Por qué Juan Gabriel nos gusta a todos (incluso a los que lo niegan)

La discreción nunca fue una prioridad del 'Divo de Juárez', era un maestro de la redundancia. Su música marcó generaciones y su colorido personaje nos hizo reconocer y abrazar el lado más kitsch de la cultura mexicana.

Univision Fallback Image
Por:
Mariana Camacho .
'El divo de Juárez'
'El divo de Juárez'
Imagen Mezcalent

Juan Gabriel tiene dos tipos de admiradores: los que lloran y cantan su muerte abiertamente y ‘los de clóset’, esos que en la sobriedad serían incapaces de admitir que les gusta su música pero que después de unas copas entonan las canciones —que se saben completitas.

PUBLICIDAD

Nadie permanece ajeno. El ‘Divo de Juárez’ nos enseñó a mirarnos con honestidad. A abrazar el lado kitsch de la cultura mexicana, a admitir que nos gusta —de borracheras para adentro o en nuestros muros de Facebook— lo cursi, lo trillado, lo 'naco' y lo sentimental.

Así, como parte de nuestra ironía cultural, las canciones de Alberto Aguilera podrán ser prosódicas, llenas de lugares comunes incluso, pero tienen una versión sinfónica y sonaron (tres veces) en vivo y a todo color en el afrancesado Palacio de Bellas Artes, símbolo del porfiriato y del refinamiento cultural mexicano.

Los eruditos consideran que el kitsch es recargado como una respuesta a nuestro miedo por el vacío. Y, si alguien sabía llenar los espacios en blanco, era Juan Gabriel, un maestro de la redundancia, siempre tirado a lo grande: con sus atuendos de olanes y lentejuelas, sus exagerados movimientos de cadera y sus canciones, un libre pastiche de géneros (entre rancheras, baladas, sintetizadores).

Como respuesta, el kitsch se manifiesta en fervor y aspavientos, en reacciones desmedidas, que bien podrían ser caricaturizadas. Ese es el terreno en el que se movía Juan Gabriel, quien cantó con sentimentalismo de telenovela a la Virgen de Guadalupe, a Chespirito, a María Félix y compartió la pantalla —en el video viral del momento— con el actor Ramón Valdés (a.k.a. Don Ramón).

Juan Gabriel es un orgulloso producto de las masas. Una voz cantante y sonante que los mexicanos solemos entonar a gritos, lo mismo en las cantinas que en las celebraciones de las quinceañeras, en los shows de drag queens y en el día de las madres.

PUBLICIDAD

El 'Divo de Juárez' marcó cuatro generaciones con su música y, a las venideras les heredó una de las bibliotecas de momentos kitsch más completas de la cultura mexicana, todos disponibles, para millennials, en videos de Youtube.

Los trajes de saco, chaleco y corbata lo acompañaron durante toda su carrera musical. Aunque este estilo sobrio fue insignia de sus inicios en los años 70, una que otra vez se le coló algo de discreción en el armario, como sucedió en 1999, en el concierto en San Salvador que dio ante 15 mil personas.
Así, con una chamarra de colores y flores que parecía sacada de una tienda vintage de los 80, apareció en 2002 Juan Gabriel cantando en el Dodger Statium de Los Angeles, California. Desafiando todos los códigos de la moda e incluso de los géneros este artista supo imponer su propio código de vestido.
No había nada que le gustara más a Juan Gabriel que el brillo, por esos sus chamarras siempre alardeaban de finas telas. Su ropa era tan única que era evidente que era hecha a su medida, y que además él mismo tenía que involucrarse en el diseño de cada look. Así, con un saco plateado y una camisa rosada lució en su actuación en 'el Premio de la Gente 2003'.
¿Por qué hacer un traje de paño si se puede apelar al brillo y preciosismo de la seda? Ese parecía ser siempre el criterio del 'Divo de Juarez' que en repetidas ocasiones buscó que su traje fuera un verdadero fulgor sobre el escenario. Así ocurrió con este conjunto de tres piezas de negro satinado con el que cantó en el Auditorio Nacional de México, en el 2006.
En sus vestidos formales podrían convivir sin temor a parecer excesivo el encaje, la seda y los colores. Inolvidable fue su chaqueta de estampado floral y el chaleco rosado con el que se subió a cantar en los Latin Grammy Awards de 2009.
Si Latinoamérica tenía una insignia del glamur, de la exuberancia, ese era Juan Gabriel que fue siempre provocador con los colores, las siluetas y las texturas de la ropa que elegía para cantar. Sus vestido, a veces, parecían invocar los excesos de la aristocracia francesa de siglos pasados, a veces, el dramatismo de sus canciones. Con esta chamarra en jacquard roja y negra recibió su Latin Grammy en 2009.
Las capas, las hombreras, las chamarra de lentejuelas, los cuellos victorianos todo este tipo de elementos pintorescos pervivieron en el armario de Juan Gabriel a lo largo de toda su carrera.
Alex Peimbert era el sastre responsable de la mayoría de vestidos que usaba en sus giras y que llegaban a costar hasta 5,000 dólares. Este traje tipo smoking azul rey, con camisa florida y boleros, lo usó Juan Gabriel el pasado abril en los Billboard Latin Music Awards.
Su estilo dramático, festivo, desafiante y perturbador se mantuvo hasta sus últimos días. Así, con un traje todo blanco en seda drapeada asistiría Juan Gabriel a la alfombra roja de los Billboard Latin Music Awards. Así, con una sonrisa y el brillo a flor de piel, lo recordarán por siempre sus fans.
1 / 9
Los trajes de saco, chaleco y corbata lo acompañaron durante toda su carrera musical. Aunque este estilo sobrio fue insignia de sus inicios en los años 70, una que otra vez se le coló algo de discreción en el armario, como sucedió en 1999, en el concierto en San Salvador que dio ante 15 mil personas.
Imagen Getty Images


Lea también:

Notas Relacionadas

En alianza con
civicScienceLogo