El desayuno es la comida más importante del día y nada mejor que incorporar en él todos los nutrientes que necesitamos para afrontar el día llenos de energía. ¡Y cuidado con esto! Porque muchos creen que “incorporar todos los nutrientes” significa comer de todo un poco: lácteos, frutas, jugos, yogures, cereales…
Aprendé cómo hacerte un buen desayuno en 5 pasos
Pero cada uno de estos alimentos nos hace su aporte y está bueno saber cómo y cuándo consumirlos. Así que vamos a preparar el desayuno más potente para cargar energías.
Paso a paso: el desayuno perfecto
#1 Por partida doble
La recomendación principal es que hagas 2 desayunos. Sí, dos. Muchos le dedican poquísimo tiempo a esta comida –como ya dijimos, la más importante- así que desde ahora en adelante, le vas a tener que prestar más atención. La idea es que hagas un desayuno doble, por ejemplo, uno cuando te levantás a la mañana y otro durante la mitad de la mañana.
#2 Primero, el agua
Apenas te levantes, y con el estómago vacío, lo ideal es tomar un vaso mediano o grande de agua fresca. Y si podés agregarle unas gotas de jugo de limón, muchísimo mejor.
#3 Ahora sí, el desayuno
Este desayuno consiste en comer dos bananas y un vaso de yogur descremado. El yogur puede ser firme o bebible, eso no importa. Para las bananas, una buena opción es pisarlas y agregarles jugo de una naranja formando así un puré riquísimo.

#4 Después, el segundo
Cuando haya pasado una hora del primer desayuno, la recomendación es comer una pequeña porción de arroz o cereales sin azúcar, más dos huevos enteros o cocidos (atención, nunca fritos). Si se te complica comer arroz o cereales (porque estás en el trabajo, por ejemplo) podés optar por una rodaja de pan integral –fresco o tostado- acompañado por una feta de queso descremado.
#5 ¿Y el café?
Bueno, a esto vamos ahora. En realidad es una costumbre muy arraigada tomar café, té o chocolate mientras desayunamos. Pero la verdad es que no tiene ningún sentido. El ser humano, como los animales, no necesita beber ningún líquido para poder procesar los alimentos y una taza de té –o café- puede traer problemas, sobre todo en el aparato digestivo. Intentá dejar de lado el café o el té en el desayuno durante una semana y comprobá vos misma qué resultados le trae a tu cuerpo. Mejor probar con un vaso de agua o algún jugo de frutas.
Ahora que ya sabés cómo preparar un desayuno nutritivo, ¡ponelo en práctica! ¿Tenés alguna otra idea para sugerir?