TUCSON, Arizona. - El Centro Oncológico de la Universidad de Arizona se asocia con la Nación Tohono O'odham para recibir a la primera dama Jill Biden en su visita a Tucson este martes 8 de marzo con el fin de expresar el apoyo de la administración Biden a los estudios contra el cáncer.
La primera dama Jill Biden llega a Tucson para apoyar los estudios contra el cáncer
La primera dama Biden y Xavier Becerra, Secretario del Departamento de Salud y Servicios Humanos, visitarán el Centro de Salud San Xavier en el Distrito San Xavier de la Nación Tohono O'odham.
La primera dama Biden y Xavier Becerra, secretario del Departamento de Salud y Servicios Humanos, visitará el Centro de Salud San Xavier en el Distrito San Xavier de la Nación Tohono O'odham para destacar el trabajo que se está realizando en la iniciativa Cancer Moonshot del Instituto Nacional del Cáncer, según un comunicado de el Centro de Cáncer de la Universidad de Arizona.
En 2020, el UArizona Cancer Center recibió $3 millones, un premio de tres años, de la iniciativa Cancer Moonshot para aumentar las pruebas de detección de cáncer colorrectal en las comunidades indígenas americanas de Arizona.
“El Centro de Cáncer de la Universidad de Arizona está muy complacido de que la Administración Biden haya reactivado el Cancer Moonshot”, dijo Joann Sweasy, PhD, directora del Centro de Cáncer de UArizona. “La financiación de esta iniciativa es fundamental para prevenir y curar el cáncer”.
En el único Centro Integral del Cáncer designado por el Instituto Nacional del Cáncer con sede en Arizona, los investigadores del Centro Oncológico de Arizona están trabajando para reducir las disparidades mediante la expansión del uso de estrategias comprobadas de prevención y detección temprana del cáncer.
El cáncer colorrectal es la segunda causa general de muerte por cáncer y representa alrededor del 9 % de todos los casos nuevos de cáncer en los Estados Unidos. Ninguno, existe evidencia abrumadora de que la detección de individuos sanos para diagnosticar y luego tratar la enfermedad en etapa temprana puede reducir sustancialmente la mortalidad por cáncer colorrectal. En consecuencia, se recomienda encarecidamente la detección regular del cáncer colorrectal para todas las personas de EEUU entre las edades de 50 y 75 años.
Desafortunadamente, en comparación con la población general, los indios americanos no han experimentado mejoras en la incidencia y mortalidad del cáncer colorrectal, tienen diagnósticos desproporcionados de enfermedad en etapa avanzada y tienen tasas de supervivencia más bajas. Estas disparidades se atribuyen a tasas de detección muy bajas entre los indios americanos y al acceso deficiente a los tratamientos para el cáncer colorrectal.
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