La muerte de la gorila Koko ha conmocionado a la sociedad estadounidense y en general a todos los amantes de los animales.
Koko no dejaba de decir "triste" en lenguaje de señas y los motivos te van a sacar la lagrimita

Koko llegó a ser considerada un primate superdotado por la comunidad científica. A lo largo de sus 46 años de vida no sólo aprendió a comunicarse con más de 1000 palabras en lenguaje de señas, sino que mostró emociones y comportamientos conmovedores e inteligentes. Extrañamente la palabra que más usaba era "triste".
The Gorilla Foundation —cuidadores de Koko desde hace varios años— cuentan que la historia sobre Koko y su palabra predilecta comienza en 1983 cuando la gorila pidió a sus maestros de lenguaje, la Dra. Francine Patterson y otros científicos de la Universidad de Stanford un gatito. El equipo no estaba seguro de cómo se las arreglaría un gorila para cuidar de un gato pequeño, por lo que primero le dieron a Koko un animal de peluche.
Ante este regalo Koko les dijo a sus cuidadores que se sentía triste y no dejó de repetir la palabra hasta que le dieron la oportunidad de adoptar un cachorro de gato real el día de su cumpleaños. Este gatito abandonado recibió el nombre de All Ball y fue el primero de muchos que Koko crió por si misma, llegando a tratarlos como a sus propios hijos.
Desafortunadamente el primogénito de Koko murió en 1985 al ser atropellado por un coche. Cuando Koko se enteró de ello mostró una profunda pena ante sus cuidadores y no dejaba de repetir "triste" y "malo". Mira su desgarradora reacción:
La curiosa relación de Koko con All Ball inspiró a la doctora Patterson para escribir el libro Koko's Kitten, en donde relata el comportamiento de la gorila como madre de un gato.
Con el tiempo, Koko pidió tener más gatitos y sus cuidadores le permitieron adoptar más de estos tiernos animales. La fundación encargada de Koko destaca que cuando ella dejaba de ver a algún gato (por muerte o simplemente porque lo perdía de vista) , preguntaba por él a los humanos de su alrededor, repitiendo una y otra vez en su lenguaje la palabra "triste" o "extrañar".
Aunque en su juventud Koko tuvo la oportunidad de tener sus propios bebés gorilas con dos pretendientes específicamente pensados para ella, Michael y Ndume, nunca quiso a ninguno de los dos para que fueran su pareja. Al primero lo llamaba "hermano" y al segundo lo llamaba "retrete" o "basura", dejando claro que no le gustaba para nada.
Koko enfocó su amor de madre en todos los gatitos que adoptó y la verdad es que no la culpamos, ¡son adorables! Ella también lo era, te extrañaremos, Koko.
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