Daniel Inc: Cómo Daniel Ortega financió una dinastía política en Nicaragua

Desde que asumió el cargo en 2007, Daniel Ortega ha canalizado más de 4,000 millones de petrodólares venezolanos a través de Albanisa, una telaraña de compañías controladas por el Frente Sandinista, fuera de los controles estatales. La deuda venezolana acumulada, que ahora se cierne sobre el país, supera la de su sistema de seguridad social que desencadenó enormes protestas callejeras.

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Por:
David C Adams.
Desde que llegó al poder en 2007, Daniel Ortega ha canalizado más de $4 mil millones en petrodólares venezolanos a través de Albanisa. Esta empresa es una telaraña de compañías fuera de los controles estatales.
Video Albanisa, la empresa que habría financiado la dinastía de los Ortega en Nicaragua

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En 2008, Rodrigo Obregón fue premiado por su dedicación al izquierdista Frente Sandinista de Nicaragua al ser nombrado subdirector de Albanisa , un multimillonario acuerdo de cooperación con Venezuela, país con abundantes recursos petroleros.

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Obregón, ingeniero civil de formación, lo vio como una oportunidad para seguir contribuyendo a la reconstrucción de su país después de décadas de un ciclo aparentemente interminable de dictadura, revolución y guerra civil.

Pero, una década más tarde, en momentos en que Nicaragua se sumerge en otra ronda de caos por la represión a unas protestas ciudadanas que se han cobrado más de 40 muertos, teme que la alianza con Venezuela haya tenido el efecto opuesto. Con una deuda pendiente de más de 3 mil millones de dólares, Obregón y otros advierten que 'Albanisa' era poco más que un gigantesco esquema financiero para mantener al presidente sandinista Daniel Ortega en el poder al recompensar a sus aliados, incluyendo a su esposa e hijos, mientras dejaba el país hipotecado hasta el cuello.

"Albanisa es la niña de los ojos de Ortega", asegura Obregón, quien abandonó la empresa en 2014 cuando entró en desacuerdo con su gerencia por las preocupaciones que, según él, planteó acerca de la manipulación política de las finanzas y la falta de transparencia.

"Ortega utilizó Albanisa para comprar a todo el mundo de una forma que nunca antes se había visto en la historia de Nicaragua", dijo en una entrevista en su oficina en Managua. "No permitieron que nadie le pusiera las manos encima, ni siquiera los funcionarios del Tesoro del país".

Los medios de comunicación mundiales han estado reportando en los últimos días protestas callejeras en Nicaragua contra el gobierno de Ortega y la represión a los manifestantes.

Las protestas se desencadenaron por un impopular aumento de impuestos que tenía la intención de recaudar 250 millones de dólares para rescatar el sobrecargado sistema de seguridad social del país, el INSS. Pero detrás de esas protestas se esconde una historia mucho más turbia de presuntos abusos de poder, nepotismo e irregularidades financieras, que hace que la crisis de la seguridad social luzca débil en comparación.

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"Estamos hablando de una deuda que es exponencialmente más alta que el déficit actual de la Seguridad Social y que todos los nicaragüenses tendremos que pagar", lamentó.

Combatiente sandinista

Obregón creció bajo la dictadura de Anastasio Somoza y trabajó para el gobierno como ingeniero civil. Al igual que muchos jóvenes nicaragüenses, simpatizaba con el Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN), un movimiento revolucionario encabezado por nueve "comandantes", entre los que se incluía Daniel Ortega.

Obregón dice que proporcionó mapas del sistema de alcantarillado de Managua para ayudar a las células clandestinas de la guerrilla urbana a sorprender a la Guardia Nacional de Somoza. "Salían de las alcantarillas para lanzar cócteles Molotov", recuerda.

En julio de 1979, Somoza huyó del país y los comandantes sandinistas tomaron el poder. Obregón se unió al nuevo Ministerio de la Construcción donde dirigió una unidad de construcción de puentes. Pero, cuando estalló la guerra civil entre los sandinistas y un ejército 'Contra' respaldado por Estados Unidos, Obregón no esperó a que lo llamaran y se ofreció como voluntario, sirviendo en las filas de las fuerzas armadas desde 1984 hasta 1989. Alcanzó el rango de capitán, jefe de operaciones de un batallón del ejército en el norte de Nicaragua.

Rodrigo Obregón served five years in the Sandinista army fighting the U.S.-backed ‘Contra’ guerrillas (1984-89), rising to the rank of captain.
Rodrigo Obregón served five years in the Sandinista army fighting the U.S.-backed ‘Contra’ guerrillas (1984-89), rising to the rank of captain.
Imagen Courtesy of Rodrigo Obregón

"Nos enfrascábamos en feroces combates", dijo, hojeando antiguas fotos en blanco y negro de la época, en las que aparecía con su unidad. La guerra estaba llegando a su fin cuando Ortega fue sorpresivamente derrotado en las elecciones de 1990 y la paz regresó.

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Obregón se unió a un grupo de leales profesionales y técnicos sandinistas dedicados a ayudar a Ortega a regresar al poder. Se trabajó mucho para reconstruir el país y está orgulloso de su trabajo en el sur de Nicaragua construyendo escuelas, caminos y puentes.

Los sandinistas siguieron siendo una fuerza poderosa en el país. Ortega se postuló sin éxito para las elecciones tres veces — en 1990, 1996 y 2001 — antes de finalmente ganar en 2006.

Nace Albanisa

Después de su elección, Ortega no perdió tiempo en firmar el acuerdo de cooperación con Venezuela, uniéndose al programa Petrocaribe que ofrecía suministros de petróleo a sus aliados socialistas bajo términos generosos.

Imagen IMF


Según el acuerdo, la empresa petrolera estatal venezolana, Pdvsa, acordó satisfacer todas las necesidades de petróleo de PetroNic, su contraparte nicaragüense. Pero solo el 50% del pago se debía hacer por adelantado, y la otra mitad se repartía en 25 años, con solo un 2% de interés.

Para manejar el acuerdo, se creó una empresa conjunta — Albanisa — cuyo 51% era controlado por Pdvsa y el restante 49% era controlado por PetroNic.

Al mismo tiempo, la empresa petrolera estatal venezolana, Pdvsa, acordó prestar el 50% del valor del petróleo a una cooperativa privada nicaragüense, Caruna (Caja Rural Nacional), controlada por el Frente Sandinista de Ortega. El presidente designó al tesorero del partido, Francisco López, como vicepresidente de Albanisa.

Cuentas secretas

Durante años, los asuntos de Albanisa, que significa 'Alba de Nicaragua S.A', estuvieron envueltos en un secreto total. En 2011, el periódico digital nicaragüense Confidencial publicó el primer artículo de investigación que cuestionaba "Las cuentas secretas de Albanisa" utilizando documentos filtrados para destacar cómo la ayuda venezolana se desvió hacia el control privado de Ortega.

In 2011 the Nicaraguan digital newspaper, Confidencial, began a series of exposes about a secretive Venezuelan cooperation agreement, known as Albanisa.
In 2011 the Nicaraguan digital newspaper, Confidencial, began a series of exposes about a secretive Venezuelan cooperation agreement, known as Albanisa.
Imagen Courtesy of Confidencial

Siguió en 2015 y 2016 con más reportajes que arrojaron luz sobre decenas de empresas vinculadas a Albanisa, "señalando la manera irresponsable y discrecional en que se han manejado los ingresos procedentes del petróleo ... sin ninguna lógica de inversión o racionalidad económica".

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Se crearon filiales en Albanisa: de una unidad forestal (Alba Forestal), de un proyecto de energía eólica ( Alba Generación) y de un banco. También había una refinería de petróleo, una aerolínea, una compañía de teléfonos celulares, un hotel, una serie de gasolineras, edificios de apartamentos de lujo, una granja de tilapias, un negocio de algodón y arroz, una granja de cerdos e incluso un negocio de gusanos de la seda.

La compañía llegó a emplear alrededor de 1,500 personas, según Obregón, repartidas en una red de oficinas. Dos de los hijos de Ortega: Rafael y Laureano, fueron puestos a cargo de algunas de las compañías. "Se paseaban por los pasillos de la oficina como pavorreales", dijo Obregón.

No existe una contabilidad pública para esas empresas, algunas de las cuales parecen existir solo en papel, según Confidencial, así como informes del diario La Prensa.

Albanisa invested in a string of companies from a bank and an airline to a pig farm and silk worm business. But the company finances are not public.
Albanisa invested in a string of companies from a bank and an airline to a pig farm and silk worm business. But the company finances are not public.
Imagen Confidencial

"No conocemos la estructura legal, quiénes son los accionistas o si hay ganancias", dijo Carlos Fernando Chamorro, editor de Confidencial. "Hay una falta total de transparencia gubernamental. Es necesario que se haga una auditoría", agregó.

Univision Noticias intentó sin éxito contactar a Albanisa, así como al gobierno nicaragüense en Managua y su embajada en Washington DC para buscar comentarios.

El periódico acusó a los funcionarios del gobierno de Ortega de "ocultar información y envolver todo en un secretismo extremo", y describió a la compañía como "una incubadora de empresas controlada completamente por la familia del presidente".

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Obregón respalda gran parte de lo que Confidencial ha reportado. Durante sus cuatro años en Albanisa, dice que gradualmente se desalentó por la forma en que se aprobaban los proyectos sin investigación ni consulta adecuadas, como estudios de mercado o estudios de impacto ambiental.

Un proyecto en particular lo molestó; una refinería de $ 4 mil millones, llamado: 'El sueño supremo de Bolívar', el nombre del héroe independentista venezolano Simón Bolívar. Nicaragua ya tenía dos refinerías y no producía petróleo. "¿A quién le vamos a vender?", preguntó.

Su jefe, López, le dijo que no se preocupara por "tonterías burguesas", recuerda.

La refinería nunca se construyó, aunque Obregón estima que se gastaron entre 300 y 400 millones de dólares en el proyecto, que consiste actualmente en unos pocos tanques de almacenamiento de combustible, según informes de la prensa local.

Después de dejar la compañía en 2014, Obregón fue a Confidencial y contribuyó con otros artículos que exponen las actividades de Albanisa. Pero fuera de Nicaragua no se les prestó atención a las acusaciones.

Pese a todos sus defectos, la Nicaragua de Ortega parecía un modelo bastante exitoso para muchos observadores, en comparación con sus vecinos, Honduras, El Salvador y Guatemala, sumidos en la violencia de pandillas, el narcotráfico y los escándalos políticos.

Autoritarismo estable

Los críticos dicen que la generosidad de Albanisa ha tenido un impacto enorme en la fortuna política de Ortega, pues ha ayudado a estabilizar las finanzas de la nación y ha propiciado años de crecimiento económico constante que le han quitado la presión de la crítica internacional y nacional a su estilo autoritario de gobierno.

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Albanisa liberó a Ortega de las limitaciones de los acuerdos de ayuda internacional tradicional que los países pobres generalmente deben buscar con Estados Unidos, la Unión Europea o las Naciones Unidas. Cuando Estados Unidos eliminó su programa de ayuda de 175 millones de dólares para Nicaragua, Ortega apenas pestañeó.

La imagen de Hugo Chávez se puede ver en diferentes lugares de Managua.
La imagen de Hugo Chávez se puede ver en diferentes lugares de Managua.
Imagen Getty Images


A nivel nacional, las encuestas muestran que la mayoría de los nicaragüenses de bajos ingresos y con una educación más baja, especialmente en las áreas rurales, estaban satisfechos con la forma en que funcionaba la democracia en Nicaragua. En 2016, Ortega disfrutaba de un índice de aprobación del 64%, según el Barómetro de las Américas (LAPOP), publicado por la Universidad Vanderbilt.

El Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional (FMI) han elogiado el manejo de Ortega de la economía nicaragüense. "A pesar de la turbulencia económica mundial, Nicaragua se ha destacado por mantener niveles de crecimiento por encima del promedio de América Latina y el Caribe", escribió el Banco Mundial en un resumen el 16 de abril, días antes de que estallaran las protestas callejeras.

Luego destacó las "políticas macroeconómicas disciplinadas" del gobierno y las "innovadoras estrategias para luchar contra la pobreza".

Albanisa tuvo gran influencia en eso, pues le dio a Ortega un flujo constante de fondos para programas sociales, incluyendo alimentos y vivienda, administrados estrictamente por el Frente Sandinista.

Daniel Ortega en 1979, cuando era líder de la Junta de Reconstrucción Nacional de Nicaragua, luego del triunfo de la revolución sandinista que derrocó la dictadura de Anastasio Somoza Debayle.
Nicaragüenses trepados en las ventanas de la catedral de Managua, adyacente al Palacio Nacional Nicaragua, intentan ver la llegada de la Junta de Reconstrucción Nacional el 20 de julio de 1979. Más de 100,000 personas celebraron la victoria de la revolución sandinista en las calles.
El presidente Jimmy Carter recibió en la Casa Blanca a Alfonso Robelo, Daniel Ortega y Sergio Ramírez, tres de los cinco miembros de la junta gobernante el 24 de septiembre de 1979.
Daniel Ortega, coordinador de la Junta Militar de Nicaragua y comandante del ejército en Cuba, en el 20 aniversario de la invasión estadounidense de Bahía de Cochinos el 21 de abril de 1981.
Daniel Ortega recibe en Managua al papa Juan Pablo II el 4 de marzo de 1983.
Ortega se dirige a la Asamblea General de las Naciones Unidas en Nueva York el 2 de octubre de 1984.
Mikhail Gorbatchev, secretario general del Comité Central del Partido Comunista Soviético recibe en Moscú al presidente nicaragüense en 1985.
Daniel Ortega y Sergio Ramírez, presidente y vicepresidente de Nicaragua, recibieron al presidente de Cuba Fidel Castro en Managua el 11 de enero de 1985.
Fidel Castro, Daniel Ortega y Moamer Kadhafi, presidente de Libia, reunidos en la cumbre de los países no alineados en Harare, Zimbabwe, el 4 de septiembre de 1986.
El presidente nicaragüense Daniel Ortega, junto al ministro del Interior Tomás Borge y el ministro de Defensa, general Humberto Ortega, cuando anunció la expulsión de 20 diplomáticos estadounidenses y unos 100 empleados administrativos en represalia por un incidente en la embajada nicaragüense en Panamá el 30 de diciembre de 1989. El anuncio se produjo horas después de que tropas estadounidenses rodearan la residencia del embajador de Nicaragua en Panamá y registraran las instalaciones en busca de armas, según el embajador.
El presidente de Estados Unidos George W. Bush con Daniel Ortega durante una cumbre presidencial en San José, Costa Rica. Esta reunión tuvo lugar detrás del escenario después de la reunión formal.
Los rebeldes 'contras' en la aldea montañosa de Destino, Nicaragua, se niegan a entregar sus armas a las fuerzas de paz de la ONU el miércoles 26 de abril de 1990 en Nicaragua. Israel Galeano, un alto jefe rebelde, dijo que los Contras no se desarmarán porque el general Humberto Ortega, hermano de Daniel Ortega, todavía tiene el control de los militares.
Daniel Ortega aplaude después de colocar la banda presidencial a Violeta Barrios De Chamorro durante la ceremonia de toma de posesión de la nueva presidenta en Managua el 25 de abril de 1990.
Daniel Ortega se prepara para asistir a una sesión especial de la asamblea del partido sandinista para discutir los resultados de las elecciones generales de 1996, donde perdieron la presidencia del país y la alcaldía de Managua.
Daniel Ortega durante la celebración del 27 aniversario de la victoria de la revolución sandinista el 19 Julio de 2006. Estaba en plena campaña para la presidencia de Nicaragua en las elecciones de noviembre de 2006.
Daniel Ortega y su esposa Rosario Murillo durante un acto político en Managua el 10 de octubre de 2006, un mes antes de las elecciones presidenciales.
El presidente venezolano, Hugo Chávez, y el entonces candidato a la presidencia de Nicaragua Daniel Ortega durante la ceremonia de la firma de un convenio entre la Asociación de Municipios de Nicaragua y Petróleos de Venezuela en Caracas el 25 de abril de 2006.
Raúl Castro junto a Daniel Ortega semanas después de ser electo nuevamente presidente de Nicaragua en 2006, durante un desfile militar en la Plaza de la Revolución en La Habana.
Daniel Ortega, recién electo presidente de Nicaragua, recibió en Managua al subsecretario de estado de EEUU para Asuntos del hemisferio occidental,Thomas Shannon, el 28 de noviembre de 2006.
Daniel Ortega en su toma de posesión como presidente de Nicaragua el 1 de enero de 2007. Junto a él, Hugo Chávez y el presidente de Bolivia Evo Morales.
Daniel Ortega junto al viceministro de Relaciones Exteriores de Rusia, Serguei Kisliak, el 18 de mayo de 2007 en Managua.
Un manifestante sostiene un letrero con el rostro de Daniel Ortega Daniel Ortega donde se lee “se busca asesino” el 3 de mayo de 2018. Al menos 43 personas murieron en las protestas que se desencadenaron por el descontento de la población contra la reforma de la Seguridad Social impulsada por Ortega y la posterior represión.
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Daniel Ortega en 1979, cuando era líder de la Junta de Reconstrucción Nacional de Nicaragua, luego del triunfo de la revolución sandinista que derrocó la dictadura de Anastasio Somoza Debayle.
Imagen Ap


Albanisa trajo alrededor de 580 millones de dólares anuales hasta que los fondos comenzaron a mermar, una gran suma para una economía como la de Nicaragua, pues representa el 34% de los ingresos estatales y el 23% de los ingresos de exportación, dicen los economistas.

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De ese dinero, el 38% se gastó en programas sociales sandinistas. El otro 62% entró en su cartera de inversiones, según los registros examinados por el economista nicaragüense Adolfo Acevedo.

La deuda pendiente de Albanisa asciende a 3.2 mil millones de dólares, según Acevedo, quien estima pagos anuales futuros en 180 millones de dólares. Como se están agotando los suministros de petróleo venezolano, Nicaragua ahora está obligada a comprar su combustible en el mercado abierto. A los economistas como Acevedo les preocupa que Nicaragua no tenga suficiente efectivo para pagar la deuda ni para comprar combustible.

No había nadie disponible en el Banco Mundial y el FMI para hacer comentarios sobre sus evaluaciónes del manejo de la economía por parte de Ortega.

El informe anual de "Transparencia" mundial del Departamento de Estado de 2017 dijo que Nicaragua no había contabilizado públicamente toda la asistencia que recibe de Venezuela o no había auditado adecuadamente a Albanisa.

"Las asignaciones y ganancias de las empresas estatales se incluyeron en el presupuesto en términos netos, pero la mayoría de las empresas estatales, incluyendo Albanisa, no han sido sometidas a auditorías", afirmó.

Las cosas están cambiando

Ortega fue reelegido por tercera vez en 2016 con un sorprendente 72% de los votos, aunque la legitimidad de la votación fue ampliamente cuestionada después de que los gobernantes sandinistas manipularan el Consejo Electoral.

Daniel Ortega y Rosario Murillo en un evento en Managua, Nicaragua. (Imagen de Archivo).
Daniel Ortega y Rosario Murillo en un evento en Managua, Nicaragua. (Imagen de Archivo).
Imagen AP/Esteban Felix

Sin embargo, en los últimos años las cosas han estado cambiado gradualmente. La caída del 50% en los precios del petróleo ha reducido drásticamente la capacidad de Venezuela para pagar a su forma y mucho menos para ayudar a sus aliados con descuentos en el petróleo.

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El flujo de petróleo se ha reducido un 80% desde 2014 y Nicaragua se ha visto obligada a recurrir al mercado abierto, más caro, para garantizar sus necesidades de combustible con divisa fuerte. El FMI advirtió en junio de 2017 que a raíz del creciente déficit de la seguridad social y la reducción de la cooperación venezolana "probablemente intensifiquen las presiones de gasto en los próximos años".

Continuó afirmando que la capacidad de Nicaragua para pagar su deuda "depende de la capacidad de los activos de Albanisa para generar rendimientos suficientes y mantener un bajo nivel de pérdidas.” Pero la falta de transparencia impide saber si sus inversiones son seguras.

"Ni los activos de ALBANISA ni los de CARUNA están sujetos a supervisión y las cuentas externamente auditadas no se publican, por lo que se desconoce la calidad de su cartera de inversiones". - FMI


Los funcionarios nicaragüenses también le aseguraron al FMI que la deuda pendiente es privada entre Venezuela y Albanisa. "No hay ninguna intención para que el gobierno absorba ninguna de las deudas de Albanisa con Venezuela", afirmó el FMI.

Pero muchos nicaragüenses dudan de la palabra del gobierno. "No hay duda de que este es un trato público entre PetroNic y Pdvsa .... al final, los nicaragüenses tendremos que cubrir el 49% (propiedad de PetroNic) con nuestras reservas del Banco Central ", dice Obregón.

Las cosas solo han empeorado en los últimos meses, minando aún más la confianza en el gobierno de Ortega.

En diciembre de 2017, el Departamento del Tesoro de Estados Unidos impuso sanciones al presidente del Consejo Electoral, Roberto Rivas, alegando fraude electoral y corrupción financiera.

Mientras tanto, la administración Trump está aumentando la presión sobre el gobierno del "loco" Nicolás Maduro en Venezuela, al imponerle sanciones a más de 50 altos funcionarios acusados de debilitar la democracia. El Tesoro de los Estados Unidos también impuso sanciones que prohíben negociar nuevas deudas y acciones emitidas por el gobierno venezolano y Pdvsa.

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Funcionarios estadounidenses también advirtieron a las empresas locales nicaragüenses con vínculos con Estados Unidos que tengan cuidado al hacer negocios con Albanisa. Los miembros del Congreso estadounidense han discutido una llamada 'Ley NICA' que busca disuadir la inversión extranjera en Nicaragua mediante la imposición de condiciones democráticas estrictas sobre los préstamos de las principales instituciones financieras internacionales.

Albanisa representa "la tragedia de los Ortega: tan avariciosos de poder y riqueza y con demasiado dinero fácil de Venezuela", dijo Richard Feinberg, un experto en América Latina de la Universidad de California en San Diego. "Ahora están atrapados, temerosos de dejar el poder por miedo a la exposición y la justicia a manos del pueblo".

Obregón dice que recibió amenazas luego de abandonar la empresa. "Recibo llamadas telefónicas. Me dicen cosas como: 'Este es el último día de tu vida, despídete'", dijo.

"Tienen miedo de que la gente descubra el despilfarro de dinero y todas las transacciones sucias", agregó.

Lo que empezó a principios de la semana en Nicaragua como una demanda ciudadana pacífica en contra a una reforma impositiva de la seguridad social acabó solo unos días después como la peor matanza de las últimas tres décadas en el país.
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Las manifestaciones, lideradas por los estudiantes, fueron reprimidas por policías, antimotines y las llamadas turbas sandinistas (grupos afines al gobierno) dejando un saldo de al menos 38 muertos, cientos de detenidos (algunos de los cuales ya han sido liberados) y un número incierto de heridos y desaparecidos.
El rastro de sangre de la represión a las protestas, que se endureció entre el 19 y el 22 de abril, provocó mayor indignación en las calles y que las demandas de los manifestantes se ampliaran: de pedir la revocación del sistema de la seguridad social pasaron a exigir reformas democráticas en su país, donde durante más de una década Daniel Ortega ha liderado un gobierno con tintes autoritarios
“Estoy protestando porque es indignante la represión que están haciendo contra nuestro país”, le dijo a Univision Noticias el sábado 21 Ximena Robleto, una estudiante de medicina. “Nosotros no somos vándalos, no somos delincuentes. Estamos protestando”, respondió la joven ante las sugerencias de Daniel Ortega que atribuyó las muertes a las pandillas.
Entre los objetivos de los manifestantes en la marcha de ese sábado estaba tumbar dos ‘árboles de la vida’ como se les conoce a las enormes estructuras metálicas con luces de colores con los que la vicepresidenta y primera dama Rosario Murillo ha decorado la capital de Nicaragua en los últimos años.
“No queremos más vestigios de ellos”, dijo un hombre que se identificó como Payán. Para los manifestantes, la caída de los árboles no es solo la caída de un costoso adorno (según reportes de prensa cada uno cuesta decenas de miles de dólares), sino también la de un símbolo del gobierno contra el que se rebelan.
Otros de los símbolos de las protestas son las banderas nicaragüenses. En algunos puntos del país, los manifestantes han retirado las banderas sandinistas (del partido en el poder) y han reivindicado sus colores nacionales. El himno de Nicaragua y canciones que apelan a la libertad nacional como ‘Nicaragua Nicaragüita’, también se escuchan habitualmente en las marchas.
Carlos y Raquel, dos amigos que protestaban el sábado en Managua, dijeron estar allí no solo por la reforma del sistema del seguro social sino por “todo lo que se ha perdido en los últimos 10 años”.
Conforme pasaban los días y aumentaba el número de muertos, las protestas se hicieron aún más masivas. Después de que varias universidades del país fueron focos de represión, decenas de estudiantes se atrincheraron en la Universidad Politécnica de Managua (UPOLI).
Muchos de los nicaragüenses que salen estos días a manifestarse a las calles tienen la sensación de que en el país se ha perdido el miedo y de que están viviendo un momento histórico.
El domingo, el presidente Daniel Ortega anunció que revocaría las reformas al sistema de seguridad social, pero eso no frenó las manifestaciones.
Esa noche, la policía volvió a reprimir a los estudiantes atrincherados en la UPOLI, dejando al menos un muerto y decenas de heridos.
Fernando Sánchez, un estudiante de comunicación de la Universidad Centroamericana (UCA) hizo una pancarta con dos casquillos de bala que recogió la semana pasada después de que la policía reprimiera a los estudiantes que se refugiaban en la catedral de Managua.
El lunes 23, una multitudinaria marcha inundó Managua. Decenas de miles de ciudadanos alzaron su voz contra la represión a los manifestantes al grito de “no eran delincuentes, eran estudiantes”. Muchos manifestantes también exigían la salida del gobierno del presidente Daniel Ortega y su esposa y vicepresidenta Rosario Murillo.
Murillo fue uno de los principales de los focos de los gritos en las protestas. La vicepresidenta había definido a los manifestantes como “grupos minúsculos” y, para algunos manifestantes, la masiva participación en la protesta, fue la mejor respuesta.
Además de los que marchaban, cientos de personas animaban a los manifestantes en los lados de las calles por donde pasaban. Denis Peralta, de 67 años, estaba en un costado de una avenida con un cartel alusivo a los árboles de la vida quemados. El hombre dice que fue a la marcha para defender a la juventud.
Ese día marcó la bajada de tensión en las calles y desde entonces no se ha reportado represión de la policía y los antimotines. Sin embargo, los manifestantes siguen saliendo a las calles. Algunos de ellos comparan el gobierno de Ortega con la dictadura que él ayudó a derrocar en la revolución sandinista, la de Anastasio Somoza.
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Mientras, las vigilias siguen en el país a diario. El miércoles, en la rotonda Jean Paul Genie, donde el sábado los manifestantes habían derrumbado los árboles de la vida, plantaron cruces y flores en honor a los estudiantes caídos. Entre los asistentes al homenaje estaba Claudia Torres que llevó flores junto a sus tres hijos para enseñarles que “desde pequeños pueden hacer mucho por su país”.
Mientras el gobierno ha invitado a una mesa a diferentes sectores a un diálogo en el que la iglesia católica actuará de garante, los manifestantes exigen, entre otros requisitos que se respete la democracia, la libertad de prensa y expresión y que frene la represión a quien piensa diferente.
Pero aunque la represión paró, las listas que llevan los grupos de derechos humanos siguen sumando muertos. Hasta el momento el Centro Nicaragüense de Derechos Humanos ha confirmado 38, aunque aún hay decenas de casos por confirmar, por lo que la cifra podría aumentar considerablemente.
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Lo que empezó a principios de la semana en Nicaragua como una demanda ciudadana pacífica en contra a una reforma impositiva de la seguridad social acabó solo unos días después como la peor matanza de las últimas tres décadas en el país.
Imagen Wilfredo Miranda
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