El hampa y el hambre le arrebatan al chavismo el control de las barriadas

Una noche de saqueos en un antiguo bastión del chavismo en Caracas revela cómo el gobierno de Nicolás Maduro ha perdido la capacidad de contener el desencanto de los sectores populares.

Maye Primera
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Maye Primera.
Las autoridades aseguran que quienes estuvieron detrás del saqueo son miembros de una banda criminal que opera en la urbanización El Valle. Han colocado afiches en las zonas cercanas con sus nombres, alias y fotografías esperando que los vecinos den pistas sobre su paradero.
Las autoridades aseguran que quienes estuvieron detrás del saqueo son miembros de una banda criminal que opera en la urbanización El Valle. Han colocado afiches en las zonas cercanas con sus nombres, alias y fotografías esperando que los vecinos den pistas sobre su paradero.
Imagen Maye Primera/Univision Noticias

CARACAS, Venezuela.- Primero cargaron con el arroz —120 bultos de grano importado que llegaron al mercado la tarde anterior—, luego con los demás productos que el gobierno mantiene regulados —la pasta, la harina de trigo, el papel sanitario, el azúcar— y que por esa misma causa escasean en los anaqueles de todo el país. Una poblada del barrio llevándoselo todo, mientras a las puertas del local, seis hombres encapuchados repelían con fusiles asalto el avance de la policía y la Guardia Nacional, que retrocedieron al verse reducidos.

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Eso grabaron las cámaras de seguridad en uno de los treinta negocios saqueados la noche del 20 de abril en la barriada caraqueña de El Valle, antiguo bastión chavista, donde un par de horas antes de los disturbios hubo un “cacerolazo” demandando la renuncia del presidente Nicolás Maduro.

Los residentes de El Valle, en Caracas, buscan comida entre los restos que quedaron en el suelo tras el saqueo del pasado 21 de abril.
Los residentes de El Valle, en Caracas, buscan comida entre los restos que quedaron en el suelo tras el saqueo del pasado 21 de abril.
Imagen Ronaldo Schemidt/AFP/Getty Images

A la mañana siguiente, niños y adultos famélicos comían directamente del suelo la comida que quedó regada a lo largo de la calle, entre la basura y el pantano. Y sin embargo, dos días más tarde, cuando el alcalde chavista de Caracas, Jorge Rodríguez, visitó el barrio a bordo de una SUV para regalar bolsas de comida gratis, los vecinos lo sacaron a pedradas en medio de otro sonoro “cacerolazo”.

"No queremos tu bolsa de comida, queremos que esto cambie", cuenta un vecino que le dijo al alcalde un residente de El Valle.

Ni siquiera Marjorie, que preside tres organizaciones de base chavista en su barrio y está encargada de repartir la comida que el gobierno distribuye entre 500 familias del partido, intervino para defender al alcalde y su gente.


“Es que parecen locos. ¿Cómo se les ocurre venir al barrio con esas cornetotas (parlantes) gritando ‘Viva Chávez’, con las cosas como están?”, critica Marjorie, aun a pesar de ser portavoz del Consejo Comunal, la Mesa Técnica de Agua y el Comité de Salud.

La erosión de la base tradicional del chavismo en las barriadas populares de Caracas ha sido directamente proporcional a la agudización de la crisis económica y política que atraviesa el país.

La escasez de alimentos, la inflación de tres dígitos y la inseguridad callejera han sido preocupaciones recurrentes de los venezolanos en los últimos 15 años. Pero durante los último cuatro, bajo la presidencia de Nicolás Maduro, han rebasado la capacidad de maniobra del chavismo.

En los últimos días, tanto opositores como partidarios del gobierno de Nicolás Maduro se han volcado a las calles de Venezuela en protestas que han dejado varios muertos. Esta es una cronología de cómo las dos partes viven la crisis más reciente del país.
Video Los dos lados de las manifestaciones que sacuden a Venezuela


Maduro heredó de Hugo Chávez un país endeudado y una industria petrolera quebrada que ya no produce lo suficiente para seguir financiando con sus exportaciones los programas clientelares bautizados por el comandante como “misiones sociales”. Las misiones subsidiaban desde 2003 las necesidades mínimas de salud, alimentación y educación de los más pobres. Esto sin solventar las causas de la pobreza —sin construir más escuelas o mejores hospitales— ni estimular nuevos rubros de producción distintos al petróleo, o forjar una ciudadanía más independiente de la ayuda del Estado.

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Ahora el hambre, el desempleo y las enfermedades endémicas golpean a los venezolanos como no lo hacían desde hace un siglo, cuando las dictaduras militares estaban al mando. Y en el barrio que antes daba su voto incondicional a Hugo Chávez y lo recibía con alegría, muchos desprecian a quienes, como Maduro, gobernaron junto a él y heredaron el poder.

Sin embargo, la nomenclatura chavista insiste en achacar los males de su gestión a una conspiración internacional que intenta sin éxito sacarlos del Palacio Miraflores, donde están acuartelados desde hace 18 años. Y sostiene que los saqueos registrados el día 20 de abril en El Valle fueron supuestamente financiados por la “ultraderecha terrorista”.

Mientras el gobierno de Maduro busca autores intelectuales entre los políticos de oposición, la policía busca a los sospechosos habituales. Los detectives del Cuerpo de Investigaciones Penales y Criminalísticas forraron la estación del metro y el centro comercial cercano con fotografías de “El Loco Leo”, “El Koki”, “Miguelito”, “El Parmalat”, integrantes de la banda 'El 70' de El Valle, que estarían detrás del saqueo.

Y desde hace casi una semana, hay allanamientos en los cerros cada noche. Suben camionetas llenas de policías que bajan con personas encapuchadas, esposadas a la espalda. Pero ninguno de los operativos ha resultado en la devolución del dinero, los equipos o la mercancía robada a los comerciantes.

La policía científica venezolana forró las entradas del metro de Caracas y las paredes de un centro comercial en El Valle con fotografías de quienes aseguran son los sospechosos del saqueo.
La policía científica venezolana forró las entradas del metro de Caracas y las paredes de un centro comercial en El Valle con fotografías de quienes aseguran son los sospechosos del saqueo.
Imagen Maye Primera/Univision Noticias

El episodio de El Valle ha sido el más letal entre la serie de disturbios y protestas contra el presidente Maduro que se han suscitado en Venezuela en el último mes y en los que ya han muerto 26 personas, de acuerdo al registro de la Fiscalía.

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Las opiniones en el barrio sobre el verdadero motivo del saqueo están divididas: unos dicen que fue por hambre y otros, que por maldad. Pero todos coinciden con la policía en que la operación fue organizada por las bandas criminales del sector, que ya delinquen sin que nadie les pague. Y que luego a la movida se sumó gente del pueblo, que nada tiene que ver con el crimen o la política.

La versión oficial es que en el asalto a los negocios murieron 11 personas. Pero la periodista venezolana de sucesos Ronna Rísquez ya ha dado con los nombres de otros siete que no aparecen en ningún registro. Rísquez le pide ayuda a Marjorie para identificarlos y le pregunta si no le impresionaría ver las fotos de algunos cadáveres.

“No, mija, para lo que uno ha visto aquí, eso no es nada”, responde ella y a continuación enumera los nombres de los que reconoce.

“Este es Edison, mototaxista. Willy, peluquero. El Chino, hijo de Niubelis, tenía 17 años. Jairo, que trabajaba en Supra (un organismo del Estado). Este puede ser Christopher, del barrio Las Malvinas. Este es el primo de Ronald, los dos eran muchachos sanos, mototaxistas y no sé qué andaban haciendo ahí. Y los otros muertos, no sé”.

<b>Identificación en mano. </b>Un grupo de mujeres lucha por su puesto en una fila para comprar pañales para sus hijos frente a una farmacia de Caracas. Algunos vendedores solicitan certificado de nacimiento de los niños y documento de identidad de los padres para vender el producto para asegurarse de no vender más de lo regulado. 18 de marzo de 2017.
<b>Militares controlan. </b>Un soldado intenta mantener organizada la formación para comprar alimentos en una tienda en Caracas. 19 de julio de 2016
<b>El Estado distribuye el pan.</b> El presidente Nicolás Maduro ordenó que las autoridades del Ministerio de Alimentación, apoyado en las fuerzas armadas y los grupos civiles afectos al gobierno controlen totalmente la producción del pan en Venezuela. En la foto, un grupo de hombres hace fila para comprar pan, frente a una panadería de Caracas. 21 de julio de 2016.
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<b>Un número para cada comprador.</b> Los organizadores de la venta controlan la posición de los que hacen la línea entregando números según la hora de llegada. Algunos ciudadanos han denunciado que grupos afectos al gobierno tiene tratos preferenciales y no respetan el orden establecido. En la imagen, una mujer recibe su tiquete numerado a las afueras de un mercado de Caracas. 17 de marzo de 2017.
<b>Llevan un hijo como prueba.</b> Algunos denuncian que para poder comprar pañales a sus hijos se les exige que demuestren la identidad del niño con su partida legal de nacimiento. Muchas madres hacen la fila con sus pequeños. 18 de marzo de 2017.
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<b>Al borde de la violencia.</b> Los ánimos se tensan luego de varias horas en la línea. Muchas veces se presentan discusiones que terminan en violencia. En la imagen, algunos discuten por su puesto en la fila para comprar alimentos en Caracas. 17 de marzo de 2017.
<b>Misión cumplida. </b>Luego de horas de espera fuera de un mercado de Caracas, una mujer recibe un frasco de mayonesa y un paquete de pasta que le corresponde. 10 de marzo de 2017.
<b>Enfermos en la hilera.</b> No solo se hace fila para comprar alimentos. Los venezolanos deben pasar por una larga espera para obtener medicinas elementales y productos personales para sus familias. Muchas personas hacen filas con sus hijos muy pequeños, para obtener un puesto preferencial. En la foto, un hombre descansa sentado en la acera junto a una fila para comprar pañales, en Caracas. 18 de marzo de 2017.
<b>Los niños bajo el sol. </b>Muchas mujeres se ven obligadas a hacer filas por horas con sus hijos, en la calle. En la fotografía, madres esperan para comprar pañales en una farmacia de Caracas, Venezuela.
<b>Con inseguridad y a oscuras.</b> Desde tempranas horas, y a veces antes de la salida del sol, algunas madres hacen fila en la calle con sus pequeños para poder comprar pañales en una farmacia de Caracas. 18 de marzo de 2017.
<b>Horas productivas perdidas. </b>Muchos trabajadores deben invertir las horas más productivas del día en las largas esperas para obtener alimentos regulados para sus familias. En la foto, trabajadores esperan su turno para comprar pan en caracas. 21 de julio de 2016.
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<b>Racionamiento de</b> 
<b>Estado. </b>Los venezolanos luchan por horas para mantener sus puestos en las líneas para obtener productos básicos y entre el Estado y los vendedores controlan la cantidad que cada ciudadano puede comprar a la semana, según su número del carnet de identidad. En la foto, un grupo de mujeres se forma frente a una farmacia de Caracas. 18 de marzo de 2017.
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Identificación en mano. Un grupo de mujeres lucha por su puesto en una fila para comprar pañales para sus hijos frente a una farmacia de Caracas. Algunos vendedores solicitan certificado de nacimiento de los niños y documento de identidad de los padres para vender el producto para asegurarse de no vender más de lo regulado. 18 de marzo de 2017.
Imagen CARLOS GARCIA RAWLINS/Reuters
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