Rafael Vargas el colombiano que triunfa vendiendo empanadas en un camión de Nueva Jersey

Desde el 2018 sus recetas están en la lista de las mejores empanadas de Nueva Jersey, pero no ha sido un camino fácil. Estos han sido sus desafíos y cómo los venció.

Por:
Univision
El dueño de Zoelily Food Truck, cuenta cómo se convirtió en el 'Rey de las empanadas' de Nueva Jersey, y su secreto para el buen sabor.
Video El Rey de las empanadas vive en Nueva Jersey y esta es su clave para triunfar

NUEVA YORK.- El deseo de tener un camión de comida, nació en el corazón de Rafael Vargas, desde que era niño. En ese entonces, viajaba para las vacaciones de Navidad a Bogotá, Colombia, donde nacieron sus padres, y descubría en cada viaje un mundo de sabores.

“Me encantaba caminar por la calle”, dice el originario de Nueva Jersey, “porque siempre encontraba a una abuelita en la esquina, con una olla sobre el fuego, vendiendo sus empanadas en la calle… y siempre había una fila. La fila me daba curiosidad. Siempre me metía en ella, y terminaba comiendo las mejores empanadas”.

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Vargas confiesa que esperaba esas vacaciones, no solo para ver a su familia… también para comer esas empanadas. “Pero como era una vez al año que teníamos que esperar, decidí traer esa alegría cerca de Nueva Jersey y Nueva York, todos los días”.

No fue fácil. “Tenía un trabajo donde me pagaban muy bien, y me daba miedo soltar algo seguro, para comenzar solo. Pero después de mucho pensarlo, un día llegué a la conclusión de que me estaba sacrificando mucho para hacerle el dinero a otro y pensé que, si me iba a sacrificar, que fuera para hacer mi propio dinero”.

Rafael Vargas tiene 14 empanadas "base" en su menú

Rafael Vargas se puso a ahorrar, y finalmente, el 19 de octubre de 2016, abrió su camión de comida, Zoelily. “Me di cuenta de que había mucha gente buscando empanadas colombianas caseras y, a donde iba, se hacían filas para probarlas”.

La demanda de sus empanadas hizo que ampliara el menú que hoy consta de 14 variedades (desde las tradicionales de pollo y carne, hasta inventos como ‘puerco con Coca Cola’, o buffalo chicken).

“Lo lindo de las empanadas es que muchos países de América Latina tiene su versión y nosotros le hemos dado lugar a casi todas en nuestro camión. Una de las que más nos piden es la de plátanos con guayaba y queso, que están entre las favoritas".

Ese menú fijo se combina con creaciones culinarias que le van surgiendo a Vargas. “Tratamos de sorprender a los clientes con nuevas recetas que cambiamos cada semana o mes. Acabamos de comenzar una nueva, que se llamaba Crunchy Margaritta Empanada, es crocante, con salsa marinara y queso por dentro. El primer día que las anunciamos, se fueron todas”.

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Nombran sus empanadas entre las mejores de NJ

Esa variedad y el sabor casero, dice, le han valido para que con frecuencia se le nombre entre los medios locales, en las listas de las mejores empanadas de la zona, como NJ.com, que lo ha nombrado desde el 2018 en su lista de las mejores empanadas de Nueva Jersey, cada 8 de abril, Día nacional de la empanada.

Es así como, dice, algunos comenzaron a llamarlo "el rey de las empanadas" y comenzó a sentir que su negocio había triunfado: "Cuando veo que hay colas para comprarla, sé que ha sido un día exitoso y me siento feliz porque les gusta lo que cocino".

No obstante, Rafael reconoce que no todo es felicidad. Ser su propio empresario trae sus desafíos: “ La pandemia nos pegó bien fuerte, como a todo pequeño empresario”.

A eso se suma que los food trucks tienen los mismos problemas que los restaurantes: “No pagamos local, pero tenemos los gastos del generador. Nosotros trabajamos con frutos frescos y no los podemos almacenar porque tenemos poco espacio; tenemos que calcular la cantidad exacta para no tirar comida y tener pérdidas.

“Además: en cada lugar que vamos tenemos que cumplir muchas medidas de seguridad: la seguridad contra incendios, y la seguridad de salud, siempre estamos pasando esas dos inspecciones, que es algo complicado”, agrega.

¿Cuánto gana el dueño de un camión de comida?

Pero asegura que todo eso se encoge ante la libertad de ser el dueño y señor de su propio horario. Algo que, por cierto, determina cuánto ganará cada año.

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Y esa, comenta, es la pregunta que todos le hacen: “Mi respuesta es: todo depende de cuánto quieres trabajar. Si compras un camión y solo quieres trabajarlo los fines de semana, o solo los eventos, ganarás menos. En la primavera y verano hay eventos grandes, que les permite a algunos hacer eso: solo vender fines de semana y en eventos. Ganarán unos $40,000 en un año y están felices, porque no trabajan todos los días".

Para quien desee encontrarlo, Zoelily casi siempre está en Rockaway Township, por la zona de 405 US-46, pero también viajan a Nueva York y Pennsylvania, o sirven en diferentes festivales y eventos. En su cuenta de Instagram (@zoelily_empanadas) siempre comunican por dónde estarán.

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Los reporteros siempre andan detrás de la noticia, pero la periodista colombiana Berenice Gartner agrega a esa demandante vocación, su misión de vida: estar detrás, adelante, y 
<b>a los lados de sus cuatro hijos: los trillizos</b>, Isabella, Johann y Sebastian y, la más joven de todos, Monalisa.
“Cuando nos casamos, mi esposo y no estábamos tan jovencitos y queríamos una familia pronto. Así es que después de seis meses de tratar y ver que no quedaba embarazada,
<b> recurrimos a la fertilización in vitro”.</b>
La cita al médico, en la que le confirmaron el embarazo, la dejó en shock. Pero no solo porque su sueño de ser madre se realizaba, sino porque se triplicaba: “Cuando me dijeron 
<i><b>escuchamos tres corazones,</b></i> lo único que pregunté es: 
<i>¿se escuchan bien?</i>. Y el doctor me los puso: uno, dos y tres. ¡Fue una emoción indescriptible!” 
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Segundo a segundo la noticia comenzó a asentar y ella, que nunca había cuidado a un bebé, ahora estaba a cargo de la vida de tres: “Cuando llegué al carro, 
<b>comencé a sentir que las paticas se me pusieron aguaditas</b> 
<b>y me pregunté en voz alta: ¿Dijo tres?”.</b>
Tanto ella como su esposo, 
<b>el doctor Michael Gartner</b>, se volcaron en cuidados y mimos hacia los tres bebés, sin saber que recibirían una bendición más: “De forma natural, nos llegó el segundo embarazo y nuestra bebé, Monalisa. Somos parte de muchas familias que no necesitaban fertilización in vitro, y la hicieron”.
“Cuando me convertí en madre de cuatro, a veces pensé en dejar el periodismo. 
<b>¿Qué mamá no siente angustia </b>cuando se separa de sus bebés para ir a trabajar? Pero después de poner todo en una balanza, creo que el mejor ejemplo que les puedo dar a mis hijos es que me vean trabajar”.
Su decisión ha dado buenos frutos: “Como crecieron tomándose el tetero viendo las noticias, y los he expuesto a ellas siempre, esto ha ayudado a formar su mentalidad. Mis hijos son muy maduros para su edad, y pueden hablar con cualquier persona, de cualquier tema”.
“En general los veo como niños tranquilos. Les gusta estudiar y les gusta mucho estar con nosotros. Puedo decir con orgullo que somos una familia unida. Nos sentamos alrededor de la mesa a conversar de lo que pasa en el mundo o a planificar algún viaje, porque a todos nos gusta viajar”.
“Para mí lo importante es prestarles mucha atención: escuchar de lo que hablan, y estar pendiente cuando no quieren hablar: ¿por qué no dicen nada?. Observarlos, conocerlos y comunicarme con ellos, nos ha acercado mucho”. 
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Una de las mejores satisfacciones que siente, dice, es cuando alguien se le acerca enfrente de ellos y la felicita por algún reportaje: “Así han podido ver que trabajo no solo porque me gusta el periodismo, sino porque lo hago pensando en mi comunidad, en tratar de lograr un cambio”.
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<b>En mis reportajes lo importante no es la persona a quien entrevisto</b>, sino cómo lo que dice afecta a la gente".
"Mi meta es esa: ver cómo lo que reporto afecta a las personas
<b>. Lo más importante de mi historia no es estar con el alcalde</b>, sino cómo afecta lo que me dice al panadero de la esquina”.
“Todos los días entrevisto a personalidades, pero ellos no son los protagonistas de mis historias, mis protagonistas son las personas comunes y corrientes. Es para ellos que trabajo”.
Con esa filosofía, ha sido nominada 35 veces al Emmy. Ha ganado doce, convirtiéndose así en una de las periodistas más exitosas de Nueva York.
Uno de los momentos más difíciles de su carrera fue trabajar en medio de la pandemia: “Imagínate, como madre 
<b>cada vez que salía me preguntaba si iba a contraer el virus.</b> Por supuesto, tomaba todas las precauciones”.
Reportar la noticia en medio del covid-19, requirió enormes sacrificios: “Todo estaba cerrado, salíamos a cubrir noticias lejos de nuestras casas. 
<b>¡No había baños que pudiéramos usar</b>, no había donde comer y en todos lados estaba el virus!”.
Revela que 
<b>su gran aliada en todo esto es su mamá:</b> “Siempre ha vivido con nosotros. No podría hacer ni la mitad de las cosas que hago sin ella. Ella es los ojos de la familia. Es parte fundamental de nuestras vidas”.
“Cuando comencé a salir con mi esposo 
<b>de entrada le dije: <i>mi mamá vive conmigo</i></b>
<i>, la traje de Colombia y jamás la voy a dejar sola</i>. Esto era algo que no era negociable. Afortunadamente, ni se asustó ni lo vio como obstáculo. El resultado es que los dos se quieren mucho”.
Berenice tampoco descuida la relación con su esposo: “Nos encanta estar juntos, pero reconocemos que tuvimos mucho tiempo para viajar solos y tener cenas románticas de a dos, y ahora queremos aprovechar hasta el último segundo con nuestros hijos, antes de que se vayan a la universidad”.
Así y todo, siempre se dan “una que otra escapada romántica juntos. Hace poco nos fuimos a los Cayos, de la Florida, solo por una noche, pero valió la pena. También hacemos cenas románticas, siempre que podemos”.
Aunque Berenice Gartner es una madre 'sobre ruedas’ (en acción constante), tampoco descuida la oportunidad de conectarse con ella misma: “Yo quisiera convertirme en diez, clonarme, porque tengo muchas cosas que hacer que me gustan".
"Yo quiero sembrar, pintar, sembrar flores, decorar, me encanta cocinar… ¡lo quiero hacer todo! De poquito a poquito he podido irlo haciendo”. 
<b>¡Y seguramente hará muchas cosas más!.</b>
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