10 millones desaparecidos entre joyas, ropa y objetos; un dispositivo de seguridad mayor que el de Michelle Obama; y medio mundo especulando sobre los detalles. El robo a Kim Kardashian ha provocado un revuelo mediático que está haciendo crecer su estatus como celebridad y también nos está abriendo los ojos respecto a las consecuencias de la fama y nuestra actitud ante las redes sociales.
Cosas que podemos aprender del robo millonario de Kim Kardashian
¿Somos conscientes de lo que publicamos en las redes sociales? ¿Es válido criticar así a una celebridad solo por su fama? El incidente ocurrido con la reina de los selfies ofrece varias lecciones.

¿Qué podemos aprender de lo ocurrido?
1. Deberíamos desactivar la geolocalización del teléfono más a menudo
Cada vez más aplicaciones de nuestro celular utilizan el rastreo geográfico para poder funcionar (como Google Maps, Uber o Tinder); pero a veces, sin que nos demos cuenta, las redes sociales también registran nuestros datos de localización y pueden ser compartidos al público sin quererlo.
¿Cómo hacerlo?
Para saber qué aplicaciones están utilizando tu localización (en el caso de iPhone), ve a Ajustes > Privacidad > Localización
Es importante poner especial atención en el caso de la cámara, pues si está activada, la localización queda registrada en cada foto tomada y al subirla a alguna red también se comparten esos datos.
2. Por mucho dinero que se presuma, no hay que perder de vista que estamos hablando de una persona
Como en muchos otros casos de asaltos, la víctima termina siendo señalada por algunos como culpable.
El ataque a Kim ha sido objeto de burla y desprecio por numerosos internautas que han culpado a la celebridad e incluso han dicho que se lo merecía por exhibir su riqueza con tanto ahínco. Pero la realidad es que un incidente así es traumático para cualquiera y no hay justificación posible para el robo.
3. Tendríamos que pensar un poco más antes de compartir algo en las redes sociales
Kim Kardashian había hecho un Snapchat maquillándose tranquilamente en su casa de París, sin calcular que con él estaba poniendo al alcance de los asaltantes una información muy valiosa: dónde estaban las ventanas, cómo estaban distribuidos los muebles, dónde podía tener guardadas las cosas... Tampoco es cuestión de volverse paranoico y desertar de las redes sociales, pero sí de ser un poco más precavidos.
4. Kim Kardashian es más que una selfie con poca ropa
Reducirla a una figura exhibicionista es dejarse fuera su talento como empresaria y defensora de la autoestima femenina. A algunos les sorprenderá, pero de hecho las feministas la apoyan. Danielle Henderson, una de las más influyentes, señaló que Kim merece "dejar de ser vista como un fenómeno de masas irrelevante y reconocer de una vez por todas su inteligencia y sagacidad".
5. Cuando es el bienestar de tu familia el que está en juego, el show sí se puede cancelar
O así lo pensó Kanye West, que no dudó ni un segundo en suspender su concierto en Nueva York a mitad de la actuación. Para un artista, suspender un evento de este calibre supone una gran pérdida económica, una situación al menos incómoda con el empresario y la decepción de los fans. Pero al final, lo primero es lo primero.
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