muchos inmigrantes trabajan en ocupaciones poco calificadas podría explicar esta situación, según lo señaló el Comité Económico Conjunto del Congreso de Estados Unidos.
El rezago salarial de los hispanos también es notable, y se agrava cuando se compara lo que ganan las mujeres y lo que gana un hombre blanco. Por cada dólar que él recibe, las latinas hacen casi la mitad.
La mayoría de hispanos (65%) tiene raíces en México, ese país vecino tan criticado por Donald Trump durante su campaña, al que acusó de enviar a Estados Unidos sólo criminales, traficantes y violadores.
Pero, esos hispanos a los que Trump y muchos de sus seguidores critican viven otra realidad. Casi el 70% está integrado a la fuerza laboral: son un grupo joven, con una edad media de 28 años, casi 10 años menos que el promedio nacional. Son 1.5 veces más propensos que la población general estadounidense a convertirse en emprendedores, según el Índice de Actividad Emprendedora Kauffman y tienen una capacidad adquisitiva de 1.3 trillones de dólares, por encima de otras minorías como los afroamericanos y los asiáticos.
No obstante, los pequeños empresarios latinos tienen más probabilidades de vivir en la pobreza que sus colegas blancos. Esto podría atribuirse a que un gran número de ellos son inmigrantes, advierte el Congreso de Estados Unidos. De ahí que la proporción latina que vive en la pobreza sigue siendo grande.
En el país que hereda Trump, sólo un 45% de los hispanos son dueños de sus casas, frente al 75% de propietarios entre los ciudadanos blancos. Estos hogares típicamente tienen 10 veces más riqueza que los hogares latinos, que también arrastran una tasa de desempleo superior a la media nacional.
La minoría más grande también está poco representada en el poder político: a pesar de ser casi una quinta parte de la población estadounidense, los hispanos solo conforman el 1% de todos los funcionarios electos a nivel federal, estatal y local.
Y pese a que el número de latinos electos que se consolidaron en posiciones de mayor jerarquía y peso político sí aumentó, la comunidad está peor representada que los afroamericanos: en 2010 estos tenían el 2% de todas las oficinas de elección pública, pese a que conforman el 12,4% de la población del país.
Uno de los grandes retos de la comunidad hispana en Estados Unidos es mejorar su nivel educativo, y al parecer lo está logrando. En los últimos 25 años el porcentaje de ellos que alcanzó un título de bachillerato universitario casi se duplicó. Es probable que conforme crezca la cantidad de hispanos nacidos en el país, también mejore la tasa de participación de esta minoría en el sistema educativo, debido a las mejores oportunidades que tienen frente a quienes vinieron del extranjero.
Llevar a los jóvenes a los niveles universitarios más altos también es uno de los temas sensibles si la comunidad hispana quiere mejorar su nivel económico. En la última década, la brecha entre el porcentaje de estudiantes blancos e hispanos de entre 25 y 29 años que tienen un título de maestría o superior aumentó de 4 a 7 puntos porcentuales a favor de los primeros.
No obstante, el porcentaje de niños hispanos matriculados en las escuelas públicas de secundaria y primaria viene aumentando, según muestran los datos de la Estadística del Centro Nacional de Educación.
Esta es la realidad económica y social de los hispanos en Estados Unidos, al que Trump prometió este viernes hacer grande nuevamente. Está por verse si cumplirá su promesas, y si en ellas incluye a la minoría más grande de la nación.